moon; daniel ribba

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parte I "primeros días."
capítulo 1.
primer día de clases.

me desperté gracias a chayanne puesto en las bocinas a todo volumen. me giré a ver el reloj que tenía en la mesita de noche y ví la hora que era

5:50am

suspiré, sabía que no me iba poder volver a dormir, porque en 10 minutos sonaba la alarma e iba a ser a lo pendejo, además, si fuera cualquier otro día de escuela me hubiera vuelto a dormir, pero era el primer día de clases.
me talle los ojos y me senté en la cama viendo el piso, me quedé en un tipo de viaje hasta que

-VALERIA, LEVÁNTATE YA O TE VOY A ECHAR UN BALDE DE AGUA FRÍA ENCIMA.- si, esa era mi mamá, amorosa como siempre.

-¡ya voy! no grites.- me levanté y agarré mi uniforme junto con mi ropa interior para tomar un baño.

escuchaba a don omar saliendo de la bocina de mi celular, era la tercera canción que sonaba, eso significaba que ya tendría que salir.

cerré la llave del agua, comencé a secarme y a ponerme el uniforme, me cepille el cabello y bajé a la cocina, cuando llegué estaba mi mamá mandando mensajes y riendose, ja.

-qué onda má, hablas con agustín o, ¿por qué esa sonrisa?- la miré levantando una ceja y tratando de no reírme. agustín es su "amigo" con el que algunas veces sale, se queda en su casa a pasar la noche y se manda mensajes riéndose, "quedantes" le dicen en mi pueblo.

-cierra la boca o no sales en dos meses.- me miró de una forma que si no hubiera estado medio dormida, hubiera dicho que con vergüenza.

terminé de desayunar entre platicas del trabajo de mamá y lo nerviosa que me sentía.
me cepille los dientes y agarré mi mochila junto con mis audífonos y bajé encontrándome con mamá recargada en el sillón con una mirada de desesperación, que tuve que mirar hacia abajo para no sentirme intimidada, dígamos que perdí 10 minutos parada frente al espejo simulando cantar con el cepillo de dientes como si fuese micrófono, mala mía.

-si no te apuras no llegamos, valeria, es tú primer día.- murmuró mientras cerraba la puerta, no dije nada y me encaminé hacía el carro mientras veía la hora en mi celular.

6:53am

por la puta que me parió, entraba a las 7

entre al carro y por suerte casi no había autos a pesar de ser de mañana.
"no estés nerviosa", "es solo otro ciclo escolar", "no es nada nuevo" repetía una y otra vez, solamente causándome aún más nervios, ¿qué tal que me caía? ¿qué tal que me pasaba como cuando pregunté en el mercado por la cajeta en vez de pedir dulce de leche? traía un manojo de nervios y sentía el corazón en el cuello, en cualquier momento vomitaría.

bajé del auto en la entrada y suspiré, nada nuevo, "vamos valeria, tú puedes" traté de echarme ánimos mientras caminaba, ¿qué podría salir mal?

(...)

llevaba al menos 15 minutos en dirección esperando a que la secretaria dejará de mandar mensajes por teléfono y dejara de hacer ese molesto ruido con el chicle, eran las 7 de la mañana, ¿quién carajos come goma de mascar tan temprano?

bufé, me comenzaba a desesperar y empecé a mover la pierna, dos minutos más aquí y me voy a la mierda.

-señorita goméz, puede pasar.- habló la vieja sonriéndome de una manera que decía "ayúdame por favor, tengo casi 50 y tengo que estar soportando este trabajo de mierda", bueno, qué podía hacer yo.

caminé hasta su escritorio y me dejó unos papeles explicándome que uno era el horario y otro una carta por parte del director avisando que era nueva y por eso mi retraso. sonreí de manera cerrada murmurando un gracias.

salí fijándome en el papel, física decía en la primer línea, primer día, primera hora y me toca algo con números "vaya día" pensé y comencé a caminar, hasta que recordé que no sabía en qué edificio quedaba y si regresaba a preguntar me vería muy estúpida, volví a leer el papel aula 22, ¿ahora qué mierda hacía?

suspiré y comencé a caminar hasta que ví a un par de chicos en círculo y se alcanzaba a escuchar una melodía saliendo, con vergüenza me acerqué tratando de poner mi cara de despreocupación cuando en cualquier momento sentía que se me saldría el culo por la boca.

-hola, disculpa, ¿te puedo hacer una pregunta?.- le pregunté a un chico que quedaba un poco más a fuera, me volteó a ver, es lindo, pensé, nada fuera de lo normal, tes blanca, con una perforación en el labio y cabello negro, llevaba puesta una chamarra negra adidas con líneas verdes en los costados.

me volteo a ver analizandome para después sonreír, "tranquila, respira" repetía en mi cabeza.

-claro, vos decime.- volteó a ver de nuevo hacia el círculo debido a que se había alejado un poco.

-¿qué pasó, wanakin, primer día y ya andas en esa? pará un poco loco.- se escuchó una voz saliendo del círculo, pero no me dieron los huevos de voltear, dios rápido dime ya.

rió un poco y me volteó a ver, "no le hagas caso" pensé, se me quedó viendo de una manera que decía que hablara y me intimido un poco.

-pasa que soy nu-nueva y recién me dieron el horario, pe-pero no sé en qué edificio queda el salón al que tengo que ir y quería saber si me podías ayudar.- "pendeja" me repetía, por qué me tenía que trabar de esa manera tan estúpida.

el chico se quedó unos segundos pensando mirándome muy fijamente, basta basta.

-si claro, ¿qué salón decís que es?.- ahora no volteó hacía el grupo de chicos y se me quedó viendo directamente.

-el 22.- le dije y en eso se escuchó un ooooh, saliendo de algunas bocas, miré extrañada a las personas que estaban ahí pero no alcancé a ver nada debido a que se habían acercado un par de personas más, ¿estarán jugando con una consola?

-son batallas.- me dijo el chico del cual no sé el nombre y lo miré extrañada.- batallas de rap.- volvió a decir, tratando de explicar, ¿y eso qué mierda era?

-¿en serio? jamás había escuchado sobre eso.- le dije, escuchando un par de gritos más.

-pasa que recién comienza el movimiento acá, pero en algún momento será más grande y habrá mil competiciones y los pibes seremos una parte re importante de él.- lo escuchaba emocionado y realmente me hubiera gustado escuchar más, pero vamos yo solo quería saber dónde quedaba el maldito salón, al parecer entendió mi silencio y dijo.- ¿el 22? yo voy ahí, faltó el profesor así que quedate tranquila...

-valeria.- sonreí, el chico me hacía el favor y yo ni el nombre le decía, pero vamos que lo único que sabía era que le decían wanakin.

-mauro.- se presentó.- pero por acá algunos me dicen duki.

-¿duki? ¿y eso qué significa?- pregunté realmente interesada.

-y no sé, así me dicen y bueno, qué se le hace.- sonrió.

-aaah, claro, bueno, duki, mauro, un gusto.- le sonreí dispuesta a voltearme y sentarme en una banca que a estas horas lucía realmente cómoda.

-eh, pará un poco, no creo que seas de acá, ¿de dónde sos?.- murmuró con curiosidad volteando un poco la cabeza.

-soy de méxico y me mudé en las vacaciones.- le sonreí de boca cerrada y el hizo lo mismo, moví un poco la mano en señal de despedida caminando un poco hacia atrás y el hizo lo mismo volviendo al grupo de personas que había ahí.