Capítulo 1

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Como ya te he contado, mi madre decidió ser madre soltera, cuando yo era un bebé recién nacido mis abuelos me cuidaban y ayudaban a mi madre con lo que necesitaba. Siempre que mi madre tenía entrevistas de trabajo o le surgía algún problema mis abuelos se ofrecían para cuidarme. Pero no duró mucho tiempo, ya que tuvieron una discusión con mi madre y dejaron de venir y de llamar. Sigo sin saber cuál fue el motivo de esa discusión, cada vez que le pregunto a mi madre le cambia la expresión del rostro, al principio hay un atisbo de tristeza, pero enseguida se convierte en ira y me dice, enfadada, que no vuelva preguntar por ellos. Tengo algunos recuerdos fugaces de cuando aún venían a verme, tendría unos 4 años. Me gustaría volver a verlos y saber como están, aunque solo estuviesen durante 4 años de mi vida, son personas importantes para mi.

Gracias a mi abuela encontré a mi mejor amigo del colegio. Ya desde pequeño era muy tímido no me gustaba jugar con otros niños, incluso me ponía a llorar cuando me llevaban al parque. (Sí, soy asocial desde los 3 añitos). Un día mi abuela consiguió que saliese al parque sin que estuviese enfadado o llorando. Recuerdo pocas cosas pero lo suficiente para contarlo.
Estaba jugando en la arena del parque haciendo un castillo y jugando con mi pala, un niño más mayor que yo se puso delante mía, me robó la pala y destruyó mi castillo, yo me puse a llorar. No sé en qué momento pasó, pero un niño pequeño, de mi edad, se puso delante mía y miró enfadado al niño mayor y le gritó:

- ¡Eres malo! ¡Deja a mi amigo! - le dio una patada a la arena y el niño mayor tiró la pala al suelo y se fue.

El niño me ofreció la pala sonriendo y yo me quedé mirándole mientras dejaba de llorar. No recuerdo mucho más de ese día, pero al parecer mi abuela apareció y los padres de ese niño también, para saber que me había pasado.

A los pocos días volví a encontrarme con ese niño en el recreo del colegio. Yo estaba en un rincón jugando con unos lápices y él, cuando me vio, se acercó sonriendo.

- Hola, soy Izan, ¿puedo jugar contigo? (voz de niño de 3 años)

Yo no dije nada pero le dejé espacio para que se sentara a mi lado. Así empezó nuestra amistad.

A partir de ese día empecé a salir al parque a jugar con él. También venía a mi casa y jugábamos juntos. Al ser muy tímido no hablaba con muchos niños, pero con Izan era todo diferente, conseguía que hablase de cualquier cosa y siempre nos divertíamos.

Izan es un chico muy extrovertido desde pequeño y hacía amigos fácilmente, todo lo contrario a mi, que solo hablaba con él.

Un día estábamos jugando los dos con unas piezas de un puzzle. De repente, él se levantó y se fue, yo seguí jugando. Después de unos segundos volvió, pero no volvió solo, traía a una chica rubia de nuestra clase. La chica estaba llorando porque los demás no la dejaban jugar, Izan la había cogido de la mano y la trajo a nuestro rincón. El chico se sentó y ella se quedó mirándome. Yo cogí una pieza de puzzle y se la ofrecí. Ella sonrió y se unió a nosotros. Poco después descubrí que se llamaba Camilla.

Izan y Camilla se convirtieron en mis mejores amigos del colegio y los únicos con los que era capaz de hablar. Hacíamos muchas cosas juntos y vivímos muchas aventuras. Recuerdo una excursión al campo el último año de preescolar. Hicimos un equipo los tres y nos fuimos a explorar juntos.

Ya desde pequeños empezó nuestra aventura y durante toda la primaria estuve junto a ellos, desgraciadamente nuestra amistad no duró tanto como me hubiese gustado.

El Diario de EllaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora