XVIII: Transformando

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El infierno es un lugar tenebroso, caliente, que hace a cualquiera temer de lo que pueda suceder.

A excepción de TaeMin.

Él está ahí, bajo el gran umbral de la habitación de Lucifer, a la espera de lo que sea que el demonio quiera.

Después de haber visto a Kim JongHyun besando a su maestro siente que nada importa. Ni siquiera si su alma es partida en dos.

Te deseo, KiBum.” fue lo que dijo Kim.
Y yo a ti.” fue lo que respondió KiBum.

TaeMin no necesitó ver lo que estaban haciendo para entender la situación. Aquellas palabras... fueron suficiente.

Punto.

Da igual. Repite, porque si KiBum puede revolcarse con un demonio entonces él puede buscar la atención de Lucifer.

Incluso si lo ha llamado para otros planes.

— Pensé que te tardarías un poco más en venir.

El menor gira al lado cuando la presencia de Lucifer aparece.
Su esbelta e imponente figura hace que el corazón del rubio tintinee. Justo como la primera vez que lo vio, bajo el nombre de Choi MinHo.

— Pero me alegra tenerte aquí.

Una sonrisa.

TaeMin se acerca más. Sus pasos rápidos no dejan que el demonio piense en una reacción antes recibir sus labios.

Sale un gemido de sorpresa, pero no hay ningún rechazo. Ambos, dejan que el deseo suba por su piel, sin importar nada ni nadie.

— Eres un ángel... - susurra Lucifer bajando con ansiosos besos por su cuello - Te necesito, pero no puedo tocarte siendo un servidor de Dios.

— Entonces toma mi alma - asegura TaeMin, logrando que el demonio se aleje para mirarlo.

— ¿Cómo?

— Si tengo que ser un demonio para que estemos juntos entonces lo acepto - insiste el menor, apretando la camisa entre sus dedos - No me importa otra cosa ahora. Por favor.

Lucifer lo piensa. Sabe que tener a TaeMin es lo que más necesita, pero... ¿Qué va a pasar si al final termina arrepintiendose?

Es un riesgo grande, y no hay retroceso.

— Hyung, por favor.

Mierda.

— ¿Estás completamente seguro de esto? - pregunta Lucifer, tomando la mejilla sonrojada y cálida del ángel.

— Sí, estoy seguro - responde TaeMin, sus ojos sinceros haciendo que el enorme y poderoso demonio lo tire de nuevo en un beso.

Pronto va perdiendo la noción del tiempo, sus pies se elevan cuando es llevado a un lugar que no conoce.

Tampoco tiene miedo, porque está dispuesto a confiar.

Lucifer puede tomar su alma, y todo lo que quiera de él.

— ¡Arcángel Key! ¡Arcángel Key!

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— ¡Arcángel Key! ¡Arcángel Key!

KiBum abre la puerta de su habitación ante el enorme escándalo fuera.

Lo primero que ve es a  Baekhyun — uno de los ángeles guardianes — gritando y tomándose los cabellos con desespero.

— ¿Qué sucede? ¡Me estás asustando! - exclama el rubio, viendo al otro ángel casi hecho un mar de lágrimas cuando se le acerca - Baek... ¿Qué pasa?

El menor muestra sus manos al frente. En ellas tiene un par de plumas aperladas que KiBum reconoce muy bien.

No. Por favor, no.

— ¿Q-qué le sucedió a TaeMin? - pregunta, tratando con todas sus fuerzas no mostrarse débil sin saber lo que realmente ha pasado.

Aunque...

— Se... entregó a Lucifer, hyung.

¿Qué...?

No.

No. No. No.

TaeMin no puede.

No pudo.

KiBum le da la espalda al ángel guardián. Se lleva la mano a la boca porque en este momento siente ganas de vomitar.

Lo peor de todo, es que no tiene la moral para sentirse enojado con TaeMin. Él al menos fue valiente, y decidió tomar una decisión seria antes de entregarse por completo a Lucifer.

En su caso en cambio, ni siquiera se detuvo a pensar en lo que hacía.
JongHyun llegó, le dio un beso, y perdió la batalla en sus brazos.

Así que no, no puede culpar a TaeMin por sus decisiones. Aunque le duela, y aunque vaya a tener que aprender a seguir sin él... nada podrá cambiar la realidad. Ni siquiera Dios.

— ¿Qué vamos a hacer, hyung? - se escucha preguntar a Baekhyun, avanzando a su lado.

— No hay nada que hacer - responde KiBum, tomando las plumas que el ángel aún tiene en sus manos - T-tenemos que seguir, Baek...

El rubio acaricia las plumas con cuidado de no dañarlas.
Quiere guardarlas, tenerlas en un lugar especial para que nadie más pueda tomarlas.

Significan tanto, y necesita seguirlas mirando por un rato más, porque probablemente sea lo único que quede de TaeMin.

— Sigamos adelante...

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ʟᴀ ᴍɪsɪᴏɴ ᴅᴇ ʟᴜᴄɪғᴇʀ | JongKey Mini Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora