No era fácil dar con ella, era una genio para escapar, era como si supiera desde antes lo que iba a pasar.
Todos la conocían, no solo por su belleza, sino por su peculiar manera de vestir e infiltrarse, siempre mirando de manera seductora a cualquier hombre, haciendo que la observaran, que notaran su presencia, era como si quisiera que supiéramos que estaba ahí, tan cerca, pero a la vez lejos.
Labios gruesos, curvas perfectas, andar seductor y adictivo...
Así era Min Yoonji.
Quién diría que detrás de aquel rostro angelical habitaba un demonio de labios rojos que se dedicaba a asesinar.
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MIN YOONJI
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