🌫️ s i e t e .

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Seaman leía los mensajes una y otra vez, rogando que fuera tan sólo una broma. Pero no lo era, esto lo estaba empezando a afectar gravemente. Los mensajes de amenaza no paraban, los recibía cada día. Las clases se habían cancelado unos días, la policía quería investigar para ver qué estaba pasando, ya iban dos muertes en muy pocos días.

Y se aproxima otra más.

Estaba en su casa, solo en su habitación y con la puerta trancada. Tragó duro mientras un sudor frío recorría por su rostro y espalda, sintiendo escalofríos. Tenía su celular en la mano, no paraba de leer todos aquellos mensajes de amenazas de aquella persona desconocida.

Decidió aceptar su solicitud y contestarle de una buena vez, tratando de controlar su temblequeo.

"qué mierda quieres de mí? Para."

Tecleó con sus dedos, mientras miraba a la nada y recordaba su pasado, cuando recibía los mismos mensajes e insultos cuando era más niño, aunque esta vez era solo una persona y le decía cosas mucho peores.

"no sé cómo sigues tranquilo, te dije muchas veces que sé en donde vives."

Al leer esto, se levantó de inmediato para ir a la ventana de su pieza, mirando con desesperación a ver si había alguien por ahí, escondido. Eran las 3:38 a.m, estaba muy oscuro y no había nadie en la calle. También recordemos que estaba solo en su casa, su madre tenía turnos muy tardes para trabajar.

No vio a nadie, ni siquiera alguna figura extraña.

Recibió otros mensajes más, lo que hizo que el pánico y el miedo volvieran.

"No es necesario que me busques mirando por la ventana, no me encontrarás."

"Te ves muy asustado. O te matas tú o te mato yo, tú elijes."

Cerró inmediatamente la ventana junto con las cortinas, su respiración estaba acelerada, tenía mucho miedo. Alguien afuera lo estaba observando y no tenía ni la más mínima idea del porque.

"Te dejé un regalito afuera. Suerte, imbécil."

Leyó por última vez, dejando el celular a un lado y dudando en ir a abrir la puerta o no. Suspiró con miedo y fue despacio, observando su casa para ver si no había alguien, tampoco quería prender las luces por si esa persona seguía afuera.

El rechinar de los escalones eran escalofriantes hasta para él. Pero no quería apurarse, no sabía qué pensar ni qué hacer, a los únicos que le había contado todo lo que le estaba pasando era a Hayley y Dallon, quienes estaban realmente preocupados al ver que Seaman no respondía sus mensajes.

Finalmente fue hacía la puerta con suma cautela. Con cuidado puso su ojo en la mirilla de la puerta. No había nadie. Tembloroso, tomó las llaves y abrió la puerta con lentitud.

Notó una caja en el suelo, se acercó a ella, mirando a todos lados, confirmando nuevamente que no había nadie, estaba todo completamente vacío. Entró, cerrando la puerta y tirando las llaves por ahí. Llevó la caja a su pieza, cerrando la puerta también.

No quería abrirla, era de alguien desconocido, pero tal vez si no lo hacía el contrario no iba a dejarlo en paz. Leyó el último mensaje enviado por dicha cuenta.

"... Suerte, imbécil."

¿Para qué necesitaría suerte? Era lo que no entendía. Ya era demasiado tarde para dar marcha atrás, debía admitir que tenía mucha curiosidad. Su celular vibraba, pero esta vez eran sus amigos, temían lo peor ya que Ryan les dijo a ambos cómo se sentía en estos momentos, no estaba para nada bien. Se sentía acosado, con miedo.

Abrió la caja con temor, lo cual se notaba en sus manos que no paraban de temblar. Apartó la tapa y observó lo que había dentro.

Un arma y una nota.

Jamás había tenido un arma, jamás había visto una. Sus ojos lagrimeaban por el miedo, así que tomó la nota con ambas manos, leyéndola.

"Tú sabes que toda la mierda que pasaste durante años te lo merecías, no eres mas que un estúpido que se esconde detrás de ese humor negro que tenes. Mereces que todos te hagan bullying, y sé que no lo soportaste en su momento y te quisiste suicidar. Ahora, mi pregunta es, ¿por qué no lo haz hecho? Hubiera sido mejor para muchos, después de todo, todo el mundo te decía que lo hicieras, probablemente piensas que tus amiguitos te quieren y aprecian, pero ni tu madre debe de hacerlo, por algo te deja solo por las noches, ¿no?"

Las lagrimas caían por sus mejillas con rapidez, ¿cómo era que sabía tantas cosas sobre él? Siguió leyendo.

"Haznos un favor a todos y mátate de una vez. Sólo tienes una bala, una sola oportunidad. ¿O acaso quieres seguir sufriendo? ¿Quieres que te siga acosando y termine matándote yo? Te recomiendo que lo hagas por ti mismo, así terminas de sufrir y todos felices, Ryan Seaman."

Arrugó la nota con furia y estrés, tirándola a cualquier parte de la habitación. Agarró su cabeza con ambas manos, lloriqueando en silencio. Recordaba cuando todo el mundo lo insultaba, le daba la espalda y le decía que era mejor que ni siquiera existiera en el mundo. Recordaba los dramas de su familia, la separación de sus padres, las peleas con su madre, las muertes de varios familiares, los cortes en sus brazos.

Quizás el desconocido tenía razón.

Miró el arma, ahora mantenía una mirada perdida, como si no pensara lo que estuviera haciendo.

La tomó entre sus manos, dirigiéndose al baño con lentitud.

Se miró al espejo por última vez. Su pelo marrón estaba desarreglado, sus mejillas un tanto coloradas por el llanto pero a la vez su piel pálida se notaba. Tenía ojeras, y sus ojos estaban rojos e hinchados. No aguantaba más, no iba a soportar la misma mierda otra vez.

Encima esta vez era muchísimo más grave.

Dirigió el arma directamente al costado de su cabeza, totalmente serio.

Una ultima lagrima se deslizo por su mejilla.

Un ultimo suspiro se escapó de sus labios.

Un último pensamiento pasó por su mente. Se despedía de sus amigos en silencio, pidiéndole perdón a su madre.

Pero agradeciendole al desconocido por darle el arma.

Finalmente, presionó el gatillo.

Y Brendon sonrió al escuchar el sonido de la fuerte bala a lo lejos. Dirigiéndose a su casa tranquilamente.

—ya van tres —susurró, caminando entre las sombras con su típica sonrisa. Sacó una foto de Ryan, dándole un beso a esta, mientras su expresión cambiaba a una tierna—. Ahora estás a salvo...

La guardó con mucho cuidado, mirando la casa de Seaman por ultima vez. Nuevamente su sonrisa de maníaco apareció.

—la próxima vez no dudes tanto —soltó unas siniestras risas, dirigiéndose otra vez a su casa con total calma.















buenas tardes. ♡

❥ yandere ;; ryden-ishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora