Capítulo 8 Pesadillas

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Un paisaje árido apareció ante sus ojos, rocas enormes y un paraje montañoso podía verse a lo lejos. Cielo despejado, ni una sola nube y el ruido de hombres festejando, gritando y alzando armas a espaldas suyas.

Giro a su espalda, los vio, los identifico, eran de KODE pero había más personas que no conocía. Intercambiaban dinero, armas, bombas y estuches que sabrá Dios que contenían. Hablaban en un idioma que no reconocía ¿Era árabe? ¿Ruso?

Vio a sus pies y el cuerpo de un joven yacía sin vida, su mano sostenía una espada que atravesaba la nuca de aquel sujeto. Abrió sus ojos con horror y soltó las armas que tenía en ambas manos, observo la sangre que había manchado sus botas y sus manos.

¿Qué había hecho? ¿Qué estaba pasando aquí? ¿Dónde estaba?

Empezó a girar sobre si misma, observando el lugar, a las personas que seguían en su fiesta, estaba buscando algo que le diera respuestas. Pudo ver a una corta distancia, no más de 1 km un pequeño pueblo en llamas en medio de aquel paisaje.

Un dolor punzante en su nuca le hizo agacharse en su sitio, rascaba desesperada, estaba confundida y desorientada.

– ¡Hey! ¿Qué le pasa a tu hija? –

– Déjala... siempre se pone en modo "zombie" cuando termina de acatar una orden. Ya se la pasará. –

– Está muy rara... –

– Dale su parte y déjala ahí, se le pasa en unos minutos. –

Escuchaba esas voces a lo lejos, los pasos de una persona acercándose a ella, una mano toma su hombro haciéndola girar.

Pero aquella imagen le hace retroceder con horror.

Un hombre con la piel quemada, derritiéndose por el calor del fuego, tenía gran parte del rostro deformado con la carne quemada, la dentadura expuesta, un ojo fuera de su sitio y un agujero en su cráneo hecho por el proyectil de un arma del cual brotaba sangre y materia gris.

– Hiciste un muy buen trabajo. –

Aquel sujeto, seguía sosteniendo su hombro con fuerza. Le extendía unos fajos de billetes manchados con sangre, sus manos apenas y tenían restos de epidermis, podía ver los huesos de los dedos cubierto por el musculo quemado a causa del fuego y la tela de la ropa que usaba se había adherido a la carne de aquel hombre quien lucía más como un muerto viviente sacado de una película de terror.

El olor, podía jurar que el hedor a cadáver y carne quemada venía de él. Se sentía tan real. Comenzaba a sentir arcadas.

– Has sido una niña muy obediente, Kassandra, tal como dijo tu padre, haces todo lo que te or-de-nan -

– ¡¡NOOOOOOOOOO!! –

Se levantó de golpe de la cama, respirando agitadamente, observo a su alrededor, toco con desesperación la superficie de la cama, busco el interruptor de la pared y encendió la luz con dificultad. Observo el lugar varias veces, necesitaba cerciorarse, saber dónde estaba.

Tomo el starkphone que Tony le había obsequiado con las manos temblorosas.

– FRI... FRIDAY... Di-dime qué hora es y... m-mii ubicación por favor –

Son las 4 de la mañana con 12 minutos, te encuentras en el Complejo de los Vengadores en la ciudad de Nueva York.

Intentaba normalizar su respiración, dejo caer el aparato en las sabanas, abrazo su cuerpo repitiéndose la misma oración.

KODE: GingerWhere stories live. Discover now