Mi agradecimiento por la hermosa portada y separadores que fueron realizados por @Ankoushouko
Tengo una mejor amiga, la chica más popular del instituto.
Mi mejor amigo, el rubio de ojos azules.
El mejor amigo de mi mejor amigo, el chico inexpresivo...
Sentada desde mi cama contemplo las cortinas ondeando con fuerza, y las gotas de agua entrando con ímpetu, él se apresura en ingresar en la habitación y cierra las ventanas. Cuando nuestras miradas se encuentran sonríe y agarrando la silla la acomoda cerca de mi cama.
— Naruto —digo señalando el vaso de agua.
— De inmediato, Sakura —menciona acercándome el vaso—. Lamento llegar tarde, tus padres tuvieron que viajar por que tu tía enfermó.
— No importa —respondo, el vaso se desliza fuera de mis manos mojando todo a su paso y las ganas de llorar se acumulan en mi ser.
— Perdón—él dice rápido—. Soy un tonto, no debí soltarlo. Perdón, Sakura. Voy por ropa limpia. Debería llamar a Ino.
Alcanzo su mano y niego con la cabeza.
— Ayúdame, tú, por favor.
Los días que antes conocía, me pregunto si algún día serán capaces de regresar a mí, las visitas de los tres son constantes, día tras día, incluso me acompañan a la terapia, pero todo me es apreciable a la distancia, como si no fuera la persona que lo estuviera viviendo.
Cuando el rubio me quita el vestido de pijama enseguida sin observarme me cubre con la sabana seca. Me resulta un chiste que sienta vergüenza de mirarme, no creo en estos momentos ser apreciada por alguien como una mujer, además hemos sido amigos de toda la vida, y recuerdo que de niños nos bañamos desnudos una vez bajo supervisión de mi madre quien fue regañada después por mi padre.
Seca y con el vestido, mantiene el vaso de agua cerca de mí, esta vez con una pajilla, el líquido resbala lento por mi garganta, y bebo despacio por que el esfuerzo que hago al sorber hace que me canse, y me preguntó si algún día esto terminara. Mover mis piernas en la cama ya es más fácil, pero caminar, es un deseo borroso, distorsionado y lejano.
— Tu madre me dijo lo que sucedió después de que la vieras.
— No recuerdo —aleje con mi mano el vaso y él entendió que es suficiente—Sé que la detesto. Es todo.
— Ella no te empujo, Sakura, fue un accidente.
¿Por qué no existían más globos?
¿Por qué era la única flotando a la intemperie en ese sitio oscuro?
— No recuerdo muchas cosas —confesé deseando estar bajo la lluvia.
— ¿Qué quieres saber? —me interroga recostándose a mi lado en la cama sorprendiéndome un poco.
— ¿Cuánto tiempo paso?
El sonido de la lluvia golpeando el exterior es perfectamente escuchado en el silencio que él dejo tras mi pregunta.
— El doctor nos dijo que ese tema es necesario tratarlo con la psicóloga.
— Somos amigos —dije agarrando su mano que descansa encima de su abdomen—. Dime.
El globo se rompe, y ahora soy pedazos que se deslizan con velocidad a un choque inminente.
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