"Alzheimer, Valentina. Tu mente se está diluyendo entre tus dedos sin que tú ni nadie, puedan hacer nada al respecto. Condenada a una muerte en vida, donde tus recuerdos van desapareciendo y tu mente disolviéndose en el ácido cruel y crudo de una enfermedad que por más que desees, ya no puedes evitar".
El pensar en ello es una estaca clavada a terror en su corazón. Tiemblan sus manos al juguetear con la compra impulsiva tras el médico. La angustia hablando antes que haber expresado el miedo en voz alta en la cafeteria.
La mira, sabe que no tienen todas las respuestas pero...
¿Qué puede perder intentando?Tomó el primer post-it. Es amarillo. La idea, ahora con la cabeza más fría se le antoja ridicula. Fue una tontería ceder al impulso y comprar tantas cajas; el boligrafo suena en un compás obligado y uniforme mientras lo golpea en la mesa, pensando si ceder o no a lo que planeó.
Valentina, estás condenada, se repite. Una condena de la que no puedes huír.
Reúne el valor necesario, ese que después de las palabras de su doctor le hizo comprar todo y recuerda que no quiere que esta condena pese para siempre y la hunda. No quiere consumirse, al contrario, quiere ser como el universo que tanto ama y seguir en constante movimiento, expandiéndose hasta el infinito con su piel repleta de estrellas por el esfuerzo y la necesidad de seguir, seguir, seguir, seguir y seguir intentando.
Quiere luchar contra los agujeros negros que están poblando su alma, recuerda.
Y es por eso, comienza a escribir, dejando la duda atrás.
El primer post-it es dificil. Ella no es una artista (la artista es Juliana); pero tras dudar escribió sobre cosas básicas, recuerdos que quiere mantener sin importar nada.
Sobre ella, Juliana, sus seres amados. Todo aquello que conforma lo que ella es.
Lo pegó, es sencillo
Inmediatamente otro más.
las cosas más importantes de su vida.
"Té, sin azúcar, una cucharada de leche para Juliana".
"Eres astrofísica en Hawking".
Le picó la nariz de la emoción al verlos allí, en la pared blanca frente a su escritorio. Sonríe para evitar las lágrimas repentinas que quieren arder de miedo y esperanzas.
Tomó los siguientes, en varios tamaños y colores. Unos Cuántos en el mismo escritorio, al lado de cuadros y otros sin pensarlo los pegó en diferentes partes.
El dormitorio, el escritorio de Juliana, la cocina...
"El premio de la repisa es tuyo, por tu libro"
Llenó su casa de colores; en todos lados. Recuerdos para ella misma, esperanzas e intentar luchar antes que su propia luz explote como las supernovas a las que estudia(ba) en el pasado. Todo es importante.
Y quiere recordar cada detalle lo máximo que pueda permitirse.
Titubeó con los dos que le quedaban. Son vitales, sabe. Y deben estar en un lugar visible, verlos siempre. A cada segundo.
¿Dónde? piensa, dando vueltas por cada habitación.
La respuesta llega sola al día siguiente, todo más calmo. Observó dormir a Juliana, su cabello oscuro esparcido por la almohada blanca; su respiración suave es lo único que puede escuchar.
Besó su frente, cálida y suave. Ella no lo nota, y Valentina sonríe de todas formas.
La respuesta a los primeros post-it de todo un universo por hacer llega así, con un pequeño beso invisible al universo. Un secreto compartido entre la nada y ella, tradición de años que nunca quiso olvidar. Un beso en la mañana.
Abrió el velador y pegó los últimos sobre la pared. Lo primero que verá al despertar y lo último antes de apagar la luz al anochecer. Un recuerdo que no quiere perder.
Si llora cuando los lee, nadie es capaz de decirlo.
Aquello la mantiene ocupada durante semanas. Todo su universo tornándose en colores y adhesivos de post-it.
Juliana, por supuesto, también quiere ser parte de toda esta nueva creación.
Un dia, ella se presenta con un cuadro y un beso en sus labios. Valentina le sonríe, tocando el metal de los bordes y observó la fotografia que hay dentro.
Un nudo se le forma en su garganta, los ojos se le humedecen de una felicidad repentina y piensa,
"Oh Juls...". Pasó su lengua por sus labios ligeramente resecos y va a hablar, pero antes de siquiera abrir la boca, Juliana le sonríe y le quita el cuadro de las manos.
—Pienso que es hora de que tengamos esto, mi amor —dijo, su voz ronca llenando el espacio mientras Valentina detalla su cabello castaño oscuro, casi negro, moverse cuando mueve la cabeza en una sonrisa grande, ridicula, que aprieta su corazón—. La dejaré sobre el velador después. De tu lado, así la ves todas las mañanas.
Juliana saca dos post-it del bolsillo de su chaqueta y los pega en la fotografia, luego se la vuelve a pasar a Valentina, depositando un beso suave en su cabellera color miel.
Valentina cierra los ojos un instante, apretando la fotografia entre sus manos.
La vuelve a mirar, riéndose un poco. No sabe si de risa, nostalgia, o de dolor.
Es la foto de su boda.
Y ahora, en el sitio donde está Juliana (vestida de blanco) ; hay dobs post-it que dicen "el amor de mi vida" y "Juls".
Apretó los labios para no llorar.
De todas las cosas, de todos los agujeros negros que hay en su cabeza y su alma, ruega, a todo dios, que ninguno se acerque a sus recuerdos y la vida que han vivido juntas.
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-ˏˋ Otoño se desmorona ˊˎ- Lesbian
Roman d'amour(Completa) Valentina tiene que librar una lucha contra el Alzheimer, Juliana no la dejará sola en la batalla. 𝓙𝓾𝓵𝓲𝓪𝓷𝓽𝓲𝓷𝓪 𝓪𝓭𝓪𝓹𝓽𝓪𝓬𝓲𝓸𝓷 𝓒𝓻𝓮𝓭𝓲𝓽𝓸𝓼 𝓪 𝓵𝓪 𝓪𝓾𝓽𝓸𝓻𝓪 𝓸𝓻𝓲𝓰𝓲𝓷𝓪𝓵