La Bruja Azul y El Caballero Negro (KiritoxSinon)

Ese color azul

Aun viendo la situación como una perdida la reina Yuki llevo a Argo adentro del castillo para hablar sobre esa información tan "importante".

- Muy bien Argo -ella aclaro su voz- Dime que es lo que resolviste

- Bien, primeramente debo decir que aun nos queda tiempo para prepararnos, pero lo perturbador es que el reino de Ameliore ya esta perdido y en posición de los enemigos -aclaro ella-

- ¿Dominado? ¿Por que o por quien? -dijo asustada mientras su mirada se llenaba de sorpresa-

- Por una de las generales del territorio oscuro... ella lo domina tras la sombra de una princesa. Ella mato a los reyes de antes y ahora domina el reino dejándolo a dominio de nobles y de los deseos mundanos de los hombres

- Debió ser duro estar escondida siempre, no te preocupes ya todo esta bien solo dime el nombre de la general -decía mirando el techo y pensando que hacer-

- Su nombre es Dee Eye Eel, DEE para abreviar... su característica es que domina todo tipo de magia, supondrá una verdadera amenaza

- Y veo, supongo que tiene sentido mandar una mujer así para tratar de dominar un reino y hacer que caiga -ella tomo una pausa antes de seguir hablando- Gracias por la información Argo, me darás detalles después...

- Entiendo, no se preocupe -hizo una reverencia para después irse-

Al siguiente día, el par de rubios estaban camino a un prado en donde solían jugar de niños, pero ahora ellos dos acompañados de Quinella. Alice estaba de un animo fatal, Quinella aun derramaba unas lágrimas, pero Eugeo el estaba peor por no haber hecho nada para impedir perder a su hermano.

- El siempre estará con nosotros... se los aseguro -decía Quinella sosteniendo los hombros de cada uno-

- No pude hacer nada para salvarlo señora Quinella, solo lo vi caer... lo dejamos atrás -dijo mientras en sus ojos se formaban unas lágrimas-

- Eugeo... -Alice no dudo en abrazar al de ropaje azul en cuanto comenzó a demostrar su tristeza-

- Lo se... yo también me siento como una inútil, si lo hubiera sabido antes no los hubiera dejado ir... saben que a ustedes siempre los he considerado como hijos... Les contare lo que paso...

- ¿Señora Quinella? -Alice la miro confundida y con los ojos llenos de lagrimas-

- Ustedes nacieron el mismo día y yo sabia de eso. El mismo día que nacieron, hubo un ataque a la pequeña aldea en la que comenzaban a vivir La aldea estaba justo en las afuera del reino, no comprendo como llegaron las malditas criaturas, el ataque llego en las altas horas de la noche

Eugeo y Alice estaban atentos a la historia, con ella se iban resolviendo los misterios de por que los tres no eran nada parecidos tanto entre ellos y con la señora Quinella.

- Esa noche yo me encontraba dando un paseo y mirando el cielo lleno de estrellas, entonces escuche los trotes de un caballo y el llanto de bebes acercándose, mire al caballo que llevaba una canasta y ahí estaban ustedes... Eugeo era quien mas lloraba -ella dio una sonrisa triste- desde ese día los he cuidado, los tres nacieron el mismo día

- Y nosotros nos prometimos que moriríamos el mismo, pero no podremos cumplir eso... -dijo para después seguir derramando lagrimas-

- Desahóguense, saquen todo lo que tengan -decía Quinella mientras se daba media vuelta para irse- Los estaré esperando en le reino

Alice seguía abrazando a Eugeo, ambos lloraban por la "perdida" de su amigo. Asi se la pasaron por un rato hasta que decidieron levantarse, no sin antes marcar el nombre del pelinegro en un árbol de ahí cerca.