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parte II, "asumiendo sentimientos."
capítulo 7.
batallas.

-¿es mauro?.- me preguntó parándose y antes de que pudiera acercarse a la puerta me puse delante de ella?- ¿qué pasa valeria? muévete.

-ehm, mamá vinieron por mí.- solté pero tengo en cuenta que sonaba más como pregunta que como afirmación.

-pero si es mauro lo quiero saludar, me cayó muy bien.- me hizo a un lado y antes de que pudiera empujarla llegó a la puerta y la abrió.

-¿valeria?.- me preguntó confundida y llegué corriendo hacía la puerta, daniel tenía el celular en la mano y le estaba sonriendo a mamá mientras le ponía la mano para saludarla.

-hola señora, buenas tardes, ¿cómo está?- soltó con un tono agradable y con una sonrisa como si hubiera conocido a gustavo cerati o algo así.

-mamá el es daniel, daniel ella es mi mamá.- solté de golpe y mi mamá me volteó a ver sin entender.- con el iba a salir.

(...)

-eres un hijo de puta en todas las palabras, daniel.-

después de la presentación más incómoda para mí y al parecer la más divertida para daniel, le pidió permiso a mamá y estoy casi segura que le dijo que sí nada más para dar una buena impresión y también estoy segura que cuando llegue me van a llover mil preguntas.

-¿por? aquí estamos, te conseguí el permiso que es lo importante y ahora que pienso, ni hola me dijiste.- soltó con gracia y lo voltee a ver mirando por primera vez lo lindo que se veía, traía un pantalón negro, una sudadera gris y encima de ésta una chamarra negra, tenía el cabello peinado hacía al lado y una sonrisa que parecía imposible de borrar.- eu cuidado con la saliva.

-cierra el culo daniel.- voltee la cabeza hacia el otro lado y escuché su risa.- hola.- lo miré y le di un beso en la mejilla.

-hola vale.

íbamos hacia la parada del micro, podríamos ir caminando pero quedaba un poco lejos y ya era un poco tarde.

caminábamos en silencio y me encantaba, a pesar de llevar poco menos de un mes de conocernos se sentía lindo pasar tiempo con él, más allá de las veces en las que estamos en clase o con los chicos, cuando estoy con el me siento cómoda.

subimos al bondi y me senté del lado de la ventana, recargue mi cabeza en el respaldo cerrando los ojos y escuché la risa de daniel.

-¿andamos risueños hoy, dani?.- solté aún con los ojos cerrados y volví a escuchar su risa.- dale daniel, ¿de qué te ríes? ¿tengo algo en la cara?.- solté con molestia abriendo los ojos y pasando mi mano por mi cara, cálmate hija de puta.

-no no, está todo bien, solo me dan ganas de reír.- achicó los hombros y cerro los ojos, lo que daría por tener esa imagen en mi cabeza toda mi vida.

no dije nada más y volví a cerrar los ojos, sentí como daniel se acomodó en el asiento de al lado y sentí su pierna rozar la mía al igual que su brazo rozando con el mío, traté de ignorar las cosquillas que me transmitía más allá de la ropa que traía encima.
después de algunas paradas y que gente bajara y subiera, dani toco el timbre y bajamos.

-algun día no tendremos que caminar.- soltó de repente y lo miré sin entender, ya era costumbre.

-¿a qué te refieres?

-y si, algún día yo o algún pibe tendrá un re auto y no tendremos que andar en bondis, es re molesto.- dijo relajado y yo traté de ocultar mi sonrisa, imagínate a los nenes en un carro soltando dinero re pegados.

moon; daniel ribbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora