Soy tu Sumiso © - Jayson Osborne ✔️

Capítulo 3

Me desperté con mi alarma, me di una ducha fría para despertarme y luego bajé a la cocina, estaba descalzo y no hacia tanto ruido al caminar, tenía el día libre para que pensara lo que Vanessa Woods la reina de Forestlake me había propuesto, cuando iba a entrar en la cocina, pero me detuve a escuchar a mi tía Edna hablar por teléfono.

―Si, lo sé, no se lo diré―decía, luego un silencio

¿Se refiere a mí? Pensé

―No tengo dinero, José, no te llamaría si no fuera por algo importante.
José, el exesposo de mi tía, el la golpeaba, no dude en entrar y quitarle el celular de la oreja, me lo puse para escuchar lo que decía.

―Bueno, te daré el dinero, pero necesito volver a la casa, te extraño―decía

―No la extrañaste cuando te revolcaste con la zorra de tu jefa ¿verdad?, no necesitamos nada que provenga de un alcohólico como tú.

Colgué y puse con fuerza el teléfono fijo en el mesón, me apoyé en el ahogando el asco que me producía ese hombre.

―Jayson... ¿Por qué hiciste eso? ―pregunto mi tía

―¿Por qué?―repetí con indignación―, la pregunta en realidad es, ¿Por qué lo llamaste? Y la otra es ¿Qué es lo que me quieres que decir?

Mi tía retrocedió, solté mucho aire, me sorprendí por mi tono de voz.

―Lo siento―me disculpe antes de que ella me reprendiera―, pero no me voy a disculpar por colgarle a ese...

―Jayson, no...

―Responde a las preguntas tía―dije antes de que ella cambiara el tema
No había notado que en su mano había una hoja, en cuando lo dije ella busco esconderla detrás de ella, pero se la arrebate.

―¡Respeta! ―me reprendió

―Entonces dime, ¡pensé que al ser la única familia que me queda, tu serias más sincera que cualquier otra persona!―le grite―, lo siento.

Volví a disculparme por mi tono de voz.

―Lo lamento hijo.

Miré la hoja ahora en mis manos, y comencé a leer lo que decía.

―Tía... ¿es cierto esto?

Ella asintió con tristeza.

―Nos quitaran la casa, tengo que pagar una fortuna el lunes por la mañana―confirmo lo que la hoja decía
Dejé la hoja en el mesón y le di un fuerte y consolador abrazo.

―Superaremos esto.

―Lo se cariño, pero es que...

―Pero, nunca más vuelvas a llamar a ese...

―Jayson no digas malas palabras―me interrumpió―, bueno cariño, me tengo que ir a trabajar.

―Te amo, cuando cobre...―una idea cruzo mi cabeza, «Tendrás mejor paga que aquí, te daré casas, carros, efectivo...», las palabras de Vanessa hicieron eco en mi cabeza―, cuando cobre en mi trabajo te ayudo a pagarlo.

―Cariño, no, es una fortuna inmensa.

―Tía, pero tu vales más, hablare con mi jefa, me quedare hasta tarde, ayudare más, buscare la manera de hacer esa fortuna para pagar la casa y lo resolveremos―le di otro abrazo

―Me voy, se me hace tarde―dijo, recogió sus cosas, me dio un dulce beso en la frente y comenzó a salir―, te deje el desayuno dentro del micro, sácalo así no se pondrá...