Espontánea

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20 de abril 2025.
5:46 A.M.
Ya eran varios días de insomnio y tristeza los que atormentaban a Daniel por la madrugada, hiciera lo que hiciera no podía sacar a Mara de su cabeza, era el principal motivo por el que estaba ahí y lo había perdido todo. No parecía que el lo hubiese estropeado, por eso era más difícil de asimilar.

Miró por la ventana que el sol salía ya, se sentó al borde de la cama, dándose por vencido ante los intentos de conciliar el sueño... Y ahí... Mirando a la nada se propuso seguir adelante, intentar tomar otro motivo de vida, otra razón por la cuál seguir adelante. Si bien había logrado mucho, todo era debido a la ilusión de un futuro al lado de Mara.

Se calzó un par de tenis y se puso un playera, salió de casa en su auto y condujo hasta un parque cercano, pensaba que un poco de ejercicio le vendría bien para olvidar su situación por un momento.

Colocó el cronómetro, sus auriculares y su playlist en el celular y comenzó a correr, durante su marcha, intentaba no pensar en nada, pero Mara seguía invadiendo sus pensamientos, la sensación de culpa lo recorría.

Después de casi una hora Daniel terminó de correr y se sentó en una banca a tomar un poco de aire.

—¿Daniel?. Escuchó una voy en un tono muy bajo.
Daniel se retiró los audífonos para escuchar bien. Volteó a su alrededor y vio una mujer que caminaba hacía el, una mujer de esencia latina, estatura baja, de curvas exactas, conforme avanzaba logró reconocer aquella despampanante mujer.
Su nombre era Lynn, una compañera de secundaria, con quién alguna vez había salido por un tiempo.

—¡Si eres tú!. Dijo Lynn mientras se sentaba junto a Daniel y se andaba a el con un cálido abrazo.
—¿Cómo haz estado? No has cambiado nada. Dijo Daniel.
—La última vez que hablamos no me dijiste que vendrías. Interrumpió Lynn.
Lynn en minutos bombardeó de preguntas a Daniel, pues habían hablado en algunas ocasiones por chat cuando Daniel se encontraba en Suiza.

Lynn preguntaba absolutamente todo y a su vez intentaba coquetear con Daniel, y de esto fue casi más de una hora, hasta que el sol comenzó a molestar su estancia en el parque.

—¡Voy tarde al trabajo!. Gritó Lynn al ver la hora en su reloj.
—Yo podría llevarte, si quieres. Propuso Daniel.

Durante la conversación previa, Lynn había comentado que llegó al parque caminando pues tenía averiado su auto.

—¡Está bien! Pero primero debo tomar una ducha y cambiarme. dijo Lynn.
—Podria llevarte y te espero, igual no tengo planes para hoy. Respondió.

Lynn asintió con la cabeza, ambos caminaron hacia el estacionamiento y Daniel le indicó el camino al auto.

Lynn sacó su celular y colocó su playlist en el reproductor del auto.
Ella indicaba el camino mientras bailaba y cantaba.
Era la misma Lynn que alguna vez conoció Daniel, el cuál sonreía discretamente pues Lynn buscaba hacerlo reír.

Llegaron a la casa de Lynn quien vivía de roomie con otra chica.

—Ven pasa. Dijo Lynn invitándo A Daniel hacia dentro de la casa.
— ¿No se molestará tu roomie?. Preguntó Daniel.
—Ella trabaja desde temprano, no está, respondió.

Daniel accedió y entró con Lynn a la casa.

—Puedes esperarme en el sofá. Dijo Lynn mientras entraba a la que pareciera su habitación.

Daniel se sentó mientras observaba su alrededor.
Lynn salió de la habitación con su ropa y una toalla en la mano pero en ropa interior, se detuvo al borde de la puerta del baño, que se encontraba casi al frente del sofá donde estaba Daniel.

—Ahi está el control del televisor, por si quiere ver algo más. Dijo Lynn seductoramente gozando de la mirada atónita de Daniel.

Luego de un rato, salió Lynn del baño, está vez igual, solo en ropa interior y con el resto de ropa en la mano con dirección a su habitación, su andar lento, disfrutaba tener la mirada de Daniel.

Tiempo después, salió vestida formalmente de la habitación y le indicó a Daniel que estaba lista.

Ambos subieron al auto y Daniel la llevo hasta un edificio en el centro, la conversación durante el trayecto había sido normal incluso alocada por los bailes y canciones que hacían explotar a esa chica extrovertida.

Al llegar al edificio, Lynn se acercó a Daniel y besó lentamente su mejilla.

—Pasa por mi a las 7:00 PM para ir a cenar. Dijo Lynn mientras bajaba del auto y guiñaba un ojo a un Daniel atónito que no asimilaba lo que estaba ocurriendo.

They don't know about usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora