Rebeldía II

No nos diste una oportunidad

Sin importar el costo...
Eran tres palabras que defintivamente podrían convertirse en alguna clase de maldición que te perseguiria por toda la puta vida o más bien una obligación que deberías cumplir sin ninguna clase de objecion.
Eran tres simples palabras que podían marcar la vida de muchas personas y que no todos serían capaz de resistir.
Sabía de sobra que todos en el complejo estaban más que dispuestos a hacer lo que sea necesario para que todo saliera bien, de hecho podía afirmar que no durarían ni por un segundo en entregar sus vidas a cambio de una "victoria Digna".
Y era algo en que Strange no estaba muy de acuerdo que digamos, después de todo no Muchas personas estaban conforme con que sus amigos se sacrificaran por el bienestar de otro....Pero...aquello ya no se trataba de la seguridad de ellos, ni de sus amigos, ni de sus esposos, ni de su hijo...Era más que eso, mucho más. Ya no se trataba solamente de los vengadores, si no de la vida de cientos de personas. Personas que obviamente no conocían, pero que tenían la obligación de proteger. Era su deber después de todo ¿no?.
Un deber que quizás Strange no deseaba, pero que se había visto obligado a aceptar día tras día, desde la partida de Ancestral. No es que se quejara ni nada por el estilo, tenía una buena vida ante todo y había conocido a los dos amores de su vida gracias a eso. Aunque muchas veces le hubiese gustado hacerlo en otro prospecto, quizás de una manera más "normal" por así decirlo. En dónde su única preocupación fueran sus trabajos, su matrimonio y en donde pudieran preparar la llegada de su primer hijo con todo el amor que podían ofrecer y no estando a la expectativa por un loco demente que deseaba matarlos y arrebatarles la poca felicidad que habían logrado juntar con el correr del tiempo.
Seria un deseo muy bonito. Sin embargo Strange sabía que con desear las cosas no cambiarían y solo quedaba acostumbrarse a aquel hecho, además estaba seguro que no era el único en el grupo de sus amigos en sentirse de esa forma.
Y si bien le alegraba saber que contaba con el apoyo de ellos, por otra parte sentía cierta presión y casi horror a la idea de que pudieran sacrificarse o que algún día pudiera perderlos para siempre. Aunque intentaba ser positivo todo el tiempo.
Ya había pasado una semana desde que lograron rescatarlos de aquel maldito calamardo y en donde Muchas cosas habían pasado. Primero que nada estaba el hecho de que Loki aún no daba indicios de querer despertar a pesar de todos los intentos que Banner había hecho para mejorar el estado de su "amigo", además de que Thor se había negado a alejarse del lado de su esposo por más que le habían insistido. Y por otra parte estaba el pequeño arácnido, a quien habían tenido que sedar, luego de que este se pusiera realmente histérico al enterarse en el estado en que se encontraba el asgardiano. Aunque afortunadamente con el correr de los días había logrado "asimilarlo", sin embargo su estado de ánimo no había mejorado mucho que digamos y era de esperarse, teniendo en cuenta lo muy cercanos que eran. Y finalmente estaba el tema de las gemas, Banner y Rocket no habían perdido ni un segundo en comenzar a preparar aquel "radar" que los ayudaría a encontrar las otras gemas que faltaban, ademas que contaban con todo el apoyo de Anthony. Él cual les había beneficiado la mayoría de las herramientas, incluso había aportado alguna que otra idea, aunque no demaciadas, debido a que no era el ámbito en donde se especializaba, pero sin lugar a duda improvisaba de muy buena manera.

Que crees que sea?- pregunto Anthony mientras revisaba algunos planos, de donde podría sacar alguna clase de idea o quizás sólo lo utilizaba como medio de distracción.

Perdón me distraje. ¿De que estamos hablando?- susurro Strange con una pequeña sonrisa en los labios a modo de disculpa.

Del bebé ¿Que crees que sea?- volvió a preguntar, sin apartar la mirada del papel. Haciéndole saber al hechicero que aquello era un tema algo delicado para el multimillonario y debía admitir que sentía lo mismo. Después de todo, debido a todo el ajetreo que había, aun no habían podido hablar con tranquilidad sobre el tema del embarazo y estaba seguro que ninguno de los tres se encontraba precisamente listo para hacerlo.