Daniel sintió un suave beso en los labios, abrió los ojos, una sonrisa se asomaba entre los golpes, a pesar de estar físicamente lastimando sentía alivio, la paz que necesitaba ahora la tenía frente suyo, en el fondo sabía que la única persona que necesitaba era Mara, quién con lágrimas en sus ojos lo miraba con ternura.
Mientras Daniel intentaba decir algo, Mara se acercó para escucharlo.
—Quedate conmigo. Dijo Daniel mientras hacía su mayor esfuerzo por sonreír.
Daniel logró incorporarse en si sentándose en la cama.
—¿Que pasó?. Preguntó Mara suavemente.
—No vi nada, solo caminé al auto con la comida del perro y algo me golpeó en la cabeza. Respondió Daniel.
—¿De ahí no recuerdas nada?.
—Solo recuerdo tratar de levantarme mientras me golpeaban.
—¿Viste algo?. Preguntaba Mara preocupada.
—Una camioneta me seguía desde antes, y cuando me golpearon estaba estacionada del otro lado de la calle.
Una enfermera entró al cuarto con la cena de Daniel e interrumpió a Mara, está le dijo que no debía forzar tanto a Daniel pues aún no se sabía que tanto daño había sufrido en la cabeza.
Mara asintió y volteo hacia con Daniel, le ayudó a comer mientras le hablaba acerca de cualquier cosa para pasar el rato.
Después de la comida, Mara marcó a la familia de Daniel, para avisar que ya lo habían encontrado.
Pasaron unas cuantas horas, la familia de Daniel llegó al hospital, al fin se había acabado la angustia, estaba bien, al menos estaba vivo en el hospital.
Los padres de Daniel insistían en que Mara fuera a su casa a descansar, pero Mara se negaba, había pasado días buscando a Daniel, y este le había pedido que se quedara pero finalmente aceptó.
Mara tomó su bolso y condujo hacía su casa en el auto de Daniel.
Durante el camino, revisó su celular y se dió cuenta que había varias llamadas perdidas de Marc.
Quién insistentemente le había dejado también varios mensajes.
Mara no le tomó importancia al asunto, se sentía demasiado cansada.
Al llegar a su casa, la camioneta de Marc se podía ver estacionada frente a su casa.
Mara estacionó el auto detrás de la camioneta, bajó y caminó hacia la casa, al entrar, un enorme arreglo de flores adornaba la mesa.
Marc quién estaba sentado en un sofá, se levantó, tomó las flores en una mano, se acercó a Mara e intentó besarla.
Mara se hizo a un lado y solo recibió un abrazo por parte de Marc.
—¿Quieres regresar conmigo? Te he extrañado mucho. Dijo Marc mirándola a los ojos mientras le ofrecía las flores.
—Estoy muy cansada para pensar, gracias por el detalle, pero en serio debo pensarlo mejor. Mara respondió mientras tomaba las flores y pasaba de largo hacía su habitación.
Marc vió a través de la puerta el auto en el que había llegado Mara, y se giró hacía ella.
—¿De quién es ese auto?. Preguntó algo molesto.
Mara se detuvo antes de abrir la puerta.
—Es el auto de Daniel. Respondió.
—¡¿Por el me cambiaste?¿Ya te dió su auto?¿Por eso fue?!. Preguntaba exaltado Marc.
—No te importa, y vete de aquí. dijo Mara mientras entraba a su habitación y azotaba la puerta.
Marc salió furioso de la casa de Mara, mientras toda la familia sentada al sofá veían atónitos aquella escena diga de programa de televisión.
