Capítulo 13

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La semana de la excursión de fin de curso acabó y todos estábamos muy tristes, nos queríamos quedar allí más tiempo pero no podíamos ya que había otro grupo esperando fuera del campamento.

Mi madre y Hunter trabajaban el día que volvíamos, por ese motivo los padres de Camilla me llevaron con ellos desde el aeropuerto, después de despedirnos de Izan. Llegamos a la casa de mi mejor amiga, me despedí de ella y me dirigí solo hacia mi casa sonriente, feliz por haber pasado una semana entera con mis mejores amigos.

Llegué a mi casa y levanté el felpudo disimuladamente, debajo se encontraba la llave de la puerta. Me extrañó escuchar desde fuera el sonido del televisor, pensé que se lo habían dejado encendido, pero cuando entré descubrí que no era eso. La silueta de un hombre apareció en mi campo de visión, éste giró su cabeza para mirarme, era Hunter. El novio de mi madre me miró con una expresión que simulaba sorpresa, pero tenía una mirada diferente, como cansada.

— Hola Hunter – saludé sonriendo y haciendo un gesto con la mano.

— Hola Ellai – dijo esto en un tono monótono y volvió la mirada al televisor.

No me esperaba este recibimiento, lo había imaginado de otra forma. Había algo extraño, el ambiente era diferente, como si no fuera el mismo hogar que había dejado cuando me fui a la excursión.

— Pensaba que estabas trabajando – dije para romper el silencio molesto que se había creado, mientras esperaba una respuesta me dirigí al frigorífico para beber agua.

— Pues no lo estoy – respondió él cortante. Tanto me sorprendió esa reacción que me atraganté con el trago de agua que había tomado.

Me quedé mirando a Hunter extrañado. Éste, al percatarse de que estaba siendo observado, justificó su comportamiento.

— Oh, lo siento Ellai, he tenido un mal día.

Me encogí de hombros para quitarle importancia, si el novio de mi madre estaba teniendo un mal día lo mejor era quitarme del medio, así que me fui a mi habitación para colocar las cosas.

Después de un rato había desecho la maleta más pequeña. El sonido de la puerta de mi casa abriéndose llamó mi atención, me dirigí a la puerta de mi habitación y salí al pasillo. Escuché la voz de mi madre hablando con Hunter, no sé por qué motivo pero algo hizo que me quedase quieto en el pasillo, escuchado la conversión.

— ¿Qué haces aquí Hunter? Me dijiste que estarías trabajando – Hunter soltó un suspiro, cada vez se sentía más extraño el ambiente.

— He salido antes – dijo él, de nuevo con un tono cortante.

— Podrías haber ido a por Ellai.

— ¡¿Pues no quería vale?! – Hunter elevó la voz sobresaltado tanto a mi madre como a mi. 

— No me hables así – respondió ella sin elevar la voz y con un tono muy serio.

— Que más da, además el chico ya está aquí –, al escuchar esto decidí salir de mi escondite en el pasillo. 

Miré a mi madre, su rostro estaba serio, por la conversación que estaba manteniendo con Hunter, pero en el instante en el que me vio, una sonrisa radiante apareció en su rostro. Al ver su sonrisa me sentí más cómodo.

— ¡Hola cariño! – me saludó ella corriendo hacia mi para darme un fuerte abrazo, ese sí era el recibimiento que esperaba –. ¿Por qué no has salido antes?

— No había escuchado la puerta – mentí.

— Bueno cuéntame, ¿Cómo te lo has pasado? ¿Qué has hecho?

En realidad las cosas más básicas se las había comentado por teléfono cuando nos dejaban contactar con nuestros padres, pero tenía muchas ganas de comentar con todo detalle.

— Pues, el campamento era muy bonito, como ya te dije, por la noche podía ver todas las estrellas brillando. Una noche...

— Estoy viendo esto ¿Os podéis callar? – me interrumpió Hunter, mi madre le miró de reojo.

— Vamos a deshacer tus maletas mientras me lo cuentas todo – asentí y ambos nos dirigimos a mi habitación.

Sacamos todas las cosas de la maleta y las colocamos en mi armario mientras le contaba con todo detalle las cosas que me habían pasad, le conté la noche en la que Izan, Camilla y yo observamos las estrellas, también las actividades que habíamos hecho. Ella me preguntó si había tenido algún problema con Sebastián, yo nunca le había contado las cosas que él me hacía, pero si habíamos hablado sobre que no nos llevábamos bien desde el incidente que tuvimos cuando éramos más pequeños. Se sorprendió al saber que no había tenido ningún problema con él, pero esto se debía a que había estado todo el día con Izan y Sebastián no tuvo ninguna oportunidad para hacerme algo, cosa de la que me alegré.

Tras un rato hablando sobre mi excursión decidí cambiar de tema.

— Mamá ¿Que le pasa a Hunter? – su expresión cambió de forma inmediata ya que no se esperaba mi pregunta.

— Verás, es un poco complicado, – ladeé la cabeza al no saber a qué se refería –, cuando te fuiste a la excursión Hunter me contó que tenía un problema de nervios y tiene que tomar un medicamento, hace poco le cambiaron la receta y parece que le está afectando, seguro que pronto vuelve a estar mejor.

— Eso espero – respondí yo preocupado.

— Luego hablaré con él, para saber por qué está tan enfadado hoy, será mejor que no le molestemos mucho.

El rostro de mi madre lucía preocupado, supuse que los días que yo no estuve fueron difíciles para ella.

•••


Después de cenar me despedí de ellos y me fui a mi habitación, estuve leyendo un rato hasta que empecé a notar la vista cansada y apagué la luz. Poco después de esto escuché la voz de mi madre hablando con Hunter. Ella le preguntó tranquilamente sobre su enfado de hace unas horas, él respondió desganado que le habían despedido. Mi madre quiso saber el motivo pero Hunter le respondió muy agresivo.

— ¡Si lo supiera no me habrían despedido!

Salí de la habitación algo nervioso y me quedé en el pasillo escuchando, no sé en qué momento me convertí en un cotilla.

— Sabes que no me gusta que me hables así – ella siempre respondía calmada, no sé cómo lo hacía, a mi nunca me había gritado, daba igual la travesura que había hecho, siempre me hablaba con un tono bajo pero imponente –. ¿Te has tomado las pastillas?

— Otra vez... – suspiró agotado – ¡si me tomo o no las malditas pastillas es cosa mía!

— No, no lo es – escuché pasos de mi madre se acercaron al pasillo, intenté huir a mi habitación antes de que me viera pero me pilló.

Miró preocupada y me indicó que entrase en mi habitación con un gesto, ella entró detrás de mí. Me senté en mi cama ella cerró la puerta al entrar y apoyó su espalda en ella. Su rostro reflejaba agotamiento y también me pareció ver un poco de tristeza.

— ¿Te ha asustado? – asentí – no te preocupes Ellai, dentro de poco mejorará, todo será como antes.

Todo será como antes, ja.

Ella estaba equivocada, nada sería como antes, mucho menos después de lo que pasó.

Nota: ¡Holo! Este capítulo es más corto porque quiero narrar las partes que vienen con cuidado, se viene la primera gran bajada de la montaña rusa de Ellai.

¿Recordáis lo que pensó Ellai la primera vez que vio Hunter? Las apariencias engañan o.o

El Diario de EllaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora