Capítulo 8.

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Está de más decir que mí reacción fue la misma que la vez cuando conocí a mi amiga Phoebe por primera vez, el pequeño camaleón pasó a ser un chico de aproximadamente 1,80 de estatura, tenía el cabello alborotado y de un color anaranjado muy llamativo, muy guapo hay que decir, ¿Qué les sucede a todos los chicos que conozco? ¿Por qué todos son tan malditamente guapos? Sentí un golpe en mi brazo, miré a mi lado y Jack me miraba serio, ¿Cuánto tiempo estuve analizando al chico?

−Me llamo Teodoro Johnson, pero prefiero que me digan Teo− Nos hizo el signo de la paz.

−Hola yo me llamo...− Jack me interrumpió.

−Me llamo Jack y ella es Cam− Lo miré mal.

−Jack, se hablar, muchas gracias.− En ese momento sentimos un golpe en la puerta y Teodoro se escondió tras una mesa.

−¿Cam? ¿Jack? ¿Están aquí? − Era la voz de Emma.

−Sí, pueden entrar− Luego de decir eso mire en dirección a Teo− Son nuestros amigos, puedes salir de ahí.

−Lo siento, he estado algo paranoico con todo el tema de los mata−raritos.

−¿Te autodenominas rarito?− Preguntó Jack elevando una ceja.

−¿Como más me puedo decir? No es muy normal que alguien se pueda transformar en un animal.

−Depende de la ocasión− Me reí por mi mal chiste, luego de eso entraron Emma, James y Cookie−

−¿Donde esta Phoebe?− Miré sobre sus hombros.

−Fue al baño− Dijo Cookie.

−¿Y la dejaste ir sola?− Le grité a Cookie, nunca lo hago en realidad, pero ¿cómo pudo dejar a nuestra amiga sola con todas las cosas que están pasando?

−Dijo que volvería en un segundo y que estaría bien− Cookie se veía preocupado.

−Demonios debo ir por ella, quédense con el chico nuevo− Salí corriendo sin recibir una respuesta, corrí al baño más cercano entré y grité el nombre de mi amiga por todas partes, salí y fui a otro baño, antes de entrar a este escuché un grito proveniente de un lugar con una señal en su entrada que decía "prohibido el paso", era la puerta que había que usar para poder entrar al hábitat de los leones, fabuloso.

Entré lo más rápido que pude siguiendo la dirección del grito, en un segundo divisé a mi amiga en el piso siendo golpeada por un tipo muy grande, la levantó como si fuera una pluma y la tiro dentro con los leones. MIERDA. Me acerqué rápido para mirar a Phoebe atreves de las rejas que separaban al público de los grandes felinos, y vi que estaba acostada tocándose su estómago a unos 4 metros de distancia de los leones. Por el rabillo del ojo pude ver al tipo gigante caminar hacia mí, lo miré y pude ver su cuerpo brillar con el sol, exactamente como cuando un auto brilla al pasar frente a una luz.

Le arrojé lo primero que vi, que fueron unas rocas del tamaño de unos zapatos, el tiro llego precisamente en su cabeza, al impactar las rocas rebotaron con un sonido similar al que hace un metal al caer al piso. Anotado, el tipo es de metal, una roca que a cualquiera hubiera matado no le hace ni cosquillas, estoy muerta.

−En este momento realmente necesito ayuda, Emma ¡dime que escuchas mi mente!− y como es de costumbre una ráfaga de viento pasó a mí alrededor y Cookie ya estaba a mi lado.

−¿Dónde está Phoebe?− Sin dejar de mirar al gigante de acero, le apunte el lugar donde estaba.

−¡Necesitamos a Teodoro ahora!

−¿Al chico nuevo?− Asentí, en un segundo Julian ya había ido por Teo el cual estaba algo mareado por la velocidad, siempre pasa, luego te acostumbras.

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