ANGELA
El timbre sonó indicando que las clases habían terminado, hoy es uno de esos días en el que hubiera deseado que duraran mucho más. En la mañana busqué por todo mi armario la ropa más bonita que encontré para verme presentable ante el chico que cuidaré, se me había olvidado que no podría verme así que cuando lo recordé mejor opté por unos jeans y una blusa con un estampado de Melanie Martínez en su álbum cry baby, mi favorito.
Comencé a guardar mis cosas en la mochila, una vez que termine salir del aula seguida por Kath la cual seguía hablando entre dientes insultando de mil formas a la profesora. Matemáticas jamás ha sido su fuerte, ni el mío pero al menos hago el intento. Cuando llegamos a la entrada del instituto nos estaba esperando Kyle, el novio de mi mejor amiga, son tan hermosos juntos.
—Angie, no te mire hoy en el descanso— dijo abrazando a la ojiverde de mi mejor amiga.
—Me quede en el salón estudiando un poco, ya sabes, los últimos exámenes— le di una pequeña sonrisa.
—Oye bebe, Angie va a su primer día de trabajo, ¿crees que podamos llevarla?— le pregunto mi amiga haciéndole ojitos.
—Claro, sabes que hago todo lo que tú digas— se dieron un pequeño beso.
Kyle es el único con coche de nosotros tres, no es el más nuevo ni el más bonito pero es cómodo y al menos no anda a pie. Después de esa pequeña plática subimos a su coche y comenzó andar hasta la privada de Cortes, cuando le dije la dirección quedó sorprendido y comenzó a darme una platica existencial sobre las personas con dinero, sus intenciones y que algunos no son buenas personas, también hizo un par de bromas sobre qué a lo mejor me conocía un millonario que quisiera casarse conmigo.
Ni en mis mas profundos sueños pasaría eso, solo pasa en libros y películas.
Después de quince minutos conduciendo llegamos a mi destino, tuvo que dejarme en la entrada de la privada y de ahí camine hasta la casa ya que según el guardia no dejan pasar a nadie que no esté registrado, si así cuidarán todo el hermoso pueblo. Cuando llegue a la casa solo apreté el interfón e inmediatamente los grandes portones se abrieron y en menos de veinte segundos ya estaba tocando la gran puerta blanca frente a mi.
—Querida— me saludo la señora Jones con un beso en la mejilla.
No le esperaba que ella abriera la puerta.
Le di una sonrisa y hablé —Buenas tardes señora Jones.
—Llámame Amelie, con él señora me haces sentir vieja— y para nada luce así, se ve más joven que muchas mujeres de su edad.
—Bien, Amelie— entramos a la casa —¿En donde está su hijo?— pregunté entusiasmada.
—El está en su habitación, no sale de ahí jamás, ni siquiera para comer— me dio una mirada triste.
Puse mi mano en su hombro dándole una sonrisa reconfortante —Tal vez pueda hacer que salga de ahí.
Me dio una mirada llena de luz la cual en cuestión de segundos se apagó, enserio cree que es imposible que él salga aunque bueno, no se si reaccionaría igual que el al quedar ciega de repente.
—Ojalá puedas lograrlo, yo ya tengo que irme, si se te ofrece algo de comer o beber puedes decirle a Ana y ella te lo da— tomo su costoso bolso color blanco el cual estaba en un perchero —Nos vemos luego querida— salió de la casa dejándome en medio de esta.
Ni siquiera se donde está la habitación del chico y dudo encontrarla rápido sin ayuda, esta mas que una casa es una mansión. Di un suspiro largo para comenzar a subir las escaleras, supongo que si empiezo por arriba sería más probable encontrarla más rápido.
Cuando llegue al pasillo de arriba mire hacia ambos lados decidiendo si irme por la izquierda o la derecha, comencé a hacer de tin marín con mi dedo y este se detuvo en el lado izquierdo, así que comenzaré a recorrer ese lado primero, tal vez lo más viable sería llamar a Ana pero ella probablemente esté ocupada y tampoco se donde está.
Estaba a punto de comenzar mi camino cuando un pequeño niño castaño de ojos verdes se cruzó en mi camino —Así que tú eres la loca que quiere cuidar a mi hermano.
—Mmm, así que tú eres el hermano del chico que cuidará esta loca— dije y el niño me dio una sonrisa.
—Soy Dave— me extendió su mano y la tome solo por uno segundos.
—Yo soy Angela— sonreí —Y dime pequeño, ¿tú puedes llevarme a la habitación de tu hermano?
—Tal vez— fruncí el ceño cruzándome de brazos, él Niño soltó un suspiro —Esta bien sígueme— comenzó a caminar hacia la derecha.
Maldito de tin marín, jamás me había fallado.
—Y dime, ¿por que crees que estoy loca por querer cuidar a tu hermano?— pregunto mientras doblábamos por el pasillo.
—La ultima chica que vino a cuidarlo salió de aquí llorando y diciendo que no podía soportarlo— trague grueso.
No quiero salir de aquí llorando y pensando que mi vida no vale nada.
Ya no dije nada más y llegamos a una puerta blanca lisa lo cual no me impresionaba, estoy empezando a quedarme ciega por tanto blanco qué hay aquí, es mucho para mi preferencia de colores.
—Aquí es, suerte— Dave salió corriendo de ahí.
Respire profundo para después tocar tres veces la puerta, no se escucha nada. Volví a tocar y nuevamente nada, ¿estará?, claro que si, la señora Jones dijo que desde que quedó así no sale de su habitación, tal vez este escuchando música o no quiera ver a nadie, mierda, se me olvidaba que está ciego, mejor dicho tal vez quiera estar solo.
Indecisa tome la manija de la puerta para abrirla lentamente, mire cada espacio de la habitación y puedo jurar que es más grande que la mía junto con la de mi madre, también está mejor ordenada que la mía, en realidad cualquier habitación esa mejor ordenada que la mía.
Después de inspeccionar cada cosa mi vista cayó en la cama, ahí estaba recostado un chico visiblemente lindo, tiene puestas unas gafas negras que cubren sus ojos, también tiene puesta una camisa de botones color azul claro y unos short de vestir azul marino, se ve tan bien ahí recostado, ¿por que nadie me aviso que el chico es un adonis?
Entre cerrando la puerta tras de mí para comenzar hablar —Lo siento por entrar así pero toque y no contestabas.
—Tal vez por que no quería que entrarás— su voz me privó un escalofrío en toda la espalda.
—¿Perdón?
—¿Acaso eres sorda?— abrí mis labios ofendida, ¿a este que le pasa?
—No, escuchó muy bien a las personas groseras como tú— dije molesta.
—Lárgate— ordenó fríamente.
—No, estoy aquí para cuidarte— crucé mis brazos sobre mi pecho.
Estoy empezando a cansarme de estar parada.
—No necesito que alguien como tú me cuide— se sentó en la cama y yo camine lentamente hacia ella.
—No siquiera me conoces, no sabes como soy— creo que no fue el mejor comentario de mi parte.
Giró su cabeza hacia mi dirección como si pudiera verme —Y no lo sabré jamás, ¿no?
Baje la mirada sintiéndome culpable, ¿por que simplemente no puedo quedarme callada?, empezará a cuidar mis palabras de ahora en adelante, no quiero que vuelva a mal interpretarlas.
Mordí mi labio inferior y me senté en la cama —Tal vez si lo hagas ya que de ahora en adelante yo te cuidaré y nada de lo hagas podrá cambiar eso.
Jamás había hablado tan firme y nerviosa a la vez en mi vida, estoy orgullosa de mi.
—¿Estas segura de eso?— me dio una media sonrisa entre burlona y soberbia que casi hace que me olvide que esta siendo grosero conmigo.
Esto será más difícil de lo que pienso.
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Más allá de tus ojos
Storie d'amore"Me volví adicta a unos ojos que no me miraban" Angela Rawlings Una chica normal la cual está a punto de graduarse para ir a una universidad pública en el mismo pueblo donde vive, hasta ese punto es una chica como cualquier otra pero todo cambia cu...