🌫️ c i n c o .

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—mmh... —despertó finalmente Ronnie, al cabo de media hora. Aquel olor a cloroformo lo había dejado aturdido y con un fuerte dolor de cabeza. Pero su mente ahora no pensaba en eso, había algo más importante.

No podía ver.

—¿eh? —murmuró confundido, mientras poco a poco el miedo volvía. Tragó duro y trató de moverse, lo cual no podía tampoco.

Estaba amarrado a una silla, y sus ojos estaban tapados.

Sus piernas estaban separadas y firmemente amarradas, y los brazos apoyados en los reposa brazos de la silla de madera, donde sus muñecas estaban muy bien aseguradas con cuerdas. También todo su abdomen estaba amarrado al respaldo.

Tenía un muy mal presentimiento.

—¿B-Brendon? —habló un poco alto, intentando zafarse de cualquier manera, lo hacia tan fuerte que sus muñecas empezaban a doler, al igual que sus piernas. Su respiración empezó a agitarse, mientras comenzaba a sudar y a rezar con todas sus fuerzas en su mente.

» te juro que no le diré a nadie nada de esto, pero por favor no me hagas nada... —su voz se quebró, mientras de sus ojos salían finas lagrimas por el miedo. Decía lo primero que se le cruzaba por la cabeza, quizás así lo podría convencer, cosa que no pasaría—. Brendon, en serio, mierda, esto ya no es gracio-

Pegó un saltito del susto, chillando por lo bajo. No terminó de hablar ya que sintió cómo tapaban su boca con un trapo. Lo hacía con tanta lentitud que atemorizaba aún más a Ronnie. Ató con fuerza aquel trapo, detrás de su cabeza.

Ahora estaba inmóvil, sin ver, y callado.

Escuchaba pasos, muy cerca de él. Más bien escuchaba cómo caminaba a su alrededor, seguramente para así torturarlo más, ya que no sabía qué iba a hacer Brendon. Aquellos sonidos cesaron y escuchó como una silla era arrastrada, para finalmente ser colocada frente a él.

Estaban frente a frente.

Con cuidado, el de frente amplia tomó la cuchilla entre sus manos, pasándola lentamente por la mejilla del contrario. Al sentirlo, su cuerpo se tensó, mientras soltaba hipidos bajos debido al llanto. Era inevitable que no llorara en una situación así, además no pensaba con claridad, solamente no quería morir.

—Brendon, por favor... —habló bajo, lo cual obviamente apenas y se entendió debido a que su boca estaba tapada con fuerza. Escuchar eso desató aún más la furia del nombrado.

No dijo nada por varios segundos, lo cual ponía aún peor a Ronnie, no sabía lo que podía hacer y que estuviera en silencio por mucho tiempo lo mataba por dentro.
Su respiración se calmó poco a poco, y cuando trató de decir algo más, Brendon clavó fuertemente la cuchilla afilada en la mano de Ronnie.

La mano que había tocado a Ryan.

Gritó muy fuerte, aunque apenas y se escuchaba. La cuchilla la dejó allí clavada, mientras la sangre comenzaba a escurrirse con rapidez. Su mano temblaba, sintiendo un dolor insoportable y los gritos no cesaban.

—así que tocando a Ryan, ¿no? —habló finalmente, yendo a buscar otra herramienta.

Una sierra.

Pero no una eléctrica, una simple sierra con la cual planeaba usar para cortarle la mano que había tocado a su amor.

Ya no gritaba, pero sí emitía sonidos bajos de dolor. Estaba confundido por lo que había escuchado, pero ya no iba a decir nada.

—nadie será capaz de tocarlo, sólo yo, ahora te va a quedar más que claro —murmuró, con una sonrisa psicópata, acercándose nuevamente. Claramente no lo dejó ni responder ya que empezó a atravesar su mano con la sierra como lo planeado.

Más gritos se escuchaban, los cuales eran música para los oídos de Brendon. Lo que costó más fue el hueso, debía hacerlo con gran fuerza para poder atravesarlo. El color rojizo se esparcía por la silla, manchaba las manos de Brendon y algunas gotas traviesas terminaban en su cara. Se sentía tal y como lo imaginaba, hacer tal cosa lo hacía sentirse satisfecho, libre.

No iba a detenerse, tenía varias ideas en mente para hacer con sus otros compañeros. Luego de un rato, pudo cortar su mano. Suspiró conforme, mientras notaba que Ronnie estaba a nada de perder la razón. Quitó la venda de sus ojos los cuales estaban a punto de cerrarse. Estaba pálido y sus ojos estaban hinchados debido al llanto.

Allí pudo notar su muñeca, había demasiada sangre y su mano ya había sido cortada. No tuvo reacción alguna, sólo miró al asesino, sintiéndose débil.

—te aseguro que nadie extrañará —canturreó feliz, con una amplía sonrisa. Dicho esto, tomó la cuchilla de antes y la clavó justo en su corazón.

Perdió totalmente la razón luego de eso, ya no respiraba ni se movía.










—¡directora! —corrió como pudo Brendon, mostrando preocupación y agarrándose la herida, fingiendo dolor. Ya era un nuevo día y sí, Brendon fue al hospital para ser curado, lo cual salió con éxito. Y si preguntan qué pasó con el cuerpo de Ronnie, ahora estaba en el sótano del yandere.

—¿Urie? ¿Qué pasa? —se acercó a él preocupada al verlo, estaban en el medio del pasillo así que prefirieron ir a la dirección ya que era algo delicado para decir.

—disculpe que me vea así pero no logré cerrar ni un ojo en toda la noche... Ayer Ronnie, el de mi clase, fue a mi casa ya que teníamos que estudiar —comenzó a explicar, mientras empezaba a temblar—. Después de unas horas, fuí a acompañarlo a la parada para que se tome un autobús y en un callejón que teníamos que pasar, nos robaron, querían sacarle la mochila a él, los dos forcejeamos pero yo no pude hacer más, porque el ladrón me hizo esto.

Mostró su herida, levantando su buzo con cuidado. Claramente estaba vendada, la mujer al ver esto cubrió su boca con asombro y terror.

—¿y Ronnie...? —preguntó atemorizada, a lo que Brendon volvió a mirarla con temor, tragando saliva.

Brendon sabía fingir muy bien.

—lo apuñalo más veces porque no quería darle su mochila, cuando salió corriendo unas personas nos vieron y llamaron a la ambulancia... Pero murió en el camino —bajó la mirada, fingiendo culpa y tristeza. Sus manos seguían temblando.

—oh, no... —susurró la mujer, no podía creer lo que estaba escuchando. Otros de sus estudiantes estaba muerto—. ¿Los padres saben?

—sí —asintió—. Luego de todo lo que pasó, llamé a su madre y le expliqué lo que había pasado... No me imagino cómo debe estar...

Hablaron un poco más y le dieron el día libre a todos, no era una situación que debían pasarla por alto, iban a hablar mejor con los padres y explicarle a sus amigos.

Mientras la directora avisaba a todos los salones, Brendon se quedó afuera esperando ya que seguro aquel grupo iba a preguntarle muchas cosas. Mientras esperaba, aprovechando que nadie lo veía, sacó la lista. La había traído con él para poder tachar el nombre de Ronnie, una vez que había hecho todo a la perfección.

—ya van dos —soltó risas bajas. Una vez hecho todo, guardó el pedazo de papel en su mochila, dispuesto a esperar a todos.

❥ yandere ;; ryden-ishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora