Centro Penitenciario de Mokotów.
Varsovia. Polonia
Un hombre con un yeso en su brazo, mecía su pierna impaciente, estaba sentado sobre una silla de metal, frente a una mesa colocada en el centro de aquel cuarto, podía verse un espejo doble en la pared.
No se le veía preocupado por su situación, parecía disfrutarlo, a pesar de los cargos que le imputaban. Había sido separado del resto de sus compañeros para ser interrogados por separado, ya que cada uno de manera colectiva o individual había participado en la toma del Hospital y del secuestro de la chica pelirroja que tanto se empeñaron en buscar.
Secuestro, robo de unidad, amenazas, portación de armas sin permiso oficial, asociación delictiva. Nada más faltaba que a él le imputaran un cargo por acoso sexual.
– Je, valió la pena que me rompiera el brazo. Tenía un culo suave. –
– ¿Se divierte joven...? o mejor dicho ¿Theodor? No pareces preocupado por lo que vendrá después de este interrogatorio – La voz grave de un hombre, un oficial de policía, interrumpió en el lugar.
– ¿Donde tienen a Kassandra? – Pregunto sin dejarle siquiera oportunidad de sentarse. – Quiero ver entrar aquí a ese pequeño cu... –
– No estoy aquí para hablar de la víctima – Respondió cortando por lo sano, no tenía intenciones de hacer mención de la joven. – Estoy aquí para terminar con los interrogatorios y que ingresen pronto a prisión preventiva –
El mayor tenía que saber manejar la situación, hasta el momento todos y cada uno de los detenidos había preguntado por el paradero de la joven, exigían su presencia, la culpaban de la muertes de sus compañeros. Esto último lo atribuía a la falta de responsabilidad de los imputados en sus hechos.
Lo que le parecía demasiado desesperante es que hasta el momento ninguno de los involucrados, respondía algo coherente respecto a sus motivos de querer llevarse a una muchacha tan joven.
– Iré al grano joven ¿Qué es lo que buscaban en el Hospital? – Pero el otro no decía nada.
– ¿Drogas experimentales? ¿Alguna vacuna? ¿Muestras de virus en investigación? –
– Solo fuimos por la chica – Respondió indiferente, el oficial suspiro hastiado de lo mismo.
– Hay muchos lugares donde pudieron haber secuestrado a cualquier chica con fines de trata de personas ¿Por qué ella? –
– Nosotros no la queríamos para venderla como esclava sexual – Esta vez el acusado respondió ofendido – No somos esa clase de personas. –
– De acuerdo entonces ¿Cómo me explicas que 7 de tus compañeros hayan muerto desangrados sin causa aparente? ¿Qué clase de virus soltaron? –
– No robamos nada de eso, solo a la chica, solo la queríamos a ella. – Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios – Yo sobre todo, es toda una muñeca. –
Al oficial ya no le estaba agradando nada la actitud de aquel hombre, los intereses individuales de él sonaban perversos.
– Si, si... ya entendí. Entonces tú si tenías la intención de tirártela ¿no? – Comenzaba a expresar en su jerga, seguirle el juego, fingir empatizar con él y portándose como un patán podría ayudarle a sacar más información.
– Ay vamos, no lo diga de esa forma. Más bien quería... convencerla ¿Me entiendes no? – Esto último lo dijo de forma cómplice.
Aquello le estaba costando mucho trabajo, fingir ser alguien de su calaña, pero debía tolerarlo unos minutos más.
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KODE: Ginger
Aléatoire¿Crees que existen seres diferentes al resto de los seres humanos? Si tu respuesta es no, deberías replantearlo y mirar a tu alrededor. Hoy día estamos rodeados de meta humanos, seres con una inteligencia increíble, seres astutos, personas veloces...