ANGELA
Abrí mis ojos poco a poco para que la luz que entra por la ventana no me calara tanto, ¿a quien se le ocurrió abrir las cortinas?, cuando por fin abrí completamente los ojos visualicé a Daniel sentado en el sillón al lado de la ventana, seguramente el dejo que entrara la luz a propósito.
Lo inspeccioné de arriba abajo al darme cuenta que no tiene puesta una playera, solo lo cubre unos shorts playeros de palmas, su cabello no está bien peinado como siempre y eso hace que se vea mas sexy, mordí mi labio inferior cuando pare en su abdomen, podría raspar queso ahí.
—¿Te agrada la vista?— me espante cuando hablo.
—Como lo...
—Puedo sentir las miradas, más cuando son de deseo— me dio una media sonrisa burlona.
—Me duele la cabeza— me quejé ignorando su comentario.
Si comienzo hablar de eso terminaré perdiendo.
—Le pedí al room service que te trajera una pastilla para el dolor, por ahí debió de haberla dejado.
Gire mi cabeza a ambos lados hasta que la encontré en la mesa de noche de mi lado, la tome junto con una botella de ahí que estaba ahí, espero que con esto se me quite.
—Siento haberme embriagado, jamás había probado una gota de alcohol en mi vida— admití.
—Si me di cuenta, solo no lo vuelvas hacer, se supone que tú tienes que cuidarme a mi— sonreí.
—¿Admites que me necesitas?
—Admito que te pones rara cuando tomas— me sonrío —Aparte de que dices cosas.
¿Que?
—Dime que no dije nada vergonzoso— pedí, casi rogué.
—Solo te digo que me dejaste duro anoche— casi me atraganto con mi propia saliva —Ahora ponte un traje de baño que iremos a la playa.
Me levante como pude de la cama aun con las palabras de Daniel retumbando en mi cabeza, en el trayecto al baño no deje de verlo, esta mas guapo de lo normal, se ve relajado y hasta feliz, eso hace que mi corazón palpite de alegría.
Entre al baño para darme una ducha rápida, hice todas mis necesidades, cepille mis dientes, mi cabello y me puse un traje de baño completo color rosa pastel que deja ver gran parte de mi espalda solo que mi cabello me hace el gran favor de cubrirla, también tome unos lentes de sol y un poco de bloqueador solar, no quiero terminar toda quemada.
Después de que termine de arreglarme bajamos a desayunar, ya todos lo habían hecho así que solo éramos nosotros dos, cuando terminamos fuimos hasta la playa, a lo lejos pude ver a los chicos sentados en una cama mientras reían, el lugar es muy bello, hay camas colgantes con sábanas blancas y lo mejor es que estas están casi en la orilla del mar, yo amo el mar aunque no vengo muy seguido.
Al llegar con los chicos solo los salude con la mano, me quede parada observando los hermosos cuerpos de las tres mujeres frente a mi, todas lucen un bañador de dos piezas que les quedan increíble, son como unas diosas, admito que me hacen sentir patética y chiquita a un lado de ellas.
—Angela, ¿No vas a sentarte?— pregunto la voz chillona de Ariana.
—Mmm, bueno yo...
—No, nos meteremos al mar un rato— Daniel me interrumpió y entrelazó nuestras manos.
No puedo explicar la satisfacción que sentí al ver la cara de molestia de la rubia oxigenada.
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Más allá de tus ojos
Romance"Me volví adicta a unos ojos que no me miraban" Angela Rawlings Una chica normal la cual está a punto de graduarse para ir a una universidad pública en el mismo pueblo donde vive, hasta ese punto es una chica como cualquier otra pero todo cambia cu...