Llegar tarde ya era una costumbre y quedar fuera de clases también, por lo que me quedaría con los rezagados de nuevo, no es que fuera un chico desaplicado si no que me costaba mucho despertarme, la alarma no me despertaba por lo que mi madre tenia que intervenir aunque cuando lo hacia ya era demasiado tarde.
Chasquee los dientes, esperaría hasta la próxima clase, así que tenia cuarenta y cinco minutos de tiempo libre, camine por el pasillo desolado hasta llegar a las escaleras y bajarlas de dos en dos, cuando llegue abajo salí hacia la parte de atrás donde estaban los campos de futbol, me sentaría un rato bajo el almendro que se encontraba allí, el aire era mas frio y reconfortante bajo su sombra.
Me parecía un buen lugar para pasar el tiempo libre, camine a paso calmo mientras hacia alguna rima en mi cabeza sobre las semillas de almendra y el amor, de seguro funcionaria para una canción, letra de dicha canción jamás vería la luz, ya lo sabia pero no perdía nada escribiéndola e imaginándome que algún día seria algún hit y mucha gente la amaría.
Al llegar al lugar saque mis audífonos, busque mi libreta en mi mochila y cuando la tuve en mis manos me tire al lado del tronco del que seria mi acompañante por los siguientes minutos, tararee, pensé, escribí, me inspire con una hoja que venia cayendo y su color era entre el verde y el café, entre lo marchito y lo vivo.
Estaba satisfecho con el resultado, incluso algo conmovido porque no sabia como esas palabras habían logrado salir de mi cabeza, a veces dudamos de nuestro talento y nos marchitamos nosotros mismo, una sonrisa se formo en mis labios. No me dejaría marchitar, esta canción algún día tendría que ver la luz o la gente ver la luz que ella produce.
Guarde mi libreta en mi mochila que se encontraba tirada desprolijamente sobre el pasto, luego recosté mi cabeza sobre ella; acostado viendo las inmensas ramas de aquel árbol que daba vida y el viento arrullaba mi rostro, mientras la música sonaba a todo volumen en mis oídos, los parpados me empezaron a pesar, y justo estaba por rendirme a esa fuerza intangible que me arrebataba las energías cuando pude sentir la ligera sombra de alguien, abrí los ojos buscando algo, me quite los audífonos reconociendo al instante los sonido de unos sollozos.
Estruje el entrecejo, confundido busque al causante de los sonidos y lo encontré al otro lado del almendro, pero no era un el era un ella, su cuerpo temblaba por los espasmos que sus sollozos producían, su cabello negro le caía como dos cortinas a sus costados mientras abraza sus piernas contra su pecho, me acerque lentamente, con temor a que se asustara.
-Oye- susurre-¿Estás bien?
Ella siguió llorando como si no me hubiera escuchado, me acerque otro poco mas y pique con mi dedo índice su hombro, ella dio un respingo y sus ojos lagrimosos y rojos dieron con los míos, parpadeo varias veces para poder ver entre las lagrimas, eran azules y en ese momento parecían el color de una turbia tormenta, llevaba uniforme de alguna secundaria de la ciudad.
-¿Necesitas ayuda?- aleje mi mano de su hombro, ella observo hacia al rededor, habían unos que otros estudiantes pasando de largo por el campo.
-Mason-Susurro, asintiendo con la cabeza- Mason Derry.
-¿Buscas a Mason Derry?- volvió a asentir- bien, ¿necesitas ayuda para encontrarlo?
-Por favor- suplico, su voz quebrada y áspera por el llanto.
-Esta bien, te ayudare- le sonreí demostrándole que de verdad la ayudaría- ¿sabes cual es su carrera?
-Derechos.
-Bien- asentí nervioso era una amplia carrera; me costaría encontrarlo pero lo intentaría-quédate aquí, ¿si?, yo iré a buscarlo.
Asintió, me puse de pie, busque mi mochila y salí corriendo hacia el edifico de Derechos, justo en ese momento la campana sonó, avisando del cambio de clases, maldije por lo bajo, así solo seria mas complicado buscar al chico, todos los pasillos se llenaron en cuestión de segundos, detuve a un par de chicos preguntando por el tal Mason Derry, ninguno sabia quien era, hasta que llegue con una chica de cabello azul y piercing en su nariz.
-¿Mason Derry?- sonrió- claro que lo conozco, es mi mejor amigo, pero no tengo idea de donde esta, se salto la primera clase, dijo que tenia unos problemas. ¿Para que lo buscas? podría yo darle el mensaje.
Se miraba agradable pero yo necesitaba al chico, no dejar un mensaje con una extraña, le agradecí y me aleje de ella, así que no había asistido a su primeras clases, tenia problemas, a lo mejor esos problemas incluían a la chica del árbol, ¿Y porque ella simplemente no lo llamaba o le mandaba un mensaje de texto?, suspire.
Camine de regreso al árbol para llevarme con la sorpresa que la chica misteriosa ya no estaba, en el instante comencé a buscarla, la busque por toda la universidad, no una sino varias veces, hasta que me di por vencido y supe que ya no estaba aquí porque se había ido, se había ido y no pude ayudarla.
ESTÁS LEYENDO
La Chica Del Árbol
RomanceLa vida de Luz cambio drásticamente después de su primer encuentro con aquel chico, quien desesperado había buscado ayudarla, sus lagrimas nublaron su vista y su rostro se encontraba borroso en su memoria, pero un detalle que nunca olvidaría era su...