04: Un encuentro en la oscuridad.
La noche envolvía los pensamientos de Micaela como un manto oscuro, mientras que aquel chico de ojos cautivadores y cabello rizado danzaba en su mente, impidiéndole encontrar la paz. Desde aquel día en que sus caminos se cruzaron, no había vuelto a verlo. Sentía un deseo abrumador de hablar con él, pero parecía estar evitándola deliberadamente. La ausencia del joven se prolongaba más de lo que ella esperaba, y cada vez que intentaba calcular sus horarios, descubría que pasaba menos tiempo en casa de lo habitual. ¿Estaba evitándola?"¿Qué pasa por su mente? ¿Por qué se aleja de mí? ¿Me habrá delatado?" Las dudas rondando en su cabeza no la dejaban dormir, su corazón ansiaba un encuentro que parecía esquivarla, temía por su vida, necesitaba esa respuesta; pero no podía negar que también quería ver al soldado por mera curiosidad. Cuando reaccionó a sus pensamientos, se abofeteó internamente y tomó su cara entre sus manos. Estaba desesperada por ver a un nazi que apenas conocía, todavía no sabía su nombre, su edad, o si estaba dispuesto a llevarla a su muerte, y ahí estaba ella, teniendo aquel rostro angelical tatuado en su memoria.
Los pensamientos de Micaela fueron interrumpidos abruptamente cuando unos leves golpes resonaron en la pared. Instantáneamente, una sonrisa se dibujó en su rostro al pensar que se trataba de Jeanne. La pelirroja aparecía siempre de madrugada para llevarle algo de comida, generalmente un trozo de pan. Sin embargo, al abrir su escondite, no encontró a la persona que había imaginado, sino al joven por el que tanto había esperado, sentado en la orilla de la cama en medio de la habitación alumbrada por la luz de la luna que se colaba por la ventana.
Micaela se removió nerviosa en su lugar, su corazón latía con fuerza contra su pecho y sus manos inevitablemente habían comenzado a temblar. Aunque había anhelado ese encuentro, una parte de ella temía lo que pudiera suceder. ¿Cómo había descubierto él su escondite? ¿Había hablado con su madre al respecto? Ella nunca le reveló su refugio secreto. Desde aquel encuentro fugaz días atrás, luego de compartir el sabor del chocolate, él había desaparecido sin dejar rastro, sin una palabra de despedida, nada que le pudiera asegurar a la judía que no iba a delatarla. Aquella partida abrupta la había dejado sumida en un mar de dudas y temores, con la inquietante sensación de que cada día que pasaba podía ser el último para ella.
El joven de castaños rizos, con su porte firme y decidido, mantenía su posición, con sus ojos escudriñando a Micaela. Sin percatarse de que cada gesto, cada mirada, cada movimiento, era meticulosamente absorbido por la rubia, quien parecía estar hipnotizada por cada aspecto de su persona. La joven no podía controlar la extraña atracción que sentía hacia él, una conexión inexplicable que desafiaba toda lógica y racionalidad. Aunque en su mente rechazaba vehementemente esa fascinación, sintiendo repulsión hacia sí misma por albergar tales sentimientos hacia un nazi, no podía evitarlo.
Después de unos largos segundos de silencio, el joven castaño finalmente se dio cuenta de la mirada fija de la chica, como si estuviera absorta en él. Se percató de que su nerviosismo no se debía únicamente a la tensión inherente a la presencia de un nazi para una judía, sino también a algo más profundo, algo que le costaba aceptar: ella tenía un flechazo con él, un pequeño enamoramiento a primera vista que desafiaba todas las barreras impuestas por la guerra y la ideología.
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Unerlaubt » Timothée Chalamet©
Fanfiction❝A veces me olvidaba de que yo era una judía y de que él no lo era, pero cuando menos lo esperé simplemente pasó, le quería. ❞ Cover by: @echospy