La Bruja Azul y El Caballero Negro (KiritoxSinon)

La desesperación de Eugeo

Alice se había levantado de la cama de Eugeo, salio y solo en ese momento el rubio pudo respirara de nuevo.

- Carajo... debo salir de aquí, no quiero que regrese y que me mate por haberla escuchado -el salio poco a poco de debajo de la cama-

En ese momento se escucho el dragon llegando al reino a la par de un sonido metálico antes de que este acabara de descender.

- Kirito llego, hablare con el... será mejor salir dentro de un rato

Mientras aquel rubio esperaba para salir bien de la situación Kirito estaba ya casi llegando al rio acompañado de Tolyer, sin embargo Sinon lo seguía desde una distancia considerable.

Al llegar a la cueva donde vivía Tolyer ambos entraron, el pelinegro dejo caer su canasta y se la dejo a la Mercer del dragon, sin antes tomas dos peces.

- Y bien, ¿dime señorita por que me sigues desde el reino?

- Eh... ¿como sabes que te sigo? -decía ella desde afuera de la cueva-

- Pues, como decirlo... escuche que me querías seguir desde que llegamos y le pediste permiso a la guardiana -dijo el tranquilo-

- Perdon, no quería molestarte -ella se lamento-

- No pasa nada, tranquila -el salía de la cueva- sígueme vamos a desayunar o mejor dicho a almorzar como le quieras llamar

- Oh... -a ella le brillaban los ojos-

- No te quedes atrás -el dio una risa mientras la chica le dio una ultima vista al dragón que comía tranquilamente-

Ella corrió un poco para alcanzar al pelinegro hasta que se puso a su lado.

- Te gusto el pescado del otro día no Sinon, pues tal vez este no sea tan bueno pero sirve contra el hambre -el puso ambos peces en una roca grande- bueno hare un poco de fuego

- ¿Puedo ayudarte a hacerlo? -Simón se sentía en obligación de hacerlo ya que siempre tuvo o tenia que ayudar a la Guardiana así que se sentía mal al no hacer nada-

- No te preocupes, los cocinare yo ¿esta bien? -el la vio con una sonrisa-

- Eh... Esta bien -ella se sentó sobre una roca mas o menos grande mientras veía lo que hacia Kirito-

El pelinegro se iba por un poco de leña y de unas rocas para mantener el fuego y que no se expandiera si se avivaba demasiado.

- Ah no tengo mechero para encenderlo -el se lamento-

- Dejame ayudarte con eso -ella alzo su mano en dirección a la leña mientras recitaba unas palabras e hizo que se encendiera- Listo -ella dio una risita-

- Eso fue impresionante -dijo el emocionado- bueno entonces es momento de empalar a estos chicos-

Kirito atravesó a los peces con una rama para después encajar los palos al rededor del fuego y que estos se cocinaran poco a poco.

- Ah ya esta, solo queda esperar un poco -dijo Kirito tomando asiento junto a la chica de cabello azul-

- Si eso parece, sabes lo que haces, nunca pensé que algún hombre supiera cocinar -dijo ella haciendo que el pelinegro se sorprendiera-

- Vaya... pues mira que si hay quienes cocinamos -el miraba como fluía el fuego-

- Es lo que se... en los libros que me llegaba a leer la guardiana antes de que pudiera leer decían que los hombres, caballeros o príncipes se dedican mas en ser buenos y ser fieles a la batalla