Más allá de tus ojos

11. Una historia para los nervios

DANIEL

Angela.

Aún no entiendo qué es lo que tiene que no dejo de pensarla. Desde el primer beso se volvió como la espina de una rosa en mi cabeza, trató de no hablar de ella, incluso acepté que Ariana se quedara tres días aquí solo para entender lo que siento por Angela, pero solo termino metiéndola más dentro de mi mente.

El día que me encontró en las nieves con la rubia, escuché como su voz cambió de feliz a triste, como si le hubiera dolido verme con otra y después cuando fui a su casa me lo confirmó. Ni siquiera se por que lo hice, creo que tenía la necesidad de explicarle lo de mi ex novia así que solo le dije al chofer que me llevara, también fui por que tenía la esperanza de que solo fuera atracción sexual y poder desaparecerla de una vez por todas ahí mismo pero cuando dijo que no yo solo lo entendí.

Eso me confundió aún más.

Anteriormente cuando alguien me decía que no yo solo comenzaba a decir palabras lindas, trataba de convencerla hasta lograrlo pero con ella fue diferente, sentí que si seguía la lastimaría y algo dentro de mi no quería eso, creo que solo logré confundirme más pero es que no puede ser amor, ¿quien se enamora en tan poco tiempo?, tal vez solo me guste y ya.

—Hijo, ¿ya tienes todo listo?— la voz de mi madre hizo que volteara a la puerta por instinto.

Ja, como si pudiera verla.

—Si mamá, Ana ya terminó mi maleta— le di una sonrisa.

—Perfecto, Dania vendrá para ayudarme a bajar, tenemos que pasar por Angela— asentí levemente, mi hermana menor es mejor que Dave para cuidarme.

Escuché como los tacones de mi madre se escuchaban cada vez más lejos, solté un suspiro poniéndome de pie para buscar con mi mano mis lentes oscuros en mi mesita de noche.

Hoy me voy a la playa junto con Angela y algunos amigos míos, no le costó tanto trabajo convencer al padre de ella, solo me senté frente a él, conversamos un poco y cuando menos se lo espero le comenté sobre el viaje, al principio si dudo pero cuando le dije que era solo por trabajo ya que necesito a alguien que me acompañe, el acepto, siempre y cuando durmiéramos en recámaras separadas.

No se si pueda cumplir eso, aunque de todos modos dudo que se dé cuenta.

.......

Sentí un leve apretón de nerviosismo en mi mano, Angela lleva así desde que pasamos por ella, no entiendo por qué está tan nerviosa, solo es un día como cualquier otro, tal vez sea por que no conoce a ninguno de mis amigos, pero yo no estuve así cuando conocí a los suyos.

Cuando llegamos por ella a su casa solo nos saludo y en el camino no hablo para nada, raro en ella ya que jamás está callada. Mi madre aprovecho para decirle que tiene que cuidarme muy bien, que cualquier cosa le llame a su teléfono privado y que por supuesto, no me dejará solo en ningún momento, algo que tomaré como ventaja más tarde.

—Daniel— me susurró.

—Mmm.

—¿Seguro que le caeré bien a tus amigos?— pregunto nerviosa.

—Más que bien, espera a que conozcas a Anthony, es mi mejor amigo— sonreí.

—Bien— murmuró —Una cosa más, yo, yo jamás me he subido a un avión.

—Tranquila, yo iré a tu lado siempre— apreté su mano.

Subimos al Jet con mujo cuidado, somos los primeros en llegar, nos sentamos hasta el fondo ya que son los asientos más cómodos, Angela está más que nerviosa, tanto que puede transmitirlo aparte de que no suelta mi mano para nada.