13 De abril 2025
11:00 A.M.
Mara abrió los ojos lentamente dándose cuenta casi al instante que esa habitación era distinta, mientras veía a su alrededor deseaba que aquellos recuerdos de la noche fueran solo recuerdos de algún sueño.
Giró su cuerpo hacia el lado contrario de la cama y ahí estaba. Boca abajo, con la cara hundida en la almohada, Daniel continuaba dormido.
Mara quería asegurarse que fuera el, al acercarse poco a poco logró ver un par de tatuajes en su espalda, algunas frases y letras que no tomó importancia y un par de pequeñas alas de ángel en hombro izquierdo, las cuales de alguna manera formaban la letra M.
El celular de Mara sonó desde el estante que estaba a un lado de la cama. Ella lo tomó, casi eran cientos de mensajes y llamadas perdidas de sus amigas.
Mientras revisaba su celular, una llamada entró, Mara al ver el nombre contestó.
—¡Mara! ¡¿Estás bien?!. Preguntó Paige exaltada.
—Creo que si, todo bien. Respondió Mara.
Paige continuo gritando y regañandola por no haberle avisado a sus amigas que no llegaría a dormir, quienes estuvieron casi toda la noche buscándola y tratando de localizarla.
—¿Pueden venir por mi? Preguntó Mara aún desconcertada.
—Envia la ubicación. Respondió Paige.
Mara colgó la llamada, envío la ubicación a sus amigas y haciendo el menor ruido posible comenzó a buscar su ropa, encontró el vestido, el sostén, logró encontrar todo, menos sus panties, buscaba entre las sábanas, debajo de la cama, incluso recorrió un tramo de la casa buscando las panties hasta llegar al sofá.
Pareciera que se había dado por vencida y se recostó mirando hacia el techo.
—¿Buscabas algo? Dijo Daniel burlonamente.
Mara bajó la cabeza y vio a Daniel parado al borde de las escaleras, semidesnudo, con sus panties en la mano.
—Eso. Respondió Mara señalando las panties.
—Si lo quieres, tienes que quitarmelo.
—Esto no estuvo bien... Fue un error, lo siento. Dijo Mara.
—Te traté mal anoche ¿No te gustó?. Preguntó Daniel
—No es eso, solo... Yo... Me equivoqué. Respondió.
Una llamada entró al celular de Mara, era Paige, ya estaban sus amigas afuera.
—Me tengo que ir. Dijo Mara.
Caminó rápido hacia la puerta y trató de abrirla como queriendo escapar.
—Yo te llamo. Dijo Daniel mientras introducía la llave y abría la puerta.
Mara camino fuera de la casa rápidamente mientras Daniel al borde de la puerta la observaba.
—Te amo. Escuchó Mara y se detuvo un poco, su cuerpo se helaba mientras un cúmulo de emociones la azotaban el escuchar esas palabras de nuevo.
Mara solo continúo su camino hacia el auto sin voltear atrás, abrió la puerta trasera, volteó hacia Daniel y dejó escapar una pequeña sonrisa.
Esto era suficiente para Daniel quien se sentía enamorado, había florecido de nuevo todas las sensaciones que Mara provocaba en él.
