Eleven

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La danza de cuerpos, el estilo más erótico que puedas encontrar, un toque adecuado de sensualidad dedicado especialmente para la ocasión, porque de entre todos los demás el colibrí se inclina más por la flor roja.

¿Por qué? No había nada malo, aunque en realidad sí lo había, le disgustaba pero seguía caminando por las brazas solo porque al final le habían dicho que había hielo para calmar el ardor. Tan redundante era, tan suave que era, no era nada al pecho firme de un hombre, o eso al menos pensaba Changkyun.

¿Qué era lo que sentía? Un placer aburrido que solo llevaba a un orgasmo de ganso flácido, empujando su miembro dentro de una vagina, molesto, y demostrándolo con su cejas fruncidas, solo porque Jooheon apretaba con una mano esos pechos saltarines, definitivamente lo único que tenía de bueno delante era Jooheon, no estaba gozando el sexo, no, ni un poco.

— Jooheon, se siente genial ahí. — La mujer llamada por el nombre de Hana, mordía su labio, y de sus labios escapaban gemidos agudos.

No, esta mujer no merece ni un poco el placer que Jooheon le está dando, solo Changkyun deseaba ser el señor de esos placeres pecaminosos, pues después de haberlo probado era casi imposible dejarlo ir o compartir.

Sentía como toda su parte baja se mojaba producto de la excitación de Hana, podía parar en cualquier momento que quisiera si solo lo decía, más no lo hacía porque dejaría esos dos aquí solos, quería maldecir al pensar en la estúpida razón que tenía para quedarse como un maldito imbécil masoquista.

Hana cayó hacía adelante, y sus senos cayeron sobre su pecho, era como si una gelatina lo estuviera aplastando, como si eso fuera a excitarlo ella le gemía en la oreja, ya no podía oír tan claramente a Jooheon, pero ahora podía sentir cuando Jooheon al chocar pieles hacía vibrar el cuerpo ajeno, solo por eso lo quería ya dentro de él en vez, un sexo lento mientras le mordía la oreja y gozaba de palpar su cuerpo para hacerlo temblar, ese hombre era la perdición de cualquier humano.

— No tengo problemas con intercambiar puestos... — susurró ella en su oído, así después sacó lentamente el de Changkyun de ella.

Se levantó de esa posición que le tenía muerta la espalda, tomó a Jooheon del cuello y le plantó un beso, como este bajaba su mano para tocarlo, complacerle en esos puntos que había estudiado, quería estar a su merced, quería tocarlo, quedar ahogado en el semen que Jooheon esparciría en su boca. Joder, maldición, pensaba Changkyun. Cerró sus ojos automáticamente cuando este comenzó a besar su cuello, si él pudiera decir cuando disfrutaba cuando Jooheon se le arrimaba así, cuando mordía su clavícula y la dejaba marcada, ese pequeño dolor punzante, era lo máximo.

Sus dedos que no podían tener la parte de adelante dicidieron ir a la trasera para tomarlo, suavemente los puso dentro, sonriendo al ver a Jooheon mirarlo con el borde del ojo.

Todo se facilitaba pues Jooheon relajaba su cuerpo por cada beso, era perfecto si no fuera por Hana.

— Mételo. — Susurró Jooheon en los labios de Changkyun.

Esto era lo que tanto deseaba, tomar a Jooheon, algo que Hana no podía, el único nivel que solo Changkyun podía concebir para complacer a Jooheon. Pasó entonces en sus manos un condón, abrió sus nalgas para ver mejor donde lo metería, mojó su miembro con saliva y lo alineó.

Estaba apretado, caliente, el roce de unas pieles poco húmedas, la espalda que se veía lista para dejar marcas de mordidas que dirían de sobre que estaba con alguien. Con el tiempo Hana comenzó a gemir, Jooheon también, y lo tenía tan cerca que esos malditos jadeos le harían venirse, más por la caderas del que tenía en frente, Hana tal vez pensaría que Jooheon era el que empujaba desenfrenado ya por acabar en ella, pero él sabía que en realidad se empujaba para sentirlo más adentro, a Jooheon le parecía mejor cuando entraba hasta al fondo, a Changkyun le gustaba todo en general, pero el sexo lento le robaba la calma.

Empujó lo más rudo que pudo, el llegaba, estaba a punto, así que solamente lo liberó, siento como si fuera el orgasmo más extenso que tuvo, suerte se había puesto condón.

Hana pareció empujar a Jooheon para hacerlo por ella misma y venirse, no era divertido si no más bien ver a Jooheon apretar su miembro para llegar, sabía que después de tener algo más grande adentro los dedos no se comparaban en nada pero sin duda al momento de venirse se sentía diferente, así que aplicó esa regla con Jooheon que de una vez lo asimiló sonriéndole.

Se había sentido bien el poco tiempo que lo hizo con Jooheon, Hana era ese mal sabor de boca, el beso que Hana le estaba dando justo ahora era lo desagradable, juraba que todo era un asco, pero no importaba, se iba a ir, de levantó de ahí para ir al baño, viendo lo mirada confundida de Jooheon siendo atrapado por los brazos de Hana.

No le importaba a qué temperatura estaba el agua en la ducha, simplemente se metió, y se arrodilló sentía unas terribles ganas de vomitar. Se quedó ahí cuanto pudo para amortiguar esa reacción.

Claramente en su mente solo estaba Jooheon, cada vez ese pensamiento de incrementaba más, provocándole sensaciones terribles, amaba su tacto, adoraba cuando jugaban con sus cuerpos, pero odiaba cuando alguien más lo tocaba, sobre todo Hana, y menos con lo que había dicho.

Oía como su teléfono sonaba constantemente, probablemente estuviera al lado de la cama, o metido en un bolsillo en los pantalones que estaban en el suelo, pero se quedó ahí, haciéndose el que se bañaba.

Oía como su teléfono sonaba constantemente, probablemente estuviera al lado de la cama, o metido en un bolsillo en los pantalones que estaban en el suelo, pero se quedó ahí, haciéndose el que se bañaba

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¿Saben la calma antes de la tormenta?
( ͡° ͜ʖ ͡°)

También quiero empezar a escribir algo más que fanfics, pero creo que es mejor terminar esta historia antes de iniciar ese plan.

Terminé de escribir esto justo en clase de matemáticas, así que capaz fracaso en la próxima prueba.

Say so ⇢ JookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora