CAPÍTULO 28

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Llevaba dos días encerrada en mi casa y dos días sin ver a Seth. “No aguanto más” me dije a mi misma cansada de estar todo el día encerrada. Era de mañana por lo que me levanté de la cama y me miré al espejo. Tenía bastantes ojeras de haber dormido mal y puede que también por llorar un poco, solo un poco.
Sonreí a mi reflejo aunque mi sonrisa no llegó hasta mis ojos. Alcancé el corrector de ojeras de mi escritorio y me esparcí el producto con mis dedos. Me vestí con unos pantalones vaqueros y un jersey bastante simple. Peiné mi pelo en un moño deshecho. Con un último vistazo sobre mí en el espejo salí de la habitación. La cocina estaba vacía, miré la hora percatándome de  lo temprano que era. Las ocho de la mañana, estoy despierta y no tengo que ir a trabajar. “Perfecto” pensé rodando los ojos.
Preparé un café y me senté en la silla en frente de la encimera planeando qué puedo hacer durante estos días. Necesito distraerme para no seguir llorando por las esquinas.

—¿Qué haces despierta? —me preguntó Nid bostezando y entrando en la habitación.

—No lo sé, no había mirado la hora —respondí encogiéndome de hombros.

—¿Cómo estás? —me preguntó estirando su mano para acariciarme el brazo.

Tomé unos segundos para pensar en mi estado de ánimo que ni yo conocía.

—¿Tienes planes para hoy? —decidí cambiar de tema.

—Iba a salir con Jandiara, me ha pedido una primera cita —intentó ocultar una sonrisa— pero si quieres que me quede contigo o que hagamos algo…

—No —le interrumpí sonriendo— no seas tonta, llevas tiempo esperando a que Jandiara te pidiera una cita y por fín lo ha hecho. Estoy bien —intenté convencerme— llamaré a Ray a ver si está libre —le guiñé un ojo.

—Te quiero mucho —me sopló un beso marchándose de la cocina.

Dejé la taza en el fregadero suspirando.

—Está bien —murmuré— vamos a llamar a Ray.

Marqué su número y esperé. No me lo coge. Iba a marcarle otra vez cuando me llegó un mensaje:

“Hola preciosa, estoy ocupado ahora mismo, tengo a Lucas esperándome… ya me entiendes”

Añadió un emoticono con una sonrisa pícara y me envió otro mensaje:

“¿Está todo bien? ¿Estás bien? Si es urgente, puedo dejarlo.”

Decidí responderle que lo pasara bien, que no me ocurría nada ni era nada urgente. Añadí el emoticono de un corazón despidiéndome de él.
Genial, ¿y ahora qué hago? Bufé mientras iba hacia mi habitación para coger una chaqueta. Saldría a dar una vuelta por la ciudad aunque sea sola.

—¡Me marcho! —grité hacia Nidia mientras salía de casa.

Al quinto día sin Seth, el ánimo me bajó un poco. A la hora de comer me llegó un mensaje de Brent:

“¡Lynn! Soy Brent, ¿quieres ir a comer? Hace mucho que no nos vemos”

Me sentí tonta al haberme olvidado de mi amigo así que como disculpa decidí responder afirmativamente. Veinte minutos después Brent me avisó de que estaba debajo de mi edificio con el coche. Bajé vestida cómodamente con un peto vaquero largo y una camiseta de manga larga.

—¡Hola! —saludé sonriendo.

—¿Cómo estás? —me preguntó sonriendo de lado con una cara de pena.

—Te lo ha contado Nidia —rodé los ojos mientras Brent me abría la puerta del coche.

—En realidad fue Jandiara —respondió sentándose en el asiento del conductor— ¿has ido al restaurante Bar 61?

AMOR Y PÓLVORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora