🍃Han Jisung era un chico de 15 años tratando de sobrevivir a los vestigios de una guerra; Recolectaba, vendía y compraba en su pequeña y devastada ciudad, pero un sucio llegó para tambalear su corta vida.
Cuatro años después habiendo logrado huir d...
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Jisung debería estar estudiando para su futuro, estudiando en una biblioteca mientras que sus amigos le preguntan como está, como le va con los exámenes finales, mientras que todos le sonríen y le dan ánimos para ese último esfuerzo de fin de año. Jisung debería estar suspirando y cerrando la gran enciclopedia que lee, él debería estar apagando su celular con la música de ambiente que lo calma antes de un examen. Jisung debería levantarse del asiento y caminar por los pasillos solitarios de la biblioteca.
Jisung debería ser un chico como cualquier otro. Pero no lo es, Minho sabe que Jisung es diferente, es solo un inmundo con mucha suerte, o quizá solo una persona que nació en el lugar equivocado, Jisung podría ser muchas cosas, pero nunca la correcta. Y es que un chico tan joven no debería lidiar con tanta mierda, no debería enfrentarse a la muerte tantas veces, no debería pelear por vivir. Es triste.
Si Minho pudiera escribir un libro de su vida el capítulo más extenso sería el de Jisung, por qué lo merece, por qué no lo merece. Porque Jisung le recuerda un montón de cosas que nunca le importaron antes. Su familia, por ejemplo, el amor que Minho le tiene a sus padres no se compara al amor que Jisung siente por los suyos, no se compara al amor que Jisung le puede dar a la gente, ese chiquillo amargado está tan lleno de amor que Minho realmente no sabe de dónde lo saca. La vida de Jisung fue una mierda ¿entonces por qué tiene algo de lo que Minho careció por tanto tiempo?
¿Cuántas personas tienen tanto amor en el mundo para dar y están a punto de morir por alguna injusticia? A Minho no le queda mucho, él no sabe muy bien como amar.
Se detiene un momento intentando recordar direcciones, quizá él no tenga indicaciones para dónde ir, pero sabe reconocer el zumbido del arma, aquel zumbido que le trae memorias de hace años, cuando lo construyó. El sonido se cuela entre las paredes y él intenta escuchar con atención, cierra los ojos y se aísla del sonido de la alarma, por suerte ya no hay gente gritando y corriendo en los pasillos. Respira profundo.
— ¿Buscas algo?
Alza la mirada y no tarda en encontrar a los cinco o seis hombres armados que apuntan en su dirección, los uniformes son negros, nunca había visto uniformes negros, no que fueran de la ciudad cuatro o tres, ni siquiera de las ciudades aledañas. Tampoco reconoce los rostros, o las voces. Lo que si reconoce son las armas, armas que aun estaban en un periodo de prueba y que eran imposibles de conseguir.
Se olvida de tener miedo, de cualquier modo va a morir.
— ¿puedo ayudarte? —Pregunta sin titubear.
— De hecho sí, Minho. —El hombre da un paso al frente de entre todos los demás, no es alguien grande, de hecho, ni siquiera es tan alto, sin embargo parece demasiado decidido y exacto como para no ser nadie.— Te estaba buscando.
— Y tu nombre es...
— Jinyoung. —Jinyoung sonríe y comienza a caminar con los hombres siguiéndolo de cerca. Pasa justo al lado de Minho sin siquiera mirarlo y continua su camino. — Supongo que quieres llegar hasta Chan, te llevaré hasta allá.
