Capítulo 13 Certeza y sospechas

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Un brillo verde emanaba desde el fondo de una reliquia dorada la cual colgaba del cuello de un hombre alto y delgado. Con sus dedos en la posición correcta, el escenario frente a sus ojos comenzó a caminar en reversa.

Buscaba el momento, la fecha y la hora exacta en aquel lugar en Hong Kong. Estaba en el interior del Santuario, necesitaba respuestas y esta parecía la única manera de dar con ellas.

Dio entonces con el día exacto y la hora de aquel atraco. Retrocedió el tiempo en el momento en que el guardián del Santuario estaba tendido en el suelo y con espadas largas y delgadas en un hombro y una pierna.

Busco con la mirada a los responsables, del camino que llevaba a la bóveda comenzaron a salir 5 personas, todas tenían características físicas de caucásicos y europeos: Cabello rubio o cenizo, ojos azules o verdes. Había un hombre en particular que dictaba órdenes, supuso que ese sujeto lideraba aquel robo, un sujeto alto, cabello corto color rubio cenizo, de barba y bigote.

Pero no daba con la persona que buscaba, todos cargaban los objetos y reliquias mágicas, sacándolas de su sitio.

Una mujer rubia se colocó al lado del Guardián tirado en el piso y retiro de su cuerpo una de las espadas que atravesaba su hombro.

mma, voy a ordenarle a la niña que baje ya. – El sujeto de barba paso a lado de la rubia quien con malicia movía el arma en la pierna del Guardián que gemía de dolor.

Entonces vio a quien finalmente estaba buscando, el más alto venia detrás de una jovencita pelirroja de cabello largo y ojos violeta a quien tomaba de los hombros.

La anticipada sonrisa triunfante del Hechicero se apagó por instantes al ver algo en particular. La chica tenía la mirada perdida, sus ojos no parecían reflejar vida alguna pero un brillo extraño provenía de los mismos.

– Kassandra, ve por los objetos malditos, sabes bien cómo hacerlo. –

La chica asintió, sin mostrar emoción o queja alguna, camino con paso seguro hacia la ubicación de la bóveda. Minutos más tarde la joven regresaba con una vasija color carmesí en sus manos y a espaldas de ella el resto de las reliquias flotando en hilera.

Aquello había sido suficiente, vio todo lo que necesitaba ver para confirmar sus sospechas. Hizo diversos movimientos con sus dedos, accionando de nuevo la gema y regresando a su época actual.

Estaba de vuelta en el Santuario de Hong Kong, la fiel capa a sus hombros se deslizo y empezó a levitar alrededor suyo. En el lugar varios aprendices se encargaban de regresar a su sitio todas las reliquias, los jarrones, las piezas, los artefactos y armas antiguas. Le había tomado todo el día, junto con otros 3 aprendices y Wong, ir a cada punto y tomarlas. Pero lo que más le lleno de satisfacción fue confirmar con sus propios ojos sus sospechas, aunque había un par de detalles que todavía rondaban su cabeza.

Camino hacia lo que era la cocina de aquel Santuario, bastante tradicional pero agradable, decidió preparar un té verde, dada la hora no tenía el tiempo para hacer un té tradicional así que opto por uno instantáneo. Debía volver para supervisar que todas las reliquias volvían a su sitio.

"Ya quiero ver la cara de Stark cuando le confirme mis sospechas sobre esa mocosa."

Dio un sorbo a la taza, saboreando el líquido tibio pasar por su lengua y su garganta.

– "Un momento." –

Recordó entonces que era aquello que lo tenía intrigado.

– "Tiene un rostro demasiado juvenil, por sus ojos, mejillas y la forma de su cráneo podría calcularle unos 22 años de edad. Pero su altura, el largo de su cabello, el color de su piel, juraría que..." –

KODE: GingerWhere stories live. Discover now