capitulo 1

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Imágenes y canciones,
Todos los derechos a sus creadores.

©® Historia original con derecho de autor .

«» son pensamientos  del personaje  y situaciones.

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Una mañana lluviosa como todos los días en esta época del año en uno de los distritos de negocios más opulentos en el último piso de los 30 con los que contaba la corporación Higurashi _Taishos corp.

Ella, de preciosos ojos violeta,cuerpo escultural, pelo negro ondulado y largo hasta la media espalda con su  perfecta manicura, labios rojo y largas pestañas,que cruzada de piernas jugaba con un bolígrafo en su mano izquierda, nerviosa, furiosa y desesperada
Su rostro contríto contaba otra historia .
A diferencia del nerviosismo de su cuerpo, estaba furiosa y dolida....realmente dolida .
Le había entregando todo su confianza, su amor, su cuerpo . . . su dinero. Era un niño, ella lo supo siempre pero,como luchas contra ese sentimiento que te avasaya ,te arrastra hasta su oscuro deseo y te revitaliza con una calidez que te lleva al cielo.
Cómo echas por la borda 10 años de matrimonio, por algo de calor, amor y atención. Su matrimonio si bien fue un arreglo, con el tiempo llego a enamorarse de su frío y elegante esposo, ni que decir era un grandioso amante y.....hermoso, pero todo con el tiempo cambio . Los continuos viajes ,las llegadas tarde el no avisar y dejarla con una cena espléndida preparada con horas de anticipación ,y lo peor, deseosa de las caricias  y la compañía de un marido al cual, obviamente ,ya no le importas.
Todo en su aniversario número 7 después, ya no importo, simplemente dejo de esperarlo.

De pronto su vida se volvió un caos,el verse perseguida  y ascediada por un jovencito de 20 años , entonces era un niño precioso de profundos ojos azules, cabello negro y figura de infarto, universitario, se vieron por vez primera en la calle cuando con su auto lo mojo de pies a cabeza en un charco de agua helada, llovía pertinazmente.
Él, en cuanto la vio,con cara de horror y después de enfado.. .
Con una radiante sonrisa se puso a darle una cátedra de baile, al más puro estilo a ló Fred Astaire en aquella famosa película, Singin un the rain.
Estuvo a punto de reír a carcajadas, pero una dama no hace eso, y menos con un mocoso payaso.
Aceleró sin miramientos y lo volvió a bañar con el agua helada.
Por el retrovisor alcanzo a mirar esa sonrisa pícara junto con una inclinación profunda de agradecimiento.

Después de eso todo su vida se volvió de cabeza, ante el asedio, la galantería y las acciones del jovencito, ella, una mujer de entonces 26 años casada, con un amante 6 años menor. Una lágrima solitaria bajo por su niveo rostro. Lo sabía, siempre lo supo, no duraría y no por qué su esposo se hubiera enterado. No, el gran Sesshomaru no se rebajaba a esas cosas, eran caprichos de su esposa, si eso la hacia feliz . . . O al menos ella lo creía, pero sólo había silencio.
En el fondo, ella esperaba que, su perfecto esposo le reclamará o le hiciera algún desprecio. No hubo ninguna reacción. Y su esperanza murió.
Ahora, enfrentaría las consecuencias de su desliz y garrafal fracaso. Su descuido le había costado muy caro, su dignidad pisoteada, su dedicación y, su amor.

Se tomó el tiempo de enseñarle los placeres de la carne, para que la satisfaciera volviendola loca por sus caricias. Fué un avezado aprendiz y por mucho. Ahora otras gozaban de lo aprendido entre sus brazos, lo enseño a vestir con elegancia comprándole guardarropa de diseñadores famosos, coches, dinero y un penhouse enorme y lujoso en la zona más exclusiva de Manhattan.

Se levantó aventando la silla recargandose con ambas manos sobre la pulida superficie del más pulcro escritorio, regalo de sus padres. Respiraba con rapidez tratando de calmar la necesidad asesina de destrozar algo. Si había algo que su esposo le enseñó, era a guardar cualquier sentimiento frente a sus enemigos. Se lo agradecía en estos momentos. Unos toques en la puerta la regresaron al presente, y se irguió arreglando el maquillaje para dar el pase a su asistente.

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