La noche que empezó todo

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Al día siguiente, Ash ya estaba listo para el viaje a Ciudad Castelia. Se dirigió a la habitación de Dawn. Cuando llegó, tocó la puerta...

-Dawn, soy yo- Dijo Ash.

-Pasa- Habló Dawn.

-Buenos días- Saludó Ketchum.

-Igualmente- Devolvió el saludo.

-¿Estás lista?- Preguntó el azabache.

-Sí, lo estoy- Contestó- Por suerte, debido a que decidiste viajar a Unova ayer. Ni siquiera compramos los pasajes.

-Ya nos ocuparemos de eso luego- Mencionó el chico de tez morena- Hey, ¿Cómo vamos a llevar las armas? Pregunto porque no llevamos equipaje, y aunque lo lleváramos, nos arrestarían en el aeropuerto antes de embarcar el avión.

-Ya me encargué de eso- Respondió la peliazul- En cuánto lleguemos a Ciudad Castelia, iremos a una oficina de correos para retirar dos paquetes.

-Supongo que en esos paquetes estarán nuestras armas- Dijo el joven de Z en las mejillas.

-Exacto- Afirmó.

-Bien. Deberíamos irnos ya, quiero llegar a Ciudad Castelia lo antes posible- Mencionó Ash.

-Vamos- Dijo la chica de Sinnoh- Por cierto, vamos a tener que utilizar nombres falsos y pagar todo en efectivo.

-¿Por qué?- Preguntó el azabache.

-Debemos ocultar nuestras identidades- Contestó Dawn.

-Oh, claro- Dijo.

Antes de irse, informaron a Christopher, el Mentor, acerca de su viaje. Luego salieron de la fortaleza, subieron al mismo auto en el que llegaron cuando rescataron a Ash, el cual estaba escondido, y se dirigieron al aeropuerto. Cuando llegaron, compraron los pasajes y tomaron rumbo hacia la puerta correspondiente para embarcar su avión. Un rato después, el par ya se encontraba dentro; el avión despegó y comenzó el viaje hacia Unova. Horas más tarde, ya de noche, el avión aterrizó en uno de los aeropuertos de Ciudad Castelia. Ash y Dawn bajaron y salieron del aeropuerto...

-Una pregunta, ¿Dónde vamos a hospedarnos?- Preguntó el joven de Kanto mientras trataba de detener un taxi.

-En un hotel- Respondió Berlitz.

-De acuerdo- Afirmó el azabache.

Luego de unos minutos, un taxi se detuvo delante de ellos. Subieron a él y tomaron rumbo a la oficina de correos. Cuando llegaron, bajaron del taxi, no sin antes pagar, y entraron al edificio. Minutos después, fueron llamados por nombres falsos para retirar ambos paquetes...

-¡Vaya! Están pesados- Dijo el empleado de la oficina- ¿Qué se supone que tienen estos envíos?

-No creo que sea asunto suyo- Contestó Dawn mientras tomaba uno de los paquetes.

-Lo siento, se lo pregunté amablemente- Dijo un poco molesto el trabajador.

-Disculpe a mi amiga, a veces reacciona de mala manera- Se disculpó por la peliazul.

The Legend's CreedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora