Capítulo 01

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01: Bajo el manto de Hitler.

01: Bajo el manto de Hitler

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Octubre de 1944

En el tumultuoso otoño de 1944, el mundo se encontraba inmerso en el torbellino de la Segunda Guerra Mundial. Desde las desgarradas playas de Normandía hasta los implacables campos de batalla del frente oriental, la lucha por la libertad y la supervivencia se libraba con ferocidad irrompible. A pesar de las lluvias de balas y el estruendo ensordecedor de la artillería, soldados de diferentes nacionalidades se unían en un esfuerzo conjunto por liberar Europa del yugo del nazismo. Y así, en medio del fragor de la batalla y la devastación que dejaba a su paso, Los Aliados forjaban un camino hacia la libertad y la justicia... o "eso es lo que dice la gente" pensaba Micaela mientras se abrazaba las rodillas contra el pecho, escuchando la conversación que sus oídos captaban.

Micaela Rabinowitz, una mujer de 21 años de edad, nacida en Múnich, Alemania. Aquella chica irradiaba una mezcla de fortaleza y vulnerabilidad en su mirada, su rostro estaba marcado por la gracia de la juventud y la angustia de la incertidumbre al mismo tiempo, reflejaba el peso de una carga que una Alemania nazi había colocado sobre sus hombros. Criada en un hogar marcado por la cultura judía y el amor familiar, Micaela había visto a su mundo desmoronarse cuando iniciaron las deportaciones de judíos en su ciudad natal, fue separada brutalmente de sus padres y arrojada a un torbellino de miedo y desesperación.

"Acelera o llegaremos al amanecer, no nos conviene llegar de día" escuchó la judía. Se encontraba encerrada dentro de una caja de madera bastante pequeña para su cuerpo, estaba entumecida y toda su anatomía dolía por la posición incómoda en la que se encontraba. El auto en el que la trasladaban se agitó a causa de un borde, logrando que su cabeza pegara contra el material y un quejido silencioso brotara de sus labios. Trató de ver algo fuera de la caja, pero fue inútil tratar de captar algún rayo de luz, solo obtuvo tinieblas que la hacían sentir un tremendo vacío en el alma, llevaba un par de horas entre esas cuatro paredes de madera, esperando para poder respirar aire libre.

Vivir en la Alemania nazi siendo judía era lo que menos esperaban sus vidas pasadas, se sentía en un constante baile en el filo de una navaja, una danza macabra entre la esperanza y el miedo. Cada calle, cada esquina, resonaba el eco siniestro de la propaganda antisemita que envenenaba la mente de la población. Quién hubiera pensado que pertenecer a la religión monoteísta más antigua sería de tan mala suerte en algún momento.

Luego de unos minutos más en los que Micaela se dedicó a ahogar gemidos de dolor e incomodidad, pudo sentir como trajinaban el pequeño cajón en el que llevaba apresada aproximadamente cinco horas, estaba en posición fetal con las piernas entumidas y su trasero no dejaba de hormiguearle. Guardó un gritó para sus adentros cuando movieron bruscamente la caja que había sido su refugio por la últimas horas contra el suelo y su cabeza chocó contra el tablón, una vez más.

Unerlaubt » Timothée Chalamet©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora