Aberrant. (Ab.#2)

EXTRA! NARRA MATT.

Aquí la parte de Abnormal en la que Matt desaparece o "muere". Que lo disfruten :)

Espacio vacío

Matt:

                La adrenalina corría por mis venas cuando Mitch, Jaxon y West metieron todo el dinero en las bolsas. Ellos salieron primero, pero antes de que termináramos de retirarnos alguien entró por la puerta interior.

-Vaya, vaya –dijo Luke, dirigiéndose a Kat. Así que vaciaron mi bóveda, ¿qué haré contigo? –Su arma se elevó hasta la altura de la cabeza de ella.

-Dejarme ir podría ser una buena opción. –Cualquiera diría que no le interesa morir con aquel tono, pero yo estaba seguro que estaba muy asustada.

-No es momento para el sarcasmo. –Respondió. –Tus últimas palabras.

-Imbécil.

-Demasiado.

                En ese momento supe lo que iba a ocurrir, el disparo inminente. Empujé a Kat hacia un lado y de inmediato sentí un golpe en el pecho junto con un dolor agudo. Caí en el piso y mi respiración comenzó a estar más lenta.

-Matt, resiste… -Susurró alguien.

                Intenté fijar la mirada, pero sentí como si sacar el alma de mi cuerpo. Quedé inconsciente.

                Quisiera decir que luego de eso desperté en un lindo lugar, pero no fue así. Cuando abrí los ojos, estaba en una habitación gris llena de humedad. Tenía una venda pegada al pecho y mil agujas conectadas a mis muñecas.

-¿Hola? –Pregunté, mi voz sonó pastosa.

                Se escuchó pasos acercándose e intenté sentarme, pero mis muñecas me jalaron hacia abajo. Luke entró con una enfermera detrás.

-Sédenlo. –Dijo.

                Jalé con fuerza las sogas que me ataban, pero la enfermera logró colocar el líquido por uno de los tubos.

-Buenas noches, hermanito.

               

                Viento frío recorrió mi espalda y mis vellos de la nuca se erizaron. Poco a poco fui siendo consciente de mi entorno, tocando con los dedos lo poco que podía, puesto que estaban amarrados a los lados. El piso era suave y helado, una brisa enfriaba estómago desnudo.

-¿Qué tal dormiste? –Preguntó una voz.

-Como un príncipe. –Contesté con sarcasmo.

-Ajá.

                La venda que tapaba mis ojos fue retirada y la repentina luz inundó mi visión.

                El lugar era simple, los pisos y paredes eran de madera, tenía una ventana alta y por último una cama con una silla al lado. Lo miré desde abajo furioso.

-¿Dónde diablos estoy?

-Bienvenido a muy, muy lejos de New York –sonrió.

-Esto es enserio, ¿dónde estoy y qué hago aquí? –O más importante… -¿Dónde está Kat?

-Ella está bien, supongo. Todos piensan que estás muerto.

-¿¡Qué!? ¿Qué pasa contigo? ¡Completo imbécil, sácame esto y déjame ir!