Parte 7

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Steve le siguió el beso, complacido con todo lo que acababa de pasar, sintiéndose el mas suertudo en el mundo, aquel beso era lento, los labios de Tony apenas y se movían, el solo lo siguió, y su respiración se corto cuando algo húmedo tocó sus labios.

El menor aprovecho que el mayor entreabrió los labios por la sorpresa para morder aquel labio inferior que le rogaba por eso, sintió que Steve lo sujetaba mas cerca con fuerza y le gustó, le gusto que el otro dejara que le hiciera aquello y que le agradara, no tardó en sentir la lengua del otro chocar con la suya, fue una lucha increíble que lo dejo jadeando y con las pupilas dilatadas.

Se separaron unos momentos, mirándose a los ojos, los azules parecían casi negros por el ambiente también, el rubio se acercó al castaño, recostándose llevándose consigo al pequeño, liderando esta vez el beso como un experto y el genio aprendía rápidamente.

Los besos eran muy húmedos y tronadores, el menor sentía su cara arder y le gustaba, aquellas cosquillas nuevas en su estomago y abdomen le agradaban, jadeo un par de veces cuando el otro sujetaba su cinturita y lo apretaba para acercarse mas a pesar de que la distancia entre ellos era igual a cero.

Tony simuló unos ronroneos que a Steve le dieron ternura, por no decir que le encendieron bastante, debía de estar loco, pero le encantaba todo del niño, y si seguía no tendría responsabilidad de sus actos, así que a pesar del fabuloso beso, se separaron y Steve le dedicó una sonrisa.

—Es hora de dormir—comentó el rubio, el castaño solo asintió, en la oscuridad no se podía notar pero estaba sonrojado.—ponte otra cosa mas cómoda—el castaño solo asintió de nuevo y se quito el Kigurumi quedando en sus pequeños boxers.

Steve solo negó riendo pero lo dejo pasar y se acomodó en la cama para después apagar la luz desde el interruptor que estaba justo a lado de la cama, el niño se acercó a el abrazando uno de los brazos del rubio, como colgando de el, y a Rogers aquello le mató de ternura, sin mas, se dieron un ultimo beso y se suponía que dormirían.

Y digo suponían porque después de unas horas el único que logró dormir un poco había sido el mayor, hasta que abrió los ojos lentamente viendo que todo estaba oscuro a su alrededor, no entendía que lo había despertado, hasta que unos golpes en su estómago llamaron su atención, bajó la mirada, esa noche no habían dormido con sabana dado que ya sentían el calor del verano.

Aquellos golpes eran causados por el codo de Tony quien estaba removiéndose un poco, de espaldas a el, encorvado, tocándose sobre el bóxer, Steve estaba sorprendido, mirando sobre el hombro del niño, dándose cuenta que ya había dejado de ser un niño realmente, suspiró, ¿es que en la escuela no tenía clases de salud sexual?.

Se acercó al oído de este y pasó una mano hacia donde el otro estaba tocando, un bulto que necesitaba atención, el menor se quedo estático cuando vio que el mayor había despertado, trato de levantarse, pero los brazos grandes lo rodearon.

—Shhh, no pasa nada, esto es normal, siento no haberme dado cuenta antes, ¿no sabes que hacer cariño?—preguntó con calma, era normal saber que Tony no sabia de esas cosas, por lo que sabia no tenia amigos en la escuela, se la pasaba estudiando y viendo como armar y desarmar cosas, no tenia ni tiempo para ver pornografía, y eso le hacia recordar a cuando el era joven, nunca fue como los demás tampoco, mientras muchos ya estaban buscando novias el solo se preocupaba por trabajar para poder alimentarse ese día, había estado solo mucho tiempo y tampoco nadie le había dicho que hacer en aquellas situaciones.

Un jadeo de parte de Tony lo regreso a la realidad, dándose cuenta que inconscientemente había sacado el miembro del menor y lo comenzaba a estimular, con movimientos lentos escuchando al menor quejarse un poco y recordó que las primeras veces dolía un poco.

—¿Q..que ha..ah...haces?—preguntó entre jadeos y quejidos el castaño retorciéndose por aquellas nuevas sensaciones entre buenas y malas, porque no tenia aun claro como describirlas.

—Tienes que liberar esa tensión, no siempre lo necesitaras pero tienes que aprender a hacerlo, no quiero tenerte de mal humor.—le dijo al oído, sin despegar la vista de su propia mano, seguía masturbando a Tony, el cual comenzaba a gemir, aquello debía de ser raro pero no para Steve, aquello le resultaba una obra de arte, Tony para el era un obra de arte.

Siguio su labor manual complaciendo al pequeño que comenzaba a retorcerse entre sus brazos, poniendo una de sus manos sobre el gran brazo del mayor, cerrando los ojos y sintiendo su cuerpo dejarse llevar en un tsunami de sensaciones desconocidas, un tornado de emociones y un volcan de placer haciendo erupción.

—S..Stevib..ah ¡Steve!—gritó el menor viniéndose por primera vez, y ese pensamiento hizo sonreir al mayor, Tony era suyo, solo suyo.

Lo sujeto fuerte mientras el mejor seguia teniendo pequeños espasmos por el orgasmo y no tardo en caer dormido entre sus brazos, Steve se morido el labio.

No era correcto, pensaba mientras su propia erección pegaba con la cadera del menor, cerró los ojos con fuerza mientras se repetia eso mil y un veces, a pesar de que otra parte de su mente decia.

Es tuyo.

*

—Buenos días—saludaba el soldado al muchacho quien salía apenas del cuarto a pesar de ya ser casi las once, por suerte era domingo y ninguno tenía responsabilidades ese día, estaban en la cocina y Rogers le sirvió un plato de lo mismo que el había desayunado y un zumo de naranja.

—Hola—dijo tallándose los ojos, sentía que había dormido demasiado y se sentía realmente más ligero que de costumbre.

—¿No se te olvida algo?—preguntó el soldado mirando cuando el castaño daba el primer sorbo, el cual lo miró confundido, preguntándose que había olvidado, pero realmente no se le venía nada a la mente.

—¿Qué cosa?—pregunto preocupado, ¿tenía que dar las gracias por la comida?—gracias por...

—No eso—el soldado alzo su dedo índice hacia sus labios, apuntándolos, Tony se sonrojó, después del beso de buenas noches había quedado una sensación extraña en el, tuvo que sobarse por un largo rato pero nada lo había calmado, entonces aquel hombre lo había ayudado y ahora quería besarlo de nuevo, Tony solo se levantó un poco de su asiento estirándose hacia enfrente donde el rubio lo alcanzo para darle ese beso, el castaño quiso separarse rápidamente pero el otro lo sostuvo profundizando el contacto, las cosquillas volvían a recorrer el cuerpo del menor, se quejó, no entendía porque no podía controlar su comportamiento y le molestaba, se separó bruscamente.—Hey, ¿Qué pasa?

—Deja de hacer eso—dijo molesto, mientras comía, el rubio se acercó pues no comprendía esa actitud para nada normal en el menor y entonces el castaño dejo su plato a la mitad saliendo de aquel cuarto.

—Tony espera—lo alcanzo fuera de la cocina, llegando a la sala, el castaño quería zafarse pero el rubio lo jaló hacia él, capturándolo entre sus brazos.—¿Qué sucede?—preguntó mirando fijamente al de ojos cafés, quien odiaba como actuaban aquellos ojos azules sobre él, no podía mentirle nunca ni guardarle un secreto y le fastidiaba que el rubio tuviera ese poder.

—Tu-tus besos, yo...—no sabía explicarse, le daba demasiada vergüenza.—No lo hagas.—dijo y Steve lo soltó sorprendido por aquellas palabras, ¿ahora le molestaban sus besos?, ¿le había dado asco algo de lo que le había hecho en la noche?, bajo la mirada azul al suelo y ahora fue su turno de dejar el cuarto, saliendo de la casa sin rumbo fijo, no quería perturbar más al menor con su presencia.

Tal vez había sido un gran error creer que Tony podía ser suyo.

Más tuyo que míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora