XIV: Confusión

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No puedo hacer esto.

Para JongHyun ya es lo suficientemente difícil tener que ver a KiBum como para atreverse a besarlo.

Siente que es demasiado, y que puede desencadenar problemas innecesarios, porque al final sus mundos son tan diferentes ahora que, incluso deseándolo, sería imposible de tener.

KiBum es un Arcángel, ¿Cómo podría ser suyo después de todo?

Tal vez esa es la mayor razón — muy en el fondo — por la que siente que debe retroceder e irse. Porque el rubio ya le hizo dudar una vez, y ahora podría ser peor.

Sólo basta verlo, ahí en su cama, dormitando igual que un bebé mientras las bonitas alas descansan en su espalda.

Está desnudo. Las sábanas no cubren ni la mitad de su cuerpo, y JongHyun no sabe si esa es su señal para detener el plan e irse, o tomar la valentía para quedarse.

Es un poco injusto que la habitación de un Arcángel no tenga viligancia, porque al menos de esa forma vendría alguien a romper con sus intenciones. Sus malisimas intenciones.

Y sí, suena extraño, pero en un momento así JongHyun desearía ser echado del paraíso de una sola patada.

Ver a KiBum sólo le hace pensar cosas inapropiadas.

Mierda...

La confusión es grande, se ha establecido en su estómago como una piedra pesada. Realmente quiere irse, sin importar las amenazas anteriores de Lucifer, ni lo que pueda ocurrir después.

Sin embargo, JongHyun nunca ha sido una persona que pueda ignorar sus instintos, y ahora mismo, al ver a KiBum moverse en su cama hasta revelar más de su cuerpo... le es imposible seguir huyendo.

Él lo sabe.

Sabe que debe estar ahí, aunque sea para tratar de hablar. Es por eso que se acerca más, mucho más, y cuando llega al pie de la cama se le corta la respiración.

La piel de KiBum es pálida, desde sus mejillas algo sonrojadas hasta los talones.
Hay una pequeña cicatriz en su cadera, que traza punto por punto como una constelación, y llega al final de la espalda en donde las hermosas alas brillan.

Para JongHyun no es una novedad reconocer la belleza del rubio. Lo ha meditado de muchas maneras, además de habérselo dicho directamente varias veces.
Sólo que ahora hay algo diferente. Un sentimiento diferente. Algo que parece haber dejado de ser cariño para convertirse en deseo.

Maldito, y peligroso deseo.

Mientras se sienta al borde de la cama reafirma el pensamiento. Hay un capricho dentro de él que lo impulsa a tocarlo, así sea sólo el cabello dorado, o sus mejillas.

También hay otro capricho que jala su cuerpo, y que le grita de mil maneras que abrace con fuerza a este bonito ángel en la cama. Sin importar que lo rechace, o que de alguna forma se niegue a aceptar que también lo quiere.

Porque las palabras de Lucifer no pueden ser mentira. KiBum aún lo ama.

Pero por eso mismo es que JongHyun quiere usar su parte más cuerda.

Aprovecharse del que fue su mejor amigo sería la peor cosa del mundo, sobre todo cuando está en una situación tan vulnerable.

Cuando en vez de echarlo de su habitación parece llamarlo entre sueños.

JongHyun...

La voz de KiBum sale en un gemido ahogado que presiona todos los botones incorrectos en él.

Le hace inclinarse lo suficiente hasta que sus narices se tocan, y antes de que el rubio logre tomar otro respiro.. JongHyun no puede huir más y cubre sus labios con un beso.

Un jodido beso que en vez de aclarar la mente del castaño la nubla mucho más, sobre todo cuando KiBum empieza a tomar conciencia y reclama cada centímetro con una desesperación embriagante.

JongHyun ni siquiera puede pensar bien lo que está sucediendo, sólo sabe que de alguna manera a acabado sobre el cuerpo del que fue su mejor amigo, y que el sabor de sus labios lo vuelve completamente loco.

Porque KiBum sabe a pureza, a un césped fresco recién cortado, a amor del bueno.

Y cuando sus dedos se enredan en el cabello de JongHyun ambos cuerpos tiemblan de placer. Es una corriente que los recorre de arriba abajo, como un hormigueo sexual que los obliga a seguir, a tocar, a besar. Todo ello hasta que en un momento la realidad les choca de la forma más violenta.

Es Kibum quién abre los ojos primero, y al darse cuenta de lo que sucede empuja el cuerpo del demonio con fuerza.

— Mierda... - se queja JongHyun al verse en el suelo.

Luego todo sucede rápido. KiBum toma su espada apoyada en la pared y apunta a la cabeza del castaño.
Las piernas le tiemblan, está a punto de llorar, pero cuando JongHyun alza la mirada el mundo se le desmorona.

No...

Por favor, no...

KiBum cae al suelo de rodillas, derrotado ante una verdad imposible de negar. Porque Lucifer tiene razón y todo este tiempo la ha tenido.

Ama a JongHyun, mucho más de lo que un demonio deba merecer.

— Bum...

— Lárgate.

El rubio alza la cabeza para mirar al culpable de todas sus desgracias.

— Si realmente algo bueno queda en ti... por favor lárgate.

Y así lo hace, antes de hacer una tontería. O peor aún... antes de rogarle por más.

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ʟᴀ ᴍɪsɪᴏɴ ᴅᴇ ʟᴜᴄɪғᴇʀ | JongKey Mini Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora