Parte 2

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Tony podría ser mas capaz e inteligente que los niños de su edad, por ello, sabia como salirse con la suya.

—Anthony vuelve aca y ponte ropa ¡maldita sea!—gritaba Howard persiguiendo al pequeño de cuatro años por el apartamento, luego se detuvo cuando vio una sombra en la esquina, no caería otra vez, estaba seguro de que ahí estaba Steve, entonces escucho por detrás suyo a su padre y camino unos pasos, dicho y hecho Steve salió por la esquina y el solo sonrió y se aventó a pasar entre sus piernas rápidamente, haciendo que Howard chocara con el soldado y el pudiera llegar hasta la habitación del rubio y cerrar con seguro, se recostó cantando su victoria, tomando el mando de la TV y viendo plácidamente.

Intentaron abrir la puerta pero vieron que estaba cerrada, tocaron un par de veces hasta llamar la atención de Tony.

—Nop—dijo desde la cama el pequeño mientras se arropaba y hacia zapping.

—Por favor cariño ábreme, no puedes deja3jkrme afuera de mi cuarto—le pedía Steve dulcemente.

—No le hables blando, sabe lo que hace y lo hace con intención, si no abre Anthony te reprenderé hasta que llores—le amenazó Howard, el pequeño reía por escucharlos a ambos desesperados afuera, era bastante divertido para el a pesar de las consecuencias a veces, nadie dijo nada por un rato, hasta que el rubio suspiró pesadamente.

—Si me abres en este momento Tony podrás dormir aquí y no dejare que tu padre te haga nada, pero tienes que vestirte para ir con tu padre, solo por hoy te lo prometo—le dijo el soldado, este lo consentía mucho pero sabia las cosas que necesitaba decir para que el menor hiciera caso, la puerta no tardo en abrirse y Steve sonrió cuando los dejo pasar, lo alzo en sus brazos haciéndolo reír, el pequeño castaño desnudo y sin vergüenza, Howard negó con la cabeza pero les sonrió a ambos, había sido divertido tenia que admitirlo.

Y así de fácil Tony obtenía lo que quería.

***

Bueno, no tan fácil a veces, a veces por mas que lloraba, pataleaba o pensaba en alguna manera, no podía hacer lo que el quería, en este caso, que Steve se fuera a cumplir sus turnos como SEAL, el entendía que era su trabajo, su vida, pero aun así no le gustaba, no conocía muy bien lo que hacia ahí, pero sabia lo que era un arma y no le agradaban para nada.

—No quiero que te vayas otra vez—le decía muy triste Tony aferrándose a su cuello, a Steve le destrozaba el corazón cada vez que tenían que despedirse, el pequeño estaba por cumplir cinco.

—Volveré pronto te lo prometo, ni notaras que me fui. —le dijo dándole un beso en la frente, el pequeño aun con lágrimas asintió creyendo en su palabra pasó de los brazos de Steve a los de Howard quien realmente no estaba muy lejos de llorar como su hijo.

—Mas te vale volver en una pieza—le amenazó triste y Steve solo sonrió, se dieron un abrazó no tan largo como hubieran querido y entonces Rogers subió al avión.

***

Steve realmente lo echaba de menos y deseaba cada dia volver con ellos, con su familia pero nunca espero hacerlo por incapacidad, habia sido una enboscada, lo habian herido en la costilla y el hombro.

Despertó en una camilla en un hospital de Nueva York donde atendían a los heridos, la puerta del cuarto se abrió de golpe y solo pudo incorporarse un poco al ver a Howard de pie sudado por haber corrido y sorprendido por ver a su amigo lleno de vendajes, no pudo soportarlo y Stark se avento a el abrazandolo fuerte y llorando. Rogers lloró también, su vida habia pasado por su mente cuando habia sido herido, pensado en que nunca volveria a poder tener cerca a su familia y eso era lo que mas le habia calado en el corazón.

El rubio separó al castaño mirándose a los ojos, no necesitaban decir nada, no necesitaban hablar, Howard solo se acercó y lo besó, y Steve le correspondió con la misma intensidad atrayéndolo a el sin importar aquellas punzadas de dolor en su aun mal herido cuerpo.

***

Un par de días después estaba ya en casa, Howard habia dejado encargado a Tony con una vecina que era muy amigable con ellos siempre y cuando le comentó la situación ella dijo que lo cuidaría encantada, el rubio era llevado despacio hacia su habitación, Howard lo sostenia para que Steve no se esforzara demasiado, cuando fue acostado en la cama Tony se asomó por la puerta triste por la condición del rubio el cual cuando lo vio le sonrió y le pidió que subiera a la cama con el, este lentamente le obedeció.

—No tienes que preocuparte por mi cariño, estoy bien, asi que deja esa carita y sonríeme como siempre, solo asi me recuperare pronto—le dijo el rubio y el pequeño solo asintió aun un tanto triste pero intento su mejor sonrisa y lo abrazó, Howard estaba conmovido, por fin tenia a sus dos hombres favoritos juntos, sonrio.

—Tony, Steve debe descansar.—le dijo a su hijo el cual se aferro al cuello del rubio.

—Puede quedarse Howard, esta bien por mi—el castaño suspiro y asintió arropando a ambos y dándoles un beso a cada uno, en la frente a Tony y en los labios a Steve. Aquello ultimo Tony lo habia precenciado sin tanto problema, de hecho le parecio curioso.

***

Otro año mas pasaba, le habian dado un descanso indefinido después del accidente, lo cual habia beneficiado mucho la vida de ambos, Tony insistia que Steve lo llevase a la primaria y que alguno de los dos le ayudara con sus tareas. Realmente los necesitaba mucho ya que era un niño diferente a los demás, mas inteligente y eso le causaba problemas, pero en casa también se sentía diferente, su padre y Steve siempre juntos y no le molestaba eso, si no que muchas veces su padre lo excluia, básicamente peleaban por el rubio.

—Stevib—llamó el pequeño emocionado llegando al cuarto del rubio donde estaba recostado leyendo un libro mientras su padre estaba recostado descansando en su pecho.—Stevib tienes que ver esto—lo jalo del brazo, el rubio intento ponerse de pie sin despertar al otro pero fue inevitable.

—¿Qué haces?—preguntó molesto Howard despertando y jalándolo del otro brazo para que regresara a la cama.

—Tony quiere que vea algo—le comentó Rogers con calma.

—No le hagas caso, quédate.

—Papá, Stevib es mio, dame a mi Stevib—comenzó a patalear el niño jalando el brazo del rubio.

—Nop definitivamente es mio—Le decía Howard jalando del otro lado al soldado.

—¡Papá malo!—le gritó el niño a punto del llanto, Steve no sabia de donde habia salido toda aquella confrontación.

***

Más tuyo que míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora