🌫️ e p í l o g o .

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—entonces... ¿Cómo te sientes ahora, Dallon? —preguntó una mujer jóven y castaña, acomodando sus lentes mientras anotaba algunas cosas. El nombrado no le respondió a su psicóloga, llevaba un buen rato así, sin decir nada y estando totalmente serio.

Suspiró con pesadez, hace meses que venía tratando de ayudar al chico luego de todo lo que le había pasado, sabía que era un tema muy delicado, todo lo que le había pasado era algo difícil de creer, lo entendía y le tenía una cierta lastima, por eso quería ayudarlo, pero si él no colaboraba, no podía hacerlo, tampoco iba a obligarlo.

—sabes que en algún momento tienes que desahogarte con alguien para poder superar todo esto... ¿Verdad? —habló de forma comprensiva, sonriendole al adolescente, quien seguía mirando a la nada, nuevamente sin responder.

Pasaron varios segundos así, hasta que la mujer dejó su pequeña libreta al costado y se levantó de donde se encontraba sentada frente a su paciente.

—ya vengo, ¿sí? —dicho esto, salió del pequeño consultorio, cerrando la puerta.

Dallon se acomodó un poco en su asiento, soltando un suspiro pesado. Desde lo que había pasado en la escuela, le costaba dormir, tenia horribles pesadillas y casi ni comía, se había vuelto mucho más frío. No hablaba con nadie, por lo cual no se había desahogado ni nada por el estilo, sólo pocas veces llegó a hablar con la psicóloga.
También le pasaba algo que creía que era irreal.

—¿no piensas hablarle a tu psicóloga? —escuchó nuevamente su voz, lo cual negó con la cabeza, sin levantar la mirada.

—no quiero hablar más del tema...

—estás hablando conmigo ahora... ¿No?

—es diferente, tú estás muerto.

—¿en serio? —preguntó con clara ironía en su voz.

Levantó la cabeza, y allí estaba, Brendon estaba sentado frente a él, en el asiento de su querida asesora.

Tenía su típica sonrisa y estaba sentado muy cómodamente. Tenía las mismas heridas y las mismas manchas de sangre que tenía antes de morir, obviamente también la misma ropa.

Luego de todo lo que pasó, veía a Brendon todo el tiempo. Sabía que no era real, que era solo un engaño de su mente, pero se veía muy real y no podía evitar hablar con él, aunque los demás lo vieran como un loco por estar hablándole a la nada.

—no puedo liberarme con nadie, no molestes.

—ay, Dall, eres tan tierno... —soltó una carcajada, mirando al de ojos azules con ternura pero con malicia a la vez—. ¿Por qué no le cuentas sobre mí?

—ya sabe sobre ti, sabe que mataste a todos —escupió sus palabras entre dientes, notándose furioso. Todavía no lo perdonaba, había matado a todos sus amigos.

—no, no, eso ya no importa —habló, quitandole importancia a ese tema en general—. Me refiero a que si le contarás que estoy vivo.

—no estás vivo.

—lo estoy en tu cabeza —se encogió de hombros con una sonrisa, asintiendo con lentitud. Dallon siguió negandolo, apartando la vista.

—en algún momento tienes que desaparecer por completo, no quiero verte. ¡Tú mataste a todos mis amigos, Brendon!

—¡y tú me mataste a mí!

Quedaron en silencio, Brendon se había inclinado un poco al gritar aquello, sin borrar su sonrisa. Volvió a enderezarse con lentitud, mientras que notaba que a Brendon se le llenaban los ojos de lagrimas.

❥ yandere ;; ryden-ishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora