Observo a las personas ejercitándose mientras busco cualquier cosa que hacer para no estar aburrida. Algunas veces aprovecho y hago ejercicio, o muy normalmente me toca hacerle de entrenadora, pero hoy no tengo ánimos.
Y todo por el mismo sueldo, qué estafa.
July quedó de recogerme –muy puntualmente– a la hora de salida, aunque siempre lo hace. Cuando cubro el turno de la tarde, como hoy, se pone más sobreprotector. Y desde que le conté sobre el chico ha estado muy animado en conocerlo.
—¿Y si termina gustándote?
—No.
—¿Y si es el amor de tu vida?
—No.
—Pero si te atrae, ¿no?Reproduzco nuestra conversación de la mañana y niego con la cabeza. Puede llegar a ser muy terco y aferrado si algo le cruza por la mente.
Tal vez pueda conseguirle una cita para él, pensé.
Jayce cruza la puerta y dirige su mirada al mostrador, a mí. Me regala una sonrisa y una seña en forma de saludo.
—Hola.
Viste ropa deportiva como el día que lo conocí, se nota que le dedica mucho tiempo a su cuerpo. No me sorprendería que debajo de esa camisa se encuentre un cuerpo bien esculpido y formado. Tiene la línea de la mandíbula marcada y el pelo despeinado. Una sonrisa blanca y perfecta en su rostro, dirigida a mí.
Me dedico a devolverle el saludo con la mano y él se adentra en el local. Supongo que si le dedica mucho tiempo al ejercicio, estaré viéndolo muy seguido.
***
Jayce está en el área de pesas. Cada que levanta una, sus músculos se flexionan y una gota de sudor recorre su frente. Tiene una expresión de concentración en el rostro.
Concentrado en que no se le caiga la pesa y lo aplaste, supongo.
July se encuentra a mi lado mirándolo fijamente. Considero seriamente conseguirle un plato para la baba y retomo la idea de conseguirle una cita con él, no sería tan mala idea. Sólo algo totalmente incómodo con July encima de él o mirándolo embobado y Jayce con su aire de indiferencia buscando una salida.
Recreo el escenario en mi mente y no puedo evitar reír. Regreso mi mirada a July y me río más fuerte.
¿Tan siquiera está respirando?
—Santa madre... —exclama cuando el otro chico vuelve a flexionar los brazos. —¿Estás viendo eso? Meow, pido ser el padrino de bodas, y de todos los hijos que tengan. Y si no, sólo regálame al novio. Por favor.
Todos se han ido, el chico de los ojos cafés es el único que queda. Apago todas las luces dejando su área encendida para meterle presión, pero ni así capta mi indirecta. Ya quiero largarme de aquí. Fijo mi mirada en July para buscar algo de ayuda pero sigue atónito viendo al chico. Maldito traidor.
Avanzo a paso lento hacia Jayce dispuesta a pedirle muy amablemente que se vaya, o echarlo a patadas si es necesario. Mi turno ya terminó hace rato.
—Uhm... ¿Jayce? —deja la pesa en su lugar y se acomoda para fijar su mirada en mí. Una fina capa de sudor recorre todo su cuerpo. —No quiero ser grosera pero ya es tarde... y ocupo cerrar. —digo fingiendo estar apenada mientras señalo la puerta con mi dedo.
Lárgate, lárgate, lárgate.
—¿Es tu novio?
—¿Disculpa? —pregunto confundida.
—El chico que te está viendo como si... como si fueras la última gota de agua en el desierto, —me doy cuenta que está viendo fijamente algo detrás de mí y sigo su mirada. July se encuentra viéndonos con una sonrisa de niño travieso en la cara mientras se contiene para no dar saltitos de la emoción, supongo. —¿es tu novio?
Te está viendo a ti, idiota.
—No. —respondo desubicada por su pregunta, ¿y a tí qué te importa?
—Entonces estás libre... —asume mientras clava su mirada sobre mí — y puedo invitarte a salir. —una sonrisa triunfal cruza su rostro mientras imagino que debe estar esperando a que me lance a sus brazos y le pida matrimonio, tres hijos y un perro, o algo parecido.
—No creo que pueda, —digo buscando una buena manera de rechazarlo — digo, no te conozco. Podrías robarme y vender mis órganos.
—Podría hacer de todo contigo, menos eso. —dice mientras sigue penentrándome con la mirada. Me siento vulnerable, como una presa fácil. Pero claro que no se lo dejaré saber. —Aceptaré tu respuesta. Por ahora.
Jayce se levanta y recoge sus cosas dispuesto a irse. Antes de cruzar la puerta, se voltea hacia mí y dice:
—Perdón por tardar tanto. Ten una buena noche, Anne. Hasta mañana.
Me. Dijo. Anne.
Después de marcharse, July comienza a dar los brincos que tanto había estado conteniendo y soltando grititos.
—¡Te dijo Anne! ¡Y si tú no le dijiste tu nombre, entonces ha estado preguntando por ti, chica!
Comienzo a caminar hacia la salida luego de recoger mis cosas y apagar todo. Le dirijo una mirada preocupada a July, ¿y si le da taquicardia o un infarto?
—¿Podrías calmarte? —pido con una mueca de exasperación.
—¿Te invitó a salir?
—Sí.
—¿Cuándo, dónde y cómo? Tengo que hablarle a Allie para que te ayude a ponerte bonita y te dé consejos. Anne, no es por nada pero no sirves para ligar. Es la verdad. —dice todo tan rápido que apenas logro entenderlo —Tendrán dos hijos y se mudarán a Canadá, se llamarán Roberto y Roberta, tres perros, dos gatos, y me adoptarán y...
—No acepté —digo interrumpiéndolo.
—¿QUE TÚ HICISTE QUÉ?
Llegamos a 100 leídas, puede sonar poquito pero la verdad no esperé ni llegar a 10, gracias.
También #6 en la categoría de basada en hechos reales, eh.
Sigo muy emocionada y siento que la historia ya está fluyendo más en mi mente, ya se viene lo chido, gente.
Anyways, ¿quién es tu favorito hasta el momento?
Ya actualicé los personajes y, dios mío, están para morirse. Me enamoré, perdón.
¿Quién será la chica misteriosa?
¿Aliada o enemiga?Hasta la próxima, stay safe Xx
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Let Me Free
Teen Fiction(P A U S A D A) Donde la frase "Juntos por siempre" pierde el sentido. "Quizá solo se trate de encontrar a quien te sigue mirando cuando tú cierras los ojos" -Elvira Sastre 08/06/20 #4 basada en hechos reales 13/06/20 #9 primer libro 11/07/20 #29 pr...