Capitulo 11

7.4K 511 22
                                    

–Bienvenida, Jane– saludó Edward con un tono distante pero cortés.

Las siluetas oscuras se acercaron. Jane que iba al frente llevaba la capa oscura, casi negra, era la figura de menor talla por casi sesenta centímetros, aunque
apenas se podía distinguir sus rasgos angelicales bajo la sombra de la capucha.
Félix alzó los ojos y hechó hacia atrás la capucha levemente para que Bella pudiera ver cómo le sonreía y le guiñaba el ojo, Lydia se colocó frente a Bella, ganando asi una mala mirada de Felix y una preocupada de Jasper.

La mirada de Jane recorrió poco a poco los rostros de los Cullen antes de caer sobre la neófita, que seguía junto al fuego con la cabeza entre las
manos.

–No lo comprendo– la voz de Jane sonaba aburrida, pero no parecía
tan desinteresada.

–Se ha rendido– le explicó Edward para deshacer la posible confusión de la
vampiro, cuyos ojos volaron con rapidez a las facciones de Edward.

–¿Rendido?–

Félix y un vampiro aún desconocido intercambiaron una fugaz mirada. Edward se encogió de hombros.

–Carlisle le dio esa opción.–

–No hay opciones para quienes quebrantan las reglas– Jane respondio tajante.

Carlisle habló entonces con voz suave.
–Está en vuestras manos. No vi necesario aniquilarla en tanto en cuanto se mostró voluntariamente dispuesta a dejar de atacarnos. Nadie le ha enseñado las reglas.–

–Eso es irrelevante–insistió Jane.

–Como desees.–

Jane clavó sus ojos en Carlisle con consternación. Sacudió la cabeza de forma imperceptible y luego recompuso las facciones.

–Aro deseaba que llegáramos para verte, Carlisle. Te envía
saludos.– Carlisle asintió.

–Les agradecería que le transmitieras a Aro los míos.–

–Por supuesto –Jane sonrió. Su rostro era aún más adorable cuando se
animaba. Volvió la vista atrás, hacia el humo donde momentos antes, habían quemado los cuerpos de los neófitos– Parece que hoy han hecho nuestro trabajo…–su mirada pasó a la cautiva –Bueno, casi todo. Sólo por curiosidad profesional, ¿cuántos eran? Ocasionaron mucha destrucción en Seattle.–

–Dieciocho, contándola a ella– contestó Carlisle.

Jane abrió unos ojos como platos y contempló las llamas una vez más;
parecía evaluar el tamaño de la hoguera. Félix y la otra sombra intercambiaron una mirada más prolongada.

–¿Dieciocho?–repitió. La voz sonó insegura por vez primera.

–Todos recién nacidos–explicó Carlisle con desdén–Ninguno estaba cualificado.–

–¿Ninguno?–la voz de Jane se endureció –Entonces, ¿quién los creó?–

–Se llamaba Victoria–respondió Edward, sin rastro de emoción en la voz. Mientras Lydia sonreía.

–¿Se llamaba?–

Edward ladeó la cabeza hacia la zona este del bosque. La mirada de Jane se
concentró enseguida en la lejanía, en la otra columna de humo. Jane se quedó observando ese lugar durante un buen rato y luego examinó la hoguera cercana una vez más.

–La tal Victoria… ¿Se cuenta aparte de estos dieciocho?–

–Sí. Iba en compañía de otro vampiro, que no era tan joven como éstos, pero no tendría más de un año.–

𝑻𝒉𝒆 𝑶𝒕𝒉𝒆𝒓 𝑺𝒘𝒂𝒏 [𝑱𝒂𝒔𝒑𝒆𝒓 𝑯𝒂𝒍𝒆] EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora