A la mañana siguiente ambos se encontraban dormidos en la cama. Jack despertó y se levantó, salió del cuarto, vio la mesa donde habían comido ayer. Se puso a trabajar, limpió todo el desaste que dejaron.
Cuando Jack terminó se sento en un borde cerca del cuarto de Pitch. En eso escucha que Pitch se levanta y se sienta a su lado.
Jack: ¿Listo para ser libre?
Pitch asintió con la cabeza y ambos salieron de la guarida rumbo al Polo Norte.
Cuando llegaron al Polo Norte, Jack notó que Norte estaba en su oficina haciendo juguetes.
Jack: Debemos entrar en su oficina, pero ¿cómo sin ser vistos por los yetis?
Pitch: Soy el maestro del sigilo, sígueme.
Ambos entraron por la ventana superior, cayeron a unos 25 metros de distancia, habían yetis en la puerta de la oficina de Norte.
Pitch: Sujetate de mi pecho y tus piernas entrelázalas en mis caderas.
Jack obedeció. Pitch se movió rápidamente entre las sombras del lugar. Cuando se encontraban a unos cuantos pasos de los yetis, Jack uso su bastón para arrastrarlos con ayuda del viento, los levantó en el aire y los llevó al último piso.
Jack: Camino libre.
Jack soltó a Pitch y ambos se dirigieron a la puerta. Abrieron la puerta, ahí estaba Norte fabricando juguetes.
Santa voltea, su rostro muestra asombro, Pitch cierra la puerta detras de ellos.
Jack: ¡Norte! Antes de que digas algo tranquilizate.
Norte se vio obligado a hacer caso, sólo se quedó mudo.
Jack: Norte, vinimos a hablar con ustedes, necesitamos hablar con todos los guardianes.
Santa: ¿Que? ¿Jack? ¿Qué haces aquí con Pitch? ¿Pitch está vivo? ¿Qué haces tu aquí Pitch y con Jack?
Pitch: ¡Calma, Norte! Sólo llama a los guardianes.