𝘓𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘯𝘤𝘩𝘢

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Una luz invade mi espacio y no me permite conciliar el sueño; algo o alguien proyecta su resplandor directamente en mi rostro. Me resisto a abrir los ojos, temiendo que hacerlo disipe el sueño que tanto necesito. La sensación de no haber descansado lo suficiente se aferra a mí.

- ¡Despierta, dormilona! Casi son las 11:00 de la mañana. Será mejor que te levantes ahora; tu mamá debe estar preocupada por ti -era Brian. Se apresuró al abrir las cortinas de la ventana de su habitación.

- Cállate,  hombre jirafa... Déjame dormir un ratito más -dije con desdén, tomé una almohada y la coloqué sobre mi cara.

- Lo que tú digas. Por cierto, hace un momento hablé con mi mamá y dijo que nos espera abajo con el desayuno.

- ¡¿QUÉ DIJISTE?! -pregunté alarmada. Aquello hizo que me levantara de la cama al instante- ¿La Sra. Ruth sabe que estuve aquí?

- Obvio, hicimos un escándalo en la madrugada. -me dio una sonrisa vacilante.

Brian estaba sentado en su escrito, aparentemente, llevaba un rato ya despierto. Tenía puesta ropa y su cabello estaba en orden.

- Ay, no... ¿No habrá pensado que estuvimos...? -lo miré angustiada.

- No, no. -rio a carcajadas- Se lo expliqué todo e incluso le dije que dormí en el suelo. -me guiñó el ojo de forma burlona.

- PERO NO FUE ASÍ. Incluso me abrazaste -expliqué.

- Es solo un abrazo, además, tú no te quejaste. Acéptalo,_______ , bien que te gustó tenerme a tu lado.

- Es de mañana y ya te quiero golpear, mejor cállate - lo miré de reojo - ¿Tu madre se lo habrá creído? Me preocupa que pueda tener una mala imagen de mí, ¿sabes?

- Sí, eso creo. Parecía muy convencida y ni siquiera se enojó cuando le dije que eras tú, solo me dijo que para la próxima no hiciéramos tanto ruido porque se podría despertar a mi papá. -dijo sin alarma.

Caminé hacia Brian. Su mirada curiosa se encontró con la mía, y su expresión tranquila me hizo enojar; no podía creer que no se tomara las cosas en serio. Avancé hacia él con determinación. En realidad no podía molestarme demasiado con Brian, ayer la pasé bien y fue gracias él.

Me incliné, puesto que seguía sentado, y lo abracé.

- ¿Por qué me abrazas loca? -preguntó aterrorizado y confundido.

- Solo quería darte las gracias, Brian. La fiesta de ayer fue una maravilla, en mi vida creo haberme divertido como lo hice ayer con Roger o contigo. Creo que ya no me estás cayendo tan mal... -dije otorgando una sonrisa franca.

Puso su cabeza en mi hombro y me abrazó aún más fuerte; ya no me dejaba respirar y se volvió incómodo. Entre risas, le pedí amablemente que aflojara un poco, a lo que respondió con una sonrisa entendida.

- Emm... ¿Brian? Necesito espacio, por favor... -murmuré, sintiendo la necesidad de recuperar un poco de libertad de aquellos brazos delgados.

- Un momento más... -suplicó. Después de un par de minutos, finalmente me soltó- ya está.

Suspiré aliviada por la liberación mientras recuperaba mi espacio personal.

𝐶ℎ𝑖𝑐𝑎 𝐵𝑜𝑛𝑖𝑡𝑎 ⁎⁺˳ || Brian May y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora