Capítulo 11

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Pase el día en la universidad y con Israel, resultaba ser divertido y muy agradable.

―¿En qué trabajas? ―pregunto Israel
―Eh... trabajo desde casa, leo los manuscritos que me envía Woods por correo―dije

El asintió y no volvió a preguntar más nada, ya faltaba poco por salir cuando un mensaje de Vanessa llego, una sonrisa boba apareció en mi boca.
Vanessa: K va a recogerte.

Luego de un momento baje los escalones de la universidad y me dirigí a donde estaba K, me subí al auto y ella arranco, cuando el auto se detuvo en la casa del bosque me baje hasta que la voz de K me hizo girar.

―Vanessa vendrá dentro de un rato, espérala―dijo

―Gracias.

Entre dentro de la casa y encendí todas las luces, me quite la ropa por completo y estaba completamente desnudo, Vanessa bajo del auto y se dirigía a la entrada, ella abrió la puerta, en cuanto entro yo ya estaba arrodillado y podía sentir como sonreía.

―Me gusta verte de esa manera―dijo

Extendió su mano hacia mi y yo bese su mano.

―Sigueme.

Obedecí. Vanessa saco la llave de la mesita que estaba allí, esa llave que era para abrir la puerta que había debajo de la escalera, ella la abrió y me hizo una seña para que yo pasara, lo hice, ella cerro la puerta detrás de mi, encendio la luz y quede estupefacto.

Una habitación de paredes rojas y un piso negro, en una de las paredes había una rueda de madera en donde había unos grilletes para atar mis manos y tobillos, un pequeño mueble de cuero negro, un repisa en donde había juguetes sexuales, látigos, esposas, penes, vibradores, en closet en donde se podía ver ropa erótica, había una especie de cama y sobre ella había un tubo de metal con cadenas y con cosas para atar mis tobillos, otra cama en la cual solo estaban los resortes.

Similar a un calabozo.

―Lo llamo, el calabozo.

Vanessa se dirigió hacia el closet y se puso un body de cuero negro y guantes del mismo material, me hizo una seña hacia lo que parecía una cama, me dirigí y me monte, mi espalda quedo inclinada, pero estaba parcialmente acostado, solo que mi trasero, específicamente mi ano estaba a disposición de Vanessa, ella se acercó con muchas cuerdas, con ellas me ato las muñecas por encima de la cabeza y mis tobillos, mis piernas quedaron separadas y flexionadas.

Mire los ojos de Vanessa que tenían ese brillo perverso, sus labios estaban un poco separados, se lamió los labios al verme de esa manera, y yo indudablemente, diría desde su perspectiva que me veo provocativo.

Los labios de Vanessa se unieron a los míos y me dieron un beso dulce que en poco tiempo se volvió uno mas subido de tono, su lengua se abrió paso hasta mi boca y yo le cedí, su lengua acariciaba la mía, gemí en sus labios, mi pene rosaba en el cuero de su parte baja y sus manos subían desde mi trasero, pasando por mis caderas y llegando a mis costados, deteniéndose en mis pezones, ella pellizco con fuerza y di un fuerte gemido en su boca, ella río y me volvió a besar, el dolor hizo una maravilla en mi cuerpo, de una manera hizo que me relajara, mordió mi labios y volvió a besarme con esa intensidad.

Me dio una bofetada, pero me gusto que lo hiciera, ella estaba sonrojada, me dio un beso corto y luego comenzó a dejar un rastro por mi cuello, dando besos, lamidas y mordiscos, dio un beso y mientras chupaba mi pezón que ahora estaba causándome un hormigueo, metió sus dedos en mi boca.

Lo va a hacer. pensé.

Lami sus dedos forrados por el guante, al rato ella se incorpore y comenzó a chupar mi pene, lamia mi extremidad, causando que me excitara mas, ¿Cómo es que con Mara nunca tuve sexo?, ¿Cómo es que nunca tuve sexo?, su lengua acariciaba mi pene, el calor dentro de su boca ponía mas dura mi ereccion, al verme sonrojado, ella sonrió, lamió solamente la cabeza de mi pene que ya estaba de un color diferente, mi ereccion comenzaba a doler.

Introdujo su dedo en mi y me removí al sentirlo, ella continuo chupando, mientras su dedo entraba y salia, luego introdujo un segundo dedo y me removí de nuevo, dando un gemido seguido de un gruñido, mordí mi labio.

―No muerdas tu labio, eso me mata―comento Vanessa antes de meter un tercer dedo

Sonreí, no supe porque, lo labios de Vanessa acariciaron mi extremidad y luego comenzó a masturbarme, introducía sus dedos con mas fuerzas mientras aumentaba el nivel de los movimientos en mi extremidad.

Mordía mi labio de nuevo reprimiendo del dolor, la éxtasis, la euforia, la excitación...

―Aquí puedes gritar, si lo deseas―dijo Vanessa

En el momento en que lo dijo, comencé a soltar varios gemidos y suspiro llenos de excitación, mi pene comenzó a liberar mi semilla, mi semen, el líquido blanco y espeso me lleno por completo, Vanessa saco sus dedos de mi y luego se quito ambos guantes, se quito su body, quedando solo con sus tacones negros, se puso sobre mi dejándome su vagina, su zona húmeda en mi boca.

Comencé a lamer e introducir mi lengua lo mas profundo que podía, haciendo movimientos circulares, Vanessa hundió sus dedos en mi cabello y acercaba mas mi rostro a su zona, delicioso, estaba húmeda, mi lengua saboreaba la humedad que salia de ella, di varias lamidas y eso hizo que Vanessa soltara gemidos descontrolados, ella tomo un pene de goma y lo humedeció con lubricante, el mismo lubricante lo uso en mi entrada.

¿Que? mi cuerpo quedó paralizado.

―Va-Vanes-ssa, no, no―trate de decir

―Te gustara.

Sentí como el largo pene de goma entro dentro de mi, di un gruñido de dolor y seguido un gemido, Vanessa comenzó a besarme, sus besos, la manera en que me tomaba del cabello para besarme mejor, me distraían del dolor placentero que sentía dentro de mi, el pene entraba y salía, me gustaba, no he de negarlo, dolía, mucho, pero también me gustaba lo que sentía, Vanessa mordió mi pezón y solté un gemido, dejo de hacerlo y comenzó a chupar el semen restante en mi pene, luego de hacerlo y de que yo diera gemidos sin control, ella comenzó a mover el pene y a masturbarme, el pene llegaba mas fácilmente a mi punto, Vanessa lo volvió a hacer, un toque a mi punto y volví a gemir con fuerza, otro toque y luego otro y otro, la sensación subió por mis piernas y se concentró en mi zona baja, subiendo por mi extremidad, liberando mi semilla en la boca de Vanessa, sonrió y trago todo, sonreía al ver como yo ya estaba rojo hasta las orejas.

Su boca acariciaba mi extremidad, nunca me cansaría de ver como sus labios pasaban por todo mi pene, la manera en que su lengua acariciaba mi pene, la manera en que jugaba con la mía en esos besos húmedos, el dolor que ella me hacia sentir, la forma que me hacia llegar al orgasmo mas de una vez.

Los labios de Vanessa se unieron con los mios, moviéndose con ritmo, con sincronía nuestros labios y lenguas parecían entenderse, solté gemidos de placer y un gruñido cuando ella saco el pene, miro mis labios y nuestros suspiros se mezclaron, golpeando nuestros rostros.

Vanessa continúo besándome mientras me desataba las manos, la cuerda se aflojo y mis manos fueron directo a su cuerpo, acaricie cada parte de su pálida piel, acaricie su cabello negro, toque con miedo sus senos, los senos que codicio, acune su rostro con mis dos manos.

―Te amo―susurré a sus labios

Busque darle un beso, pero Vanessa retrocedió.

Sus ojos oscuros se volvieron tristes y tras ellos había una pizca de enojo, ¿Qué hice mal? ¿no debí tocarla?, esta confundido.

―Te pediré que te vallas.

Así termina el sexo.

―Oh...―fue todo lo que pude decir

Soy tu Sumiso © - Jayson Osborne ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora