Capítulo 9

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Me abrí paso entre los invitados de la gala y llegue a donde estaba mi tía dándole primeros auxilios a ese hombre, ella me indicaba ciertas cosas en que la podía ayudar, de un momento a otro, el señor se sentó de golpe, al parecer mejor, todos alrededor soltaron el aire que tenían contenido, ayude al hombre a incorporarse a sentarse en una de las sillas que estaban cerca.

El hombre se tomaba el tiempo para regresar a la realidad, mi tía tomaba su pulso y se quedó con el mientras yo buscaba a Vanessa.

―¿Se encuentra bien? ―Vanessa le pregunto a mi tía, mientras tomaba un sorbo

Mi tía asintió.

―Jayson, te tengo que dejar...

Abrí la boca para hablar, pero mi tía continuo hablando.

―Llevare al señor al hospital.

Lo supuse, mi tía nunca dejaba de lado su modo enfermera, lo acompañaría por si debía ayudarlo de nuevo en transcurso al hospital, me despedí con un beso y se fue junto con la seguridad del señor Stabler.

―Sígueme.

Vanessa comenzó a caminar hacia las escaleras y dejo su copa vacía en la bandeja de uno de los meseros que pasaba junto a ella, subí las escaleras detrás de ella y llegamos a un segundo piso con poca gente, la seguí hacia las escaleras que llevaban al tercer piso, en efecto era una casa, pero al mismo tiempo era un salón de fiestas.

―Es una pequeña sala, ven aquí esta lo que te quiero mostrar.

Abrió la puerta y entre, ella detrás de mi cerró la puerta con seguro.

Los carnosos labios de Vanessa se juntaron con los míos en un beso salvaje.

―Me encanta como te ves en traje―susurro en mis labios

―A mi me encantas con ropa―me dio un beso y soltó un visita―, o sin ella―pude decir mientras baje su vestido.

―Esta no te la perdono―dijo

Me separe de sus labios con una expresión confundida.

―Yo te digo cuando me quitas o no la ropa―asentí―, desnúdate.

Obedecí, me quite el saco seguido me quite la corbata, se la extendí y ella sonrió la tomo, me quite la camisa blanca y luego de unos minutos estaba totalmente desnudo, le di la espalda y ella me ato con la corbata.

Mi sangre comenzaba a arder y sentía como el sonrojo de mis mejillas pintaba mi orejas y torso, Vanessa me dio vuelta y me continúo besando, me empujo en la cama, me dio la vuelta, quedando mi espalda y mi trasero a total merced de ella.

―Te voy a castigar―susurro en mi oído

―¿Qué?, espera... no―dije

―Te será más fácil resistir con esto.

Vanessa me puso una pelota en la boca que se sujetaba con dos tiras negras por detrás de mis orejas.

Me dio una fuerte nalgada que me dolió y al rato comenzó a arderme, solté un gemido que hasta a mi me excito, otra nalgada y volví a gemir, esto... me esta causando placer, me gusta, quiero... mas, otra nalgada y el dolor volvió a excitarme, me duele, pero cuando ella lo hace me excita, retorcí mis dedos por detrás de mi espalda, otra nalgada y volví a gemir, pelota en mi boca me ahogaba el ruido, Vanessa me desato y me dio la vuelta.

Vanessa estaba solamente cubierta por una braga de encaje negro, pero no una corriente, si no una más sádica e insinuadora, dejando su entrada libre.
Ella se sube sobre mi y me ata las manos por encima de la cabeza.

Soy tu Sumiso © - Jayson Osborne ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora