Parte 4

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Unos cuantos años pasaron para que pudiera regresar a la ciudad, era raro, por primera vez se sentía un extraño en aquel lugar, suspiró y se puso en marcha con valor hacia aquel departamento, subiendo las escaleras y tocando la puerta, no se atrevia a pasar como si fuera su casa, porque realmente ya no la sentía asi, y fue mas extraño cuando alguien que no conocía abriera la puerta.

—¿Necesita algo?—preguntó el extraño, Steve miró de reojo el interior del cuarto, no parecía para nada la casa en la que el habia vivido antes.

—No disculpe, era el piso de abajo—dijo aun confundido, la puerta se cerró y entonces salio del edificio, ¿Howard habia vendido el piso?, ni si quiera le consulto, ¿Dónde estaría ahora?, no fue demasiado difícil conocer su nuevo piso, ya que después de caminar unas cuadras sin rumbo fijo le llamó la atención que en el puesto de revistas y periódicos habia una foto de el, Howard, habia creado algo revolucionario y se habia vuelto alguien importante, al menos de este lado del continente, porque el nunca escucho de el. Despues de preguntar un par de cosas al vendedor tomo un taxi y lo dejaron en la puerta de la gigantesca casa de Stark, camino un poco antes de llegar a la puerta y toco el timbre, un hombre de su estatura rubio le abrió.

—Buenas tardes, ¿le puede ayudar en algo?—el acentó británico de el hombre era gracioso.

—¿Es...Es la casa de Howard Stark?—no iba a mentir, Steve se sentía intimidado por todo aquello.

—Si, ¿Quién lo busca?

—Eh...yo...Steve—tartamudeo, entonces el mayordomo le dejo entrar y le acompaño a lo que parecía ser el gran libbing, le ofrecio te, pero Rogers se negó.

—Ire a decirle al señor Stark que tiene visita.—Steve asintió, el lugar era enorme, el rubio estaba de pie, no quería sentarse y sentirse mas pequeño de lo que ya se sentía, inspecciono detalladamente aquel salón hasta que una persona carraspeando su garganta lo hizo voltear.

Ahí estaba Howard, se veía igual pero al mismo tiempo distinto, se habia dejado la barba un poco, en serio parecía un adulto, no aquel joven que habia dejado, y es que ambos ya tenían treinta años.

—Pareces ver un fantasma hombre.—dijó Stark después de unos segundos de silencio, se acerco un par de pasos inspeccionando al rubio de arriba abajo.—Deberia ser yo el que este sorpredido por verte vivo todavía.

—¿Lo estas?—preguntó dando unos pasos hacia el castaño mirándolo serio, este solo alzo los hombros.

—No tanto.—otro silencio reino el lugar.—Oh, tengó tu parte del dinero del viejo apartamento, no pensé que quisieras quedártelo asi que lo vendí, ¿te molesta?—el rubio solo negó con la cabeza.—Ok, te hare el cheque...¿o prefieres efectivo?

—¿y Tony?—al fin tenia el valor de preguntar, el castaño solo lo miró y entonces suspiró pesadamente.

—Esta por cumplir doce, es un genio completamente, armó un motor hace poco...

—¿Dónde esta?—preguntó el rubio interrumpiéndolo, la respuesta a aquella pregunta no le habia gustado nada y parecían volver en el tiempo.

Volver en el tiempo no era nada agradable cuando habían pasado cinco años y Steve pensaba avanzar, volver a los brazos de su familia, recuperar cada segundo, cada minuto, cada dia perdido, porque el solo quería adorarlos por el resto de sus años y no podía creer lo diferente que pensaba ahora el que alguna vez fue su mejor amigo, el que alguna vez fue su pareja.

—¿UN INTERNADO? Por dios Howard es un niño, no tiene a su madre ¿y también le quitas a su padre?

—Es mi hijo, ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?—se gritaban uno a otro pero Steve decidio no pelear mas, eran adultos, pensaba que en uno de los dos tenia que caber la madures, y Rogers vio que en Howard no lo haría cuando lo vio irse a otro cuarto, este lo siguió, hasta la cocina, Stark se acerco a la barra, agarró una botella de whisky, Steve enrojesio de enojo, le tiro la botella al suelo, haciéndola pequeños vidrios en el suelo y un charco de alcohol.

—¿Beber?, ¿esa es tu solución a todo?

—No entiendo que rayos hice mal—le decía con la cabeza abajo Howard enojado pero a la vez temeroso.

—¿No lo entiendes? Tony te necesita, siempre te ha necesitado y tu lo abandonas.

—Tu no tienes derecho a decir eso, si fue por tu culpa que lo perdí, maldita sea, no dejaba de hablar de ti—le reclamó mirándolo ahora frente a frente y Steve estaba confundido.

—¿Qué?—Steve dio un paso atrás cuando Howard se acercó apuntándole con un dedo, ni si quiera en batalla habia tenido aquel sentimiento tan feo de saber lo que se avecinaba, porque sabia pero no lo quería aceptar.

—Tu te fuiste, nos abandonaste, por supuesto que yo lo veía venir, pero ¿en serio creiste que Tony iba a poder aguantarlo?, No dormia, lloraba, gritaba y pedia por ti, me quitaste a mi hijo ¿y me culpas a mi por destrozar su vida?

Aquello fue un golpe doloroso para Steve, ¿Tony sufrió, por su culpa?, eso lo mataba de solo pensarlo.

***

Unas semanas habían pasado, Steve tenia un amplio y bonito apartamento en un penthouse en un buen lugar de la ciudad, su ahorro y lo que le habia regresado Howard habia sido mas de lo que necesitaba, entonces podría darse el lujo, sobre todo con la decisión que habia tomado, una enorme pero fácil desición.

Y ahí estaba, en la escuela en la que habían encerrado al pequeño, habia obligado a Howard a firmar una carta para la directora, sacaría a Tony de ahí, el padre firmó sin importancia, haciéndolo enojar porque parecía darle igual lo que le pasara o dejase de pasar a su hijo, habían llamado al Stark Jr a la dirección, el cual no sabia porque, y tampoco supo que rayos hacer cuando vio a aquel hombre rubio tan familiar y al mismo tiempo tan extraño para el, porque habían pasado cinco años y esos cinco años en la soledad no iban a ser fáciles de remediar en unas horas.

***

Tony miraba por la ventana del auto, el taxi los llevaba a la ciudad, el no quería ir a casa, no quería ver a Howard, porque habia dejado de llamarlo padre desde hace mucho.

El castaño se sorprendio cuando el auto los dejó en otro lugar, Steve bajo las maletas y pagó, subieron hasta el ultimo piso y Tony se asombró de las vistas, definitamente se habia enamorado de la altura en aquel momento.

—El cuarto del fondo es todo tuyo, el mio es el de la derecha, la cocina esta por ahí, aun no conecto internet pero pensé que podrias ayudarme con ello, Jarvis me dio un numero por si querias algunas cosas de casa.—Steve miró hacia Tony, era mas grande que antes, ya un puberto, y estaba pasando por cosas demasiado difíciles, lo unico que quería el rubio era apoyarlo.

—espera...voy...¿voy a vivir aquí?—volteo a verlo, y es que se habia pegado a la ventana mientras escuchaba al rubio hablar, este trato de no decirlo asi pero si, viviría con el, Howard ni si quiera había puesto peros y eso le había molestado, ¿en serio no le importaba su hijo en absoluto?

—Lo siento Tony.—no pudo decir otra cosa, que podía hacer para que no fuera doloroso aquello, su propio padre no lo quería y si a Steve eso le des estrazaba no se imaginaba lo que sentía Tony, no se lo imaginó hasta que lo vio sonreír.

—Wow esa es la mejor noticia del mundo—sonrió y corrió hacia Steve aventándose a sus brazos, después de tantos años y encajaba igual de perfectamente en ese lugar, el rubio correspondio el abrazo con fuerza, sintiéndose inmensamente mejor por haber hecho feliz a Tony.

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Más tuyo que míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora