20. Supervisión.

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Narra Adrián.

Sentí como un escalofrío recorría todo mi cuerpo y como la sensación de nervios y ansiedad me invadía.

Si era cierto era mejor que el coronel se enterara y hiciera algo.

Max se quedó pensativo un momento y volvió a tomar la radio.

—¿Coronel?, es una emergencia hemos interceptado una transmisión y creo que debería escucharla cuanto antes —dijo al micrófono.

Yo seguía en mis pensamientos y como me había quitado los audífonos no sabia que le estaba diciendo el coronel a Max.

—Muy bien, le envió la copia —dijo para dejar los audífonos y el micrófono y levantarse.

Vi que se dirigió a uno de los teclados que había por ahí y empezó a apretar botones y hacer otras cosas.

—Vaya suerte la nuestra —exclamó Max.

Yo asentí.

—¿Estás bien?, desde que captamos la transmisión podría jurar que te cambió la expresión —comentó Max.
—El de la transmisión era... aquel que había intentado matarme y de quien Edmon me salvó —respondí.
—Vaya... ¿entonces al final se refería a ti y a Edmon? —preguntó.

Volví a asentir algo agobiado por la situación.

—Hmm, no deberías preocuparte, en cuanto oigan esa grabación van a hacer algo, no creo que se queden sin hacer nada —dijo el lobo.

Realmente sabía que no iban a dejar morir a tantas fursonas, no de nuevo, probablemente iban a actuar antes de tiempo.

—Lo sé, es solo que tengo un mal presentimiento —dije.

Mientras tanto en la oficina del coronel...

—Ya lo oyeron, planean atacarnos —comentó el polar.
—Pero, ¿qué tan verídica es esa grabación? —preguntó uno.
—Tan verídica como que acaba de ser interceptada —respondió.
—¿Te das cuenta que puede ser una broma? —preguntó otro.
—Broma o no hay algo cociendose allá afuera y no lo puedo ignorar —dijo el coronel.
—¿Y sí es una trampa? —preguntó otro.
—Trampa o no, no podemos arriesgarnos a no hacer nada —dijo el polar enfurecido.

Hubo un pequeño alboroto ahí dentro, tratando de decidir que se haría con la transmisión.

—Aún así no podemos arriesgarnos a perder más hombres —comentó uno.
—Enviaremos a inspeccionar la zona a un equipo pequeño; el equipo de élite de nuestra facción, ellos revisarán y dirán si realmente hay peligro o no —dijo el polar.

Al parecer la respuesta había convencido a la mayoría de ahí.

El coronel hizo un par de llamadas en los que los demás se retiraban y miró a su hijo entrar.

—Padre, tengo que ir con el equipo élite —dijo el polar menor.

El coronel algo sorprendido arqueó la ceja y lo miró.

—¿Por qué quieres unirte a la expedición? —preguntó.
—Quiero redimir lo que pasó con el otro grupo —contestó.
—Edmon, aprecio tu valor pero eres mi hijo y no me gustaría que algo te pasara es muy arriesgado —comentó el coronel.
—¿Estás diciendo que no confías en mi? —preguntó Edmon sintiendo un ligero dejá vù.
—Confio en ti hijo, pero no quiero involucrarte en esto —contestó.
—Padre, esto es muy importante para mi, por favor déjame hacerlo —decía Edmon suplicante.

El coronel algo dudoso se rascó la frente y dió un suspiro.

—Está bien pero prometeme que regresarás sano y salvo —dijo el coronel.
—Te lo prometo padre —contestó Edmon.

Las Luces Del Norte (Furry/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora