Epílogo

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Era una madrugada de lluvia en una casa cerca de la playa.

Los rayos se aparecían con un azulado hermoso que hacía escuchar truenos cuando los admirabas.

En aquella casa, en la habitación principal se encontraba una lámpara anaranjada encendida para atenuar la luz de la habitación.

En la cama ya hacía el cuerpo de la platinada desnuda encima del cuerpo del peliblanco.

Este le besaba sus labios sin ningún asomo de querer separarse de ella.

Tomaba sus caderas para moverla encima de él con más ritmo, provocando que se separara ella para empezar a gemir con levedad.

El peliblanco echó atrás su cabeza gruñendo debido a la satisfacción que estaba disfrutando aquella noche.

Un rayo iluminó el cielo, por lo tanto iluminó también la casa seguido de un trueno que se escuchó más fuerte que los demás.

El ojiazul se detuvo mirando a su puerta cerrada.

-Ese se escuchó más fuerte.

-¿Y? ¿Le tienes miedo a los truenos, Jack? – La mujer beso su cuello provocando que este cerrara sus ojos disfrutando de su boca.

-Eli podría despertar, Elsa -Le miró a su cara y acarició uno de sus pechos – Sólo lo digo para......

-¡Papi!

Ambos se apartaron del otro al escuchar la voz de su niña. Ella se apresuró a ir al baño mientras que el otro se colocaba encima unos pantalones deportivos.

Cuando salió y encendió la luz del pasillo, observó en la otra habitación a la pequeña niña ojiverde aferrada a su peluche de reno.

La habitación estaba repleta de peluches en un juguetero, tenía estrellas y copos de nieves pegados al techo para que brillaran por la noche y junto a su cama había una lamparita azul con forma de mariposa encendida.

-¿Qué pasó mi niña? -Entró a la habitación encendiendo la luz.

-No puedo dormir – Dijo abrazando más a su peluche.

-¿Fueron los truenos? -Jack se sentó frente a ella en su cama.

-Quiero un poco de leche.

-¿Te parece si la entibio y le agrego miel para que duermas mejor?

La niña sonrió y asintió.

Cuando se levantó, la niña le siguió a su lado para tomar con una mano la de su papá mientras que con la otra tomaba a su reno.

Cuando estaban en la cocina, la mujer platinada apareció con su camisón puesto y unas sandalias de noche.

-Hola mami -Dijo Eli sentaba con su reno a su lado.

-Hola mi amor ¿Estás bien? ¿Tuviste otra pesadilla? -Elsa le acarició su cabello.

-Le preparo un poco de leche ¿Tu gustas?

-No gracias -Elsa le sonrió ruborizada de sus mejillas – Yo estoy bien.

-Oye mi niña -Jack le llamó – Dile a mamá cuántos años cumplirás el fin de semana.

La niña sonrió con ternura mientras levantaba su palma con los cinco dedos arriba.

-Cinco -Elsa sonrió - ¿Y de qué te disfrazarás?

-Un dragón -Dijo emocionada -¡Un dragón!

-Sí, gracias a tu tío Hiccup serás un dragón -Jack murmuró debido a que el traje de dragón que hicieron para Eli fue más laborioso de lo que pensaba.

-¿Sven puede venir a la fiesta? -Eli preguntó con ternura.

-Sabes que Sven ya está muy viejito para ponerse en pie, Eli -Elsa le acariciaba su frente – La próxima que vayamos a casa de tu madrina Anna podrás verlo.

Cuando Eli tomó su leche con paciencia, ya estaba cayendo dormida de nuevo. Jack la cargó en sus brazos para que esta acomodara su mejilla en el hombro de su papá.

La recostó en su cama mientras que Elsa le daba a un lado de ella su peluche.

-Descansa mi amor -Jack beso la frente de su niña.

Eli dormía mientras que Elsa levantaba algunos juguetes del suelo, cerró levemente su cortina para evitar alguna luz exterior y se encaminó a salir con Jack mientras emparejaban la puerta.

Cuando volvieron a acostarse en su cama ambos estaban mirando a la pared, Jack le miró de perfil y le sonrió mientras le acariciaba su mejilla.

Elsa le miró con una dulce sonrisa.

-Gracias.

-¿Por qué? -Preguntó la mujer.

-Por darme dos hermosas razones para no querer adelantarme de mi presente.

Elsa sonrió y se deslizó para besar los labios de Jack.

-Oye -Este se separó mientras seguía acariciando el cabello de ella -¿Quieres retomar lo que estábamos haciendo?

-La verdad no -Dijo divertida Elsa -Ya estoy cansada.

-¿Y no quieres....-Jack se aclaró la garganta mientras apoyaba su mentón en el hombro descubierto de Elsa - ¿No quieres un hermanito para Eli?

-Sigo estando cansada para darle un hermanito a Eli -Fingió Elsa mientras comenzaba a subirse en Jack.

-Uy sí que cansada -Dijo con sarcasmo Jack con media sonrisa.

Ambos se besaron disfrutando sus labios, se escuchaban sus respiraciones contra ellos mientras iban acelerando sus movimientos.

Jack sintió una gota caer en su mejilla, se apartó abriendo los para ver que esa gota era una lágrima de Elsa.

-¿Estas bien? -Jack le limpió su mejilla.

-Estoy feliz -Elsa se limpió con sus muñecas mientras sonreía -Tú y Eli me han hecho muy feliz.

-Tienes unas dulces lágrimas de mamá -Le sonrió con ternura.

Elsa suspiró entre una sonrisa para después mirarlo más atenta.

-Entonces ¿Un hermanito?

-Siempre y cuando tú lo quieras también.

-Ya veremos.

FIN


Lo sé Lo séeeee :c llegó su fin y esta vez sin verlo venir, peeeero debía llegar este final.

Les agradezco mucho sus votos y comentarios, debo decir que muchos me dan risa o ternura, se los agradezco de todo corazón. 

Quiero recomendarles mi historia de "No tengo miedo a....." y "Deseos inconcebibles" :D 

Que pasen linda tarde y espero vivan con calma esta cuarentena c: 

¡Mil gracias por leer! 

Dulces lágrimas de mamá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora