Capitulo 10

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La guardia permanecía en el lado norte del claro a la espera de que su líder volviera a sus filas, pero en vez de eso, Aro les ordenó adelantarse con un ademán de la mano.

Edward inició una retirada inmediata, empujándo a Lydia y a Bella. Retrocedieron a toda prisa sin apartar la mirada de la amenaza. Jacob fue
el más lento de todos a la hora de emprender lanretirada. Tenía erizada la el cabello de los hombros y se erguía mientras le enseñaba las fauces a Aro. Renesmee le agarró del rabo al tiempo que retrocedía y le fue dando tirones para obligarle a caminar con nosotros. Nos reunimos con nuestra familia al mismo tiempo que las capas oscuras rodeaban de nuevo a Aro.

La distancia entre ellos y los Cullen se había reducido a cincuenta metros, un
espacio que cualquiera podía cruzar con un buen salto en menos de un segundo. Cayo comenzó a discutir con Aro de inmediato.

–¿Cómo soportas semejante infamia?– Se puso con los brazos en jarras y los
dedos curvados en forma de garras –¿Por qué permanecemos aquí mano sobre mano ante un crimen tan espantoso, burlados por una trampa tan ridícula?–

–Porque es la verdad hasta la última palabra– respondió el interpelado con
calma –Observa el número de testigos. Todos ellos están en condiciones de dar
testimonio: han visto a esa niña crecer y madurar en el breve tiempo que la han conocido. Todos ellos– prosiguió mientras hacía un gesto lo bastante amplio para abarcar desde Amun, situado en un extremo, hasta Siobhan, ubicada en el opuesto –se han percatado del calor de la sangre que corre por sus venas.–

Cayo reaccionó de un modo extraño en cuanto su compañero pronunció la palabra «testigos» y su semblante, dominado por la ira, se serenó hasta convertirse en una máscara fría y calculadora. Lanzó una mirada a los apoyos de los Vulturis con una expresión un tanto nerviosa.

Carlisle ocupaba la posición más alejada. Bella retrajo el escudo centímetro a centímetro en un intento de envolverle el cuerpo con la mayor precisión posible. El blindaje parecía predispuesto a cooperar. Bella aumentó su contorno, y cuando carlisle cambió de posición para formar más cerca de Tanya, la protección se estiró con él y se ciñó a su chispa. Bella lanzó más hilos de la tela protectora y los fue situando alrededor de cada silueta iluminada que correspondía a un amigo o a un aliado. Sólo había transcurrido un segundo y Cayo continuaba con las deliberaciones.

–Los hombres lobo– murmuró al fin.

A Bella le invadió un pánico repentino cuando comprendió que casi todos los licántropos estaban desprotegidos. Se disponía a alcanzarles con su escudo bajo la atenta mirada de Lydia cuando se dio cuenta de que, en realidad, sí que podía sentir su chisporroteo luminoso.

Curioso.

Retiró la capa protectora de Amun y Kebi, los dos miembros más alejados del grupo en ese momento, que se hallaban en compañía de los lobos. Las luces de ambos se extinguieron, pero no ocurrió lo mismo con los lobos.
Continuaban siendo columnas luminosas... o casi, por lo menos la mitad de ellos brillaban.

Extendio de nuevo el escudo y en cuanto Sam quedó cubierto, todos volvieron a brillar. La interconexión entre ellos debía de ser. Si el macho Alfa se hallaba bajo cobertura, las mentes de los otros miembros de la manada estaban tan protegidas como la del líder. Algo que Lydia descubrió fácilmente y le causó demasiada curiosidad.

–Ah, hermano– contestó Aro con aspecto apenado ante la afirmación de Cayo.

–¿También vas a defender esa alianza, Aro?– preguntó Cayo –Los Hijos de la
Luna han sido nuestros enemigos desde el alba de los tiempos. Les hemos dado caza hasta prácticamente extinguirlos en Europa y Asia; y a pesar de ello, Carlisle dispensa un trato de familiaridad a esa inmensa plaga, sin duda en un intento de derrocarnos más adelante, lo que sea para proteger su corrupto estilo de vida. –Lydia al escuchar eso enfurecio, ella era parte libro después de todo.

𝑻𝒉𝒆 𝑶𝒕𝒉𝒆𝒓 𝑺𝒘𝒂𝒏 [𝑱𝒂𝒔𝒑𝒆𝒓 𝑯𝒂𝒍𝒆] EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora