"Si miras mucho tiempo dentro del abismo, el abismo también mira dentro de ti"
—Friedrich Nietzsche—
Sentía todos mis huesos rotos, y como la sangre se drenaba de mi cuerpo. El fuerte olor a metal inundó mis fosas nasales. Me dolía el pecho. Me dolía respirar. Me dolía.
Estaba inmóvil. Porque con cualquier mínimo movimiento me sentía desvanecer.
¿Dónde me encontraba?, ¿Qué era este lugar? Sentía miedo de saber que si moría aquí nadie encontraría mi cuerpo, porque desde ahí arriba solo mirabas un hueco sin fin y desde aquí solo mirabas la penumbra de este hueco.
Todo ocurrió tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de gritar mientras caía. Fue tan grande el impacto que no supe cuando ya estaba en el suelo rocoso y húmedo. Un lugar sin salida.
Pasaban los minutos, trataba de respirar pero mi pecho ardía y dolía con cada suspiro. Me estaba comenzando a desesperar. No podía moverme. No podía respirar. Lágrimas desesperadas escapaban de mis ojos recorriendo mis mejillas. Este era mi fin.
De pronto, sentí mi cuerpo ser envuelto por algo proveniente de algún lugar. Parecían lianas o raíces. Una envolvió mi mano, se sentía húmeda, arenosa y cubierta de moho. Asustada traté de moverme pero mi espalda crujió. Un grito desgarrador salió de mi garganta e hizo eco por el desconocido lugar, el dolor era increíble, descomunal. Las raíces me seguían envolviendo y me dejé rendir, qué más da si de una u otra forma iba a morir, que me coma un monstruo o lo que sea que es esto no hacía la diferencia.
¿Acaso estaba alucinando antes de mi muerte? Pero lo que pasó después fue más sorprendente. Aquellas cosas no querían comerme como imaginaba y por una parte fue un alivio. Aunque aterradora la idea.
Aquellas cosas se pegaron en mi piel, como pulpo, e inyectan un líquido oscuro y viscoso que brillaba bajo mi piel. No tenía idea de que era pero me estaba ayudando. Los huesos rotos regresaban a su lugar y gritos desgarradores salían de mi garganta conforme se acomodan, crujían y dolían mucho.
En cuestión de minutos mi cuerpo regresó a la normalidad (digo normalidad ya que no sentía huesos rotos, ya no sentía ese dolor), las ramas/lianas se fueron por donde vinieron perdiéndose entre la oscuridad.
Me levanté del suelo rocoso con cautela sin poder creer lo que estaba pasando. Estaba segura de que esto era real. Moví mis caderas como si tuviera un ULA–ULA invisible en ellas y no sentí dolor lo cual significa: no huesos rotos.
¿Pero qué eran esas cosas?, ¿Y que me inyectaron? Visualicé a mi alrededor tratando de ver algo entre la oscuridad, pero era imposible.
Examine mis ropas que estaban todas rotas y manchadas de sangre en gran cantidad. Esas cosas hicieron regresar los huesos a su lugar, pero no detuvieron la sangre que seguía saliendo de mi piel. Encontré mi teléfono, tenía la pantalla rota y dudaba que funcionará. Encendí con dificultad el celular segando un poco mi vista por el brillo de pantalla iluminando mi rostro entre la oscuridad, funcionaba un poco el táctil pero pude encender la linterna.
Iluminé todo encontrándome con una gran oscuridad en donde no alumbraba mi linterna, estaba húmedo y del techo rocoso donde mana gotas de agua, era como una bóveda de rocas que formaba paredes y techos irregulares de los que colgaba estalagmitas.
Era una cueva, una caverna.
Sentí los latidos de mi corazón con frenesí amenazando con salirse de mi pecho, tenía miedo y aquel familiar escalofrío recorrió mi espalda haciéndome temblar ligeramente,los nervios querían apoderarse de mí amenazando con causar un ataque de desesperación o pánico y un impulso de seguir adelante surgió de mí, me adentre hacia las profundidades.
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Shadows
Mystery / ThrillerLa curiosidad mato al gato. ¿Cuantas veces has escuchado esa frase? Yo he perdido la cuenta. Y no te das cuenta de lo real que es hasta que vives un suceso que te cambia la vida. Te marca. Te cambia el mundo. Las ideas, los pensamientos. Te vue...