Mirrors

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Era muy temprano, lo cual Mimi por la costumbre de ir a clases, despertó de las primeras y al ver a Yamato profundamente dormido, no quiso despertarlo, lo que sí se acercó para depositar un beso en sus labios. Decidió tomar la playera de Yamato, ya que le parecía más cómoda y se colocó esta junto a su ropa interior. Caminó hasta donde estaba la cocina, tomando algunas cosas para comenzar a preparar el desayuno, tostando algunos panes y preparando huevos.

Yamato por el olor a la comida despertó, se dio cuenta que su menor no estaba a su lado y miró a su alrededor, notando que no estaba. Buscó su ropa, lo cual encontró su bóxer y se colocó este rápidamente. Se dejó guiar por el olor a la comida, cuando notó que ella llevaba su playera, lo cual encontraba que se veía muy bien y sólo se acercó a ella para abrazarla por la espalda, estando sonrojado.

— Debiste haberme despertado. –Susurró cerca de su oído, lo cual Mimi se estremeció un poco.-

— Es que te veías muy bien durmiendo, me daba pena despertarte. –Confesó Mimi sonrojada, mientras terminaba de preparar los huevos.- ¿Quieres desayunar en la cama o aquí?

— En la cama, quiero mimarte un momento. –Depositó un beso en su mejilla, lo cual ella colocaba el huevo sobre un plato.-

— Entonces espérame ahí, dije que te serviría el desayuno. –Se colocó frente a su mayor, colocándose de puntillas para depositar un beso en su mejilla.- Me coloqué tu playera, es que son cómodas.

— Se te ve bien mis playeras, boba. –Sacudió sus cabellos.- ¿Segura que no quieres que te ayude?

— Quiero mimarte, aparte tienes que tocar hoy y necesitas energías. –Dijo sonriente, para así volver a lo suyo, sirviendo café en dos tazas y colocando sobre una bandeja.- Ya ve a la cama, busca una película o algo, ¿Si?

— Eres linda... Y bueno iré a la habitación. –Caminó hasta la habitación, recogieron la ropa del suelo y luego buscó una película entre las que tenía Mimi, pero quedó en blanco porque todas las que tenía era de terror.- Mimi-san, ¿Sólo tienes de terror? –Dijo en voz alta.-

— Sí, me gustan mucho. –Comentó llegando con la bandeja con el desayuno, dejando esta sobre la cama, para acercarse a Yamato.- ¿Te dan miedo las de terror? ¿Al gran Yamato Ishida, quién siempre se ve rudo le dan miedo? –Cuestionó divertida, lo cual Yamato se sonrojó completamente.-

— ¡No digas esas cosas! ¡Claro no me da miedo! –Dijo un tanto molesto, no le gustaba que lo molestaran con que fuera un miedoso.-

— No te preocupes, me puedes abrazar si te da miedo. –Comentó divertida, mientras buscaba una película, colocándola enseguida.-

— Mimi-san te voy hacer callar.

— ¿Me besarás? Porque si me callarás así, seguiré hablando.

— ¿Te gustan mis besos?

— Claro, ¿Y a ti no te gustan los míos?

— Sí, en especial cuando me muerdes el labio.

— ¡Bobo! –Dijo sonrojada, acomodándose en la cama.-

— Pero si es verdad, podría besarte siempre. –Confesó sin más, acomodándose a su lado con sumo cuidado, mientras miraba la película y bebía de su café.-

Ambos desayunaron rápidamente, tenían mucha hambre, así que cuando tenían listo el desayuno, dejaron la bandeja a un lado y se acomodaron para ver bien la película. Lo cual permanecieron juntos abrazados, pero habían escenas las cual daban mucho susto y provocaba algunos saltos por parte de ambos. Mimi por su lado se reía porque no pensaba que su mayor le daba miedo aquellas películas y Yamato se sonrojaba al notar como ella reía. Cuando al fin terminaron de ver la película, Mimi miró un tanto divertida a Yamato y este solo suspiró.

Amigos con beneficios [DIGIMON/MIMATO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora