Encuentros inesperados en la floresta

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Para mí, el tiempo si detuvo. Lo único que me recordaba que eso nunca sucedería eran las gotas de la lluvia que caían suave y lentamente sobre mi piel. Mi ropa estaba tan ensopada que había si tornado mi segunda piel.

La intensidad de la luvia intensificó, tiempo después las gotas eran más suaves, y de nuevo volvió a intensificar y yo me continúe debajo del árbol llorando como una niña pequeña.

Me sentía mal por la muerte en mis manos, pero una voz me decía que la vida era así y era la hora de Sean. Cuanto más esa frase entraba en mi mente, mejor mi quedaba. Y más yo acreditaba, pero, sería siempre una muerte en mis manos.

Una brisa suave en medio de la lluvia llegó a mi oído.

"Lo hiciste bien pequeña, tu camino aún empezó."

Respiré hundo, sabía que quien estaba hablando en mi cabeza no era humano pero un encantado, de eso tenía la certeza, lo que no sabía era porque hablaba conmigo. Agarré en mis cosas y empecé a caminar sin pensar cual sería el mejor camino. Simplemente caminé para donde la floresta era más densa y me permitía esconder de otros posibles raptos.

Si era un encantado hablando conmigo, eso significaba que él no estaba lejos. En las historias que son pasadas de generación en generación, hablan de que no debemos de nos acercar a ellos, si alguna vez nos encontramos con uno debemos olvidar que lo vimos y salir de su camino, orando que no quiera nos hacer algo. Ni todos son malos, pero no quiero descubrir cuales son las intenciones del que me está hablando, será mejor me alejar.

Toqué los árboles mientras caminaba, eso me ayudaba a tranquilizar y a saber dónde estaba. No aparecía en mi mente un mapa, pero cada árbol es diferente y cada uno tiene una energía diferente, con eso entiendo donde me encuentro y si no estoy cerca de animales peligrosos. Ahora no siento nada de eso, lo que significa que puedo continuar caminando, no sé para donde iré, pero de seguro encontraré alguno lugar para me quedar y descansar un poco.

Mismo intentando ocupar mi mente con otras cosas, mis lágrimas continuaban a caer, no conseguía impedirlas. No sé si alguna vez ellas si irán detener.

Ahora una brisa más fuerte me empurró hacia frente.

"Corre en frente y no me mires detrás."

Era una orden muy específica de la misma voz. No sabía si había de obedecer, pero tenía que decidir qué hacer, pues desobedecer una orden o ignorar un consejo de un encantado sería muy estúpido, ya que ellos son unos de los principales interpretantes de lo destino. Ellos saben lo destino de cada persona, saben los objetivos por las cuales nacieran, mismo que en raras veces los mortales consiguen cambiar eso por escojas imprevisibles.

Obedecí pensando de quien yo debería correr o quién hablaba conmigo. Estaba tan confusa, no sabía lo que si pasaba.

- ¡Kagome! – escuché Sesshomaru me llamando.

Era a primera vez que me llamaba por mi nombre, no sabía si eso me dejaba feliz o no, pero no tenía tiempo no podía parar, la voz era muy clara.

Agarré mejor mis cosas y empecé a correr lo más rápido que mis piernas conseguían. Ignoré todo a mi redor, lo único en que estaba concentrada era en no tropezar o ir contra algún árbol, y tal vez no correr en circulo. No tengo la mínima idea para donde me dirijo, lo único que sé es que tengo que me alejar lo máximo de él. No por tener miedo de él, simplemente no quería míralo, él fue muy frio conmigo y ahora no era momento de nos encontramos, el encantado también debería pensar lo mismo. No era hora de hablarnos.

Continué, mismo que a cada paso que daba me doliese más mi corazón. Lo que debería de doler era mi cuerpo por mi esfuerzo físico exigido, sin embargo, el dolor estaba solo concentrado en mi pecho.

La floresta (SessKag)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora